28 de mayo de 2007

MARÍAS


Aun siendo un gran escritor se puede ser un soberano imbécil...

No digamos ya con los textos inanes que sin embargo hacen fortuna, como el ya insoportable cuentecillo del dinosaurio de Monterroso, que encima ha dado lugar a toda una corriente imitativa aún más insoportable, la de los llamados "microrrelatos" o algo así, con los que muchos escritores chistosos se sienten ufanos y cómodos. Cuestan tan poco .
Esto lo escribió, entre otras muchas lindezas, en el País del domingo. Y no es que yo me sienta ofendido por lo personal, pero ¿quien se cree este escritor de artículos semanales y novelas de difícil comprensión?. Que te lean en Alemania con devoción no debería darte derecho a despreciar a escritores que, muy probablemente, estuvieran por encima de tu capacidad creadora. Cuando se despertó, el dinosaurio todavía estaba allí. Jódete, Javier. No, mejor dicho, cuando cerró el libro, el imbécil seguía escribiendo.
GRACIAS, PETER.

14 comentarios:

Caminante dijo...

A mí Javier Marías me gusta, aunque a veces me pone repelente, como en este caso. Si es que ¡no somos perfectos! PAQUITA

Larrey dijo...

si fueramos perfectos seríamos realemente repelentes. A mi me deja indiferente como persona (poco sé de él), como articulista no me entusiasma y como novelista me ha hecho pasar muy buenos ratos. Lo que pasa es que me apetecía dejarme llevar por la ira literaria, un poco de foromismo educa el alma.

ralero dijo...

Quienes terminan por creerse por encima del bien y del mal, están dando pasos de gigante por el camino de la inexistencia, porque los dioses, queridas, queridos, por mucho que se desée, no existen.

Estos literatos que se auto-sitúan en la cumbre -y no olvidemos que allí hace frío, y el frío es origen de muchas rigideces- tienen a hacer críticas destructivas contra todo aquello que ellos no cultivan, y a cometer la osadía de tratar de definir lo que es literatura y lo que no lo es, lo que es poesía y lo que no lo es. Así, se ha ejercido la crítica desde siempre por los purístas simples y los filósofos de las ideas frías e inamovibles. Y se ha arremetido con salvas contra corrientes tan excelentes como el surrealismo o más recientemente la poesía de la experiencia.

Pero hay algunos microrelatos que dejan a la altura de una pulga a muchas novelas, al igual que hay un sin fin de microrelatos mediocres. Y de novelas que no valen ni el papel en el que están escritas, pero eso no es cuestión de género literario, sino de la genialidad o no de quién escribe en cada momento.

Imagino que, según esa regla de tres, para Marías, el haiku debe ser también un género menor y sin valor alguno. No obstante, hay haikus -no, por ejemplo, los que yo modestamente escribo, sino los de los grandes maestros- que por sí solos, aunque no creo que Marías con sus prejuicios y prepotencia pudiera llegar a entenderlos nunca, encierran más literatura y más filosofía de la que él pueda llegar a parir en toda su "divina" vida.

Creo que debería darse un baño de humildad y volver a releer a Monterroso, Arreola o al mismo
Jalil Gibrán

En fin... algunos, con tal de salir en los medios, ya no saben lo que decir.

Abrazos

Anónimo dijo...

Marías es un monstruo, su osadía literaria y crítica es tremendamente interesante.
Su objetivo es no casarse con nadie aunque eso provoque odios. Ponerle en duda es un tremendo error, teniendo en cuenta que Marías es de los pocos que pueden considerarse intelectuales en este país.
Los microrrelatos son una fórmula literaria, pero intentar hacernos creer que son el paradigma, es de coña. El mérito del microrrelato es prácticamente nulo, en comparación con, por ejemplo, una novela. Eso es evidente.

Larrey dijo...

Pues para mí el error es precisamente considerar que lo que haces tú es mejor que lo que hacen los demás. Te llames Marías o Juanas. Y aquí nadie hace comparaciones, y si las hace se las guarda, al menos yo. A mi lo que me fastidia es la preopotencia. ¿es más grandiosa la Torre Effiel que un boceto de Picasso?. Yo creo que costó más la torre, pero...

Caminante dijo...

¿Qué pasa con lo de las comparaciones odiosas? ¿Por qué una cosa invalida la otra o viceversa? A mí Javier Marías me gusta como novelista y, en algunos casos, sus artículos, pero en otros se pasa de odioso, arremete contra distro y siniestro y no distingue ... ¡que no distingue ... que lo digo yo, si lo sabré yo ... PAQUITA

Caminante dijo...

contra distro (...)
CONTRA ¿quien?
no, no, no ... es: diestro

Anónimo dijo...

Es evidente que un boceto de Picasso no vale ni la mitad de lo que vale un cuadro suyo, un boceto es precisamente un trabajo previo a un cuadro. El proceso de creación de un microrrelato no requiere ni cinco minutos, una novela por ejemplo histórica, solamente en documentación, requiere al menos el trabajo de dos meses.
Marías es prepotente, lo sabe y eso no le supone ningún trauma, al contrario, seguramente le encanta que mucha gente le odie, porque suscita opinión, algo que interesa a los intelectuales de los paises civilizados. Ójala hubiera más Marías en España.

Larrey dijo...

¿Y qué es mejor un buen micro o una mala novela?. El arte no se mide en tiempo o dificultad. Nadie dice que los micros sean mejores que las novelas. No creo que unos ocupen el espacio de los otros. Es como decir que una canción de los Beatles es mala porque no llega a la complejidad cerativa de Mozart. Pero ya que te gusta comparar ¿qué es mejor un libro de micros con 1.000 relatos breves o una novela?. Creo que comparar el arte es un error, y sancionarlo otro, y si eres un artista y sancionas a quien practica tu disciplina eres un arrogante, lo cual no te convierte en mejor o peor escritor, sino en un imbécil, y de imbéciles están los Nobel y los nacionales de literatura llenos.

ralero dijo...

Prefiero ser buena persona y pésimo escritor, que un monstruo de la literatura y un cretino que se dedica a ir concitando odios y arremetiendo y faltando al respeto prepotente gratuitamente contra todo y todos aquellos que se me ponga en las narices de mi verdad exclusiva.

Si Marías es de estos, que yo no lo sé, sera todo lo intelectual que se quiera pero, sin duda, también un cretino. Cuando el intelecto es un intelecto de salón ensimismado en el propio ombligo o, como mucho, también en los ombligos de los que son de mi misma "cuerda" intelectual, es intelecto estéril y sin valor alguno.

Microabrazos.

ralero dijo...

"prepotente y gratuitamente"

¡Ay! la de tildes que se me escapan cuando me embalo.

Anónimo dijo...

Decir lo que queráis, pero un microrrelato como tal, es decir uno, no es comparable a una novela. Ni de coña. Un libro de microrrelatos es como una tormenta de ideas, creativas pero sencillas, solo requieren el don.
Y no es comparación, es esfuerzo intelectual.

Larrey dijo...

Si estamos contigo, que no es igual, por la sencilla razón de que no se puede comparar el arte. De ser así solo los libros de historia, que requieren gran dosis de documentación, serían obras inmensas, no así el señor de los anillos (que no digo yo que lo sea necesariamente) ya que documentación ninguna, estaba todo en su cabecita. No voy a negar (quienes hemos escrito alguna vez una novela con trabajo previo lo sabemos) que para que una novela tenga sentido hay que hacer un trabajo previo intenso. Pero eso no asegura que el resultado final sea arte y sea bueno. Puede ser un mísero ejercicio. Hay grandes escritores que son como gimnastas de las letras, que tienen las herramientas y el mecanismo, pero hay algo que les falla, les falta la chispa que hace que una novela te deje en el sillón, dubitativo, entregado, después de terminada, o en una página concreta. Te obliga a pensar, estimula, dispara tu sensibilidad. Las otras entretienen, pero son perfectamente prescindibles. En cambio puede haber un relato breve que te genere tal torbellino en tu cabeza que su magnitud esté muy por encima de una novela. Es como si dijeras que el cine mudo era malo porqeu no había diálogo y los guionistas tenían que trabajar menos, menudo trabajazo el construir los diálogos, que tengan sentido, que sean creibles...no sé si entiendes lo que intento explicar.

Dudu dijo...

Si es que hay cosas que no se pueden comparar. ¿Quien tiene más mérito el ganador de los 100 metros lisos o el de maratón? ¿Acaso debemos medir la bondad de las novelas por su tamaño o por el número de páginas? ¿son mejores las novelas de ensayo o los best sellers? ¿realmente importa el tamaño?
Los caminos de las editoriales son inescrutables y que publiques no significa que seas bueno si no que estabas en el sitio y en el lugar oportuno.
Y ahora a despotricar: Marías no solo no me gustan tus libros si no que además me pareces un gilipollas