30 de junio de 2009

EL GORRILLA


Algunas veces me sale el macarra que llevo dentro. No lo puedo evitar. Y si están mis hijos de por medio el límite está mucho más cerca. Os cuento. El sábado fuimos la familia entera de visita al hospital, el abuelo sigue en nefrología, las medidas asépticas nos hacían que tuviéramos que vernos desde la calle y la terraza. Si conocéis el Hospital Clínico de Madrid sabréis que en los alrededores, donde todos buscamos aparcamiento, hay decenas de los que llamamos gorrillas, que te indican un sitio apostados en la calle. Nosotros aceptamos una de las sugerencias de un hombre entrado en años de aspecto de ser del Este de Europa. Se alejó mientras yo sacaba a los pequeños. Ya en marcha busqué en mi monedero, donde había una moneda de 20 céntimos, otra de un euros y billetes. Le di a mi hijo la moneda más pequeña y le dije que si nos encontrábamos con el hombre de la barba blanca que se la diera y le dijera "gracias". Mi hijo, que es un entusiasta de la vida, llevó la moneda en la mano para no perderla, ojo avizor, hasta que nos cruzamos con el hombre de barba blanca, que extendió la mano para recibir la moneda y el gracias de mi hijo. Pero se la devolvió con una frase que, inocente de mí entendí como un "que se compre él algo". No, no, le dije, es para usted. Y entonces entendí bien la frase: "¿qué quieres que compre con eso?". Y empezó su perorata a gritos, delante de la veintena de personas que por ahí andaban. Que si era malo, que intentara encontrar aparcamiento, que si era tal que si era cual. Iba con mis hijos, así que aceleré el paso y me alejé. Tuve que soportar la cara de pena de mi hijo que me pedía explicaciones de por qué aquel hombre nos gritaba y no había querido su moneda. Intenté endulzar la situación y le expliqué que no le gustaban esas monedas y que por eso nos la había devuelto. Pero la bomba de ira ya estaba en mi estómago instalada, y apretaba los dientes hasta que nos encontramos con la abuela. Se me ha olvidado algo en el coche, ahora vuelvo. Y aceleré el paso de retorno al marinero borracho que me había estado gritando. He de reconocer que cuando me enfado, me enfado, no hay medias tintas, y que un tipo de más de cien kilos y casi uno noventa se te acerque con la mirada llena de ira puede ser intimidatorio. Y así ocurrió. Me situé a un palmo de sus desagradecidas narices y le dije, sereno aun: ¿te importaría repetirme a la cara todo lo que me has estado gritando delante de mis hijos? Bajó la mirada y giró el rostro de un lado a otro negando, como diciendo que no iba a repetirlo. Un hombre que tenía el coche buscando aparcamiento se bajó, supongo que temiendo que de mis palabras pasara a los actos. Pero me quedé en las palabras, que son mi única herramienta. Le invité a que me explcara la razón para despreciarle la moneda a mi hijo, que era un desagradecido y un desgraciado, que no consentiré jamás que nadie me grite y menos delante de mis hijos y que si tenía la más remota idea de la hora a la que yo me levantaba para ganarme la vida con monedas como esa. Yo no le pedí que me buscara aparcamiento y, es más, no hay alternativa en la calle, o aparcas donde dicen ellos o te vas, así que de intimidaciones ninguna, pero si la moneda se la da mi hijo que la acepte, se calle y después se cague en mi puta madre y se meta la moneda donde la espalda empieza a tener su escatológico nombre. Hasta ahora no había reflexionado demasiado sobre esta figura, la del intimidador gorrilla, pero este desgraciado lo que ha conseguido es que jamás le de una moneda a ninguno que me busque aparcamiento. Quizás lo juzguéis excesivo, que era un pobre hombre y el largo etcétera de empáticas reflexiones, pero me quedé extremadamente tranquilo. Y lo repetiría, y tanto que lo repetiría. Con la sonrisa de mi hijo no se juega.

MICROS


Tenía infinidad de cargos de conciencia y ningún abono.

29 de junio de 2009

HORAS LECTIVAS


Le gustaría esconder que esto lo hace porque la asignatura es una maría. Porque sabe que la aprobará. Porque prefiere unos litros en la pradera o magrearse con su chico en algún banco de la facultad. Pero va camino de casa, en la moto que al fin le sacó a su padre a cambio de que dejara al pardillo, así lo llama él. Ahora tiene a ambos. Surca la ciudad con suficiencia, es el camino de siempre, ida y vuelta todos los días. Pero hoy se siente más excitada. Sabe que regresa a casa antes de tiempo, por sorpresa, por ella, por la chica, la asistenta, o la chacha, como la llama la abuela. Fantaseando con encontrarla, tal vez, por el verano incipiente, ligera de ropa pasando el aspirador con alguna música de su tierra a tope en el equipo, en el intocable equipo de papá. Entra por el garaje para no hacer ruido. Sube las escaleras pensando en las caderas de Mariola, que llegó a casa hará unos ocho o diez años, de Argentina, con apenas 20 tiernos añitos de carnes apretadas y labios dolorosamente carnosos. Nunca le había gustado una mujer, había fantaseado en la soledad de su habitación con escenas de película con alguna compañera del colegio o de la facultad, pero nada que se atreviera a reconocer después del aturdimiento masturbatorio. Pero ahora siente deseos por esta muchacha, se atrevería a pensar que casi desde que llegara, cuando ella apenas si sabía entender lo que le pasaba algunas noches entre las piernas. En el gran salón no está, que luce limpio. Busca en la cocina con el mismo sigilo y con igual fortuna. Repasa las habitaciones, una a una, como una ladrona haría en casa ajena. No está, y el silencio la invita a pensar que se ha marchado antes de tiempo. Queda la bohardilla, el santuario de su hermano mayor, el gran arquitecto en proyecto requiere de un espacio más grande en la casa. Sube las escaleras y escucha algo parecido a una respiración, quizá entrecortada, por no llamarla gemido. Alza la vista por encima de la barandilla y la ve, con esa ridícula bata blanca que su madre la fuerza a ponerse, la pierna derecha sobre una silla, la mirada perdida en la mesa, donde descansa una de las revistas porno que su hermano cree clandestinas, curiosamente con una mano, por que la otra, para su tremenda sorpresa, está entre las piernas. Cuando se recupera de la onírica visión, cuando sus latidos vuelven a ser medianamente razonables, se acerca sigilosamente a ella, irracionalmente excitada, sin saber realmente que va a hacer hasta que la abraza por los pechos con fuerza y por sorpresa. Mariola, instintivamente, se da la vuelta zafándose de las manos que se asían a sus tetas y le propina a la joven un sonoro bofetón, con tan mala suerte que el anillo rasga el labio, que comienza a sangrar profusamente. Perdoná, mi niña, perdoná, se disculpa con el acento porteño que aun le queda. Pensé que era su hermano, no esperaba que vos…Ahora las dos están desconcertadas, y aun así, la excitación de la joven no decrece. Sangrás, vamos al baño. Van de la mano, y siente la electricidad de la argentina adentrarse en su cuerpo. Se sienta en el lavabo, con la minifalda, las piernas ligeramente abiertas, mientras Mariola rebusca en el botiquín. Perdoná, mi niña, perdoná, pero viniste así, de sorpresa, pero no es nada, es solo un cortecito, ¿no ves? Mariola se ha colocado entre las piernas. Se miran a los ojos. Ahora las dos están descentradas, el corazón les late a mil por hora. Mariola no sabe que le ocurre, pero siente unos irrefrenables deseos de besar a la señorita. No tiene tiempo, porque es ella quien lo hace. La sangre va de un labio a otro, dándole un especial sabor a los gemidos. La joven abraza con sus piernas la cadera de Mariola y se agarra a ella con fuerza. Sus pechos se fusionan y sus sexos se preparan, con humedad, para la batalla. Ven, le dice a Mariola. La porteña se deja llevar, incapaz de racionalizar lo que le está ocurriendo. La llevan a la gran habitación de sus padres. Túmbate en la cama. Ahora la adolescente universitaria pareciera la experta y la argentina que va camino de la treintena la novicia inexperta. De un cajón de una de las cómodas saca un vibrador de su madre y lo deja sobre la cama. Después se desnuda y se tumba sobre Mariola. Se besan, con lascivia, con la lengua como indiscutible maestra de ceremonias. La va desnudando entre las manos y la boca, hasta que ambos cuerpos fusionan sus pieles sudorosas. Se siguen besando, los pechos, el cuello, la cintura, hasta que la universitaria se coloca entre las piernas de Mariola, que tiene un acceso de timidez que se queda en eso, y comienza a comerle el coño. El sabor la embriaga, y el calor y los gemidos de Mariola, la transportan a lugares donde el pardillo jamás la había llevado. Después introduce el vibrador y sigue besándola. Mariola no puede contener su excitación, y gime en palabras ininteligibles. La señorita deja su lengua y se sitúa frente a ella, mientras el vibrador sigue haciendo su trabajo, vamos a corrernos juntas, le susurra al oído. Con una pericia increíble recoloca sus cuerpos para cruzar las piernas y que los sexos, fuera ya el vibrador, comiencen la danza definitiva. Mariola está descentrada, algo mareada incluso por la respiración. Pero ella no, ella se siente segura de la situación y comienza a moverse, frotando su coño contra el de Mariola. Se buscan las manos, las tetas, se agarran a la cama para poder darle más fuerza a sus pelvis. Hasta que el orgasmo, maravillosamente sincronizado, llega para ambas. Mariola se pone la almohada en la cara para ahogar los desesperados gemidos y la señorita los lanza sin remilgos al aire. Gemidos desesperados que las dejan a ambas derrotadas sobre la cama, todavía latientes y húmedos los coños. Madre mía, suspira Mariola llevándose la mano a la boca, hemos manchado la colcha de tu madre, Dios mío. Se levanta como una acróbata, buscando su ropa mientras la señorita se deja caer, exhausta y feliz, más feliz que nunca, sobre la mancha que acaban de dejar, oh Dios mío, sus coños en la colcha de la señora.

MICROS


Creyeron haberle robado todos sus tesoros, pero nada más lejos de la realidad, olvidaron hacerle una lobotomía.

28 de junio de 2009


En el silencio de la madrugada se escucha un sonoro pedo. Al otro lado se escucha la voz de un pequeño ¡¡ papá !!

Esta vez no pongo autores...

27 de junio de 2009



La plúmbea levedad de la polilla

No fue fácil la vida.
Cautivo de un anhelo inmarcesible
Volaba igual que lo hace la polilla
En torno de una luz donde la sombra
Distaba del calor tan sólo el tiempo
Medido por el hueco de unas alas
Que rozan al relámpago en su danza.
Su esencia era la mar,
Pero nunca los vientos le fueron favorables:
Del canto pertinaz de una sirena
Y el mapa de un tesoro imaginario
Forjó sobre la arena hermosos sueños.
Pero éstos no supieron apreciarlo.
Prendido por la chispa del desprecio
El fuego se extendió por la cubierta
Royendo la blancura de un velamen
Que enjuto por la sal de la vigilia
Sudaba un humo oscuro de sudarios.
Y a la inútil conquista de un fingido El Dorado
Nacido en el fulgor de un espejismo
Se adentró entre las llamas con su vuelo en cenizas.
Bien pronto su velero
Quedó en un esqueleto a la deriva;
Y aun así continuó
Teniendo fe en la suerte
No como incierto azar,
Sino como esa justa recompensa
Debida a los que no temen al fuego.
Qué frágiles las falsas esperanzas
Y vasta la crueldad de los océanos
Que engullen sin clemencia los despojos
Sin mácula de ensueños sin aliento.
No fue fácil ni pródiga su vida.
No obstante nunca fue tan ardua y rala
Como ese infausto instante en que entendió
Que toda su existencia fue un naufragio:
La plúmbea levedad de la polilla.

26 de junio de 2009

¿ME HAGO MAYOR?


Que me voy haciendo mayor es una evidencia. Me lo dice la tripa. Los sonidos que hago cuando me siento o me levanto del sofá. Las perpetuas ojeras o lo que me cuesta convencerme a mí mismo de que lo que me está saliendo en la barba son pelos rubios y no incipientes y jodidas canas. Todo eso lo sé. Pero la vida es una cachonda, porque me lo va recordando en pequeñas e incómodas perlitas, como para que no me despiste. Hala, majete, me dice, ahí tienes tu dosis de realidad. Ayer se me ocurrió teclear en Google “las mujeres más sexys del mundo” y apareció una de las listas. Miré la foto, un par de veces y me dije pero ¿quiénes son estas? Me sentía poco más o menos como un viejo anhelando la presencia de B. Bardo. La primera era un tal Megan Fox. Una preciosidad morena de largos y delgadísimos brazos que aparece en alguna película para adolescentes. Ni idea. Estaba Jessica Alba (menos mal, algo conocido y verdaderamente hermoso) y Scarlett Johansson, que a estas dos las conozco; pero ¿después? Ni una. Bueno, está la menor (¡ ja ¡) aficionada a los puñetazos y el sexo de Californication (Madeleine Zima) y del resto no tengo la más mínima referencia, ni visual ni de ningún tipo: ¿Quiénes son Adriana Lima, Elsha Cuthbert, Heidi Montag, Anne Hathaway ( reconozco que este nombre me resulta familinar, pero no haré trampas con las teclas...) o Katy Perry? ¿Dónde está Hully Barry o Angelina Jolie? ¿ya son mayores?¿cómo yo?¿ya no son guapas? La verdad es que me sentí, como en otras muchas ocasiones, mayor, definitivamente mayor.


MICROS


En el preciso instante de su muerte nació su leyenda

25 de junio de 2009

JUSTICIA...


Mis únicos conocimientos en derecho se limitan a diferenciarlo de lo torcido. Algo así de simple. Prima la lógica. Y eso es incompatible, cada día estoy más convencido, con el ejercicio profesional de la justicia. Hay algo que falla. Hablo de la historia de una madre, Juana Ortega, que lleva varios días durmiendo con su hijo, en coma vegetativo, para evitar el embargo de su casa y de su negocio. ¿La razón? debe al estado (departamento de Justicia) 400.000 euros por las costas de unos juicios que ha perdido. Esta mujer ha estado, además de al cuidado de un hijo al 100% dependiente, las dos últimas décadas reclamando a la justicia que hiciera honor a su nombre. Parece probado, así lo reconoce el propio implicado, que el estado vegetativo del hijo surgió por una negligencia médica. No lo voy a valorar. Valoro la consecuencia final. Un juzgado de lo penal condenó al anestesista, pero posteriores recursos y la respuesta de La Audiencia Provincial, dejaron esa condena sin efecto, dándole una dantesca vuelta de tuerca al asunto, porque derrotada por la vía judicial esta mujer coraje se ve ahora condenada a pagar las costas del juicio: 400.000 euros ¡¡¡ 400.000 !!! ¿Quién ha juzgado a esta mujer?¿Nadal y Michael Jackson?¿de dónde sale tanto dinero? estamos hablando del salario medio anual de 20 trabajadores ¿de verdad la justicia es tan cara?¿no debería el Estado cubrir en según que casos las actuaciones en algo así como por oficio? No entiendo de justicia, de la de toga y código penal, pero entiendo de lógica, y esto no la tiene. Quizá esta mujer debió quedarse en su casa, cuidar de su hijo con cristiana resignación pensando que Dios lo había decidido y así debía de ser. Cometió el error de buscar justicia, y eso, a lo visto, te puede salir muy, pero que muy caro.


MICROS


¡¡¡¡ Goooool !!!! gritaba enloquecido el forofo ultra y racista cuando el inmigrante millonario marcaba el gol de la victoria.

EL MENSAJE

Estoy preocupado porque desde el domingo pasado me pregunto ¿dónde está la izquierda?. Si algo ha quedado claro en las pasadas elecciones europeas es que algo está fallando en su mensaje. Por lo que sea, lo que sucede es que el mensaje no cala en la sociedad.

Voy a dejar pequeñas pinceladas, mínimos matices que creo, pueden tener algo que ver. La idea de este texto es abrir un debate.

La sociedad europea se ha acostumbrado a vivir muy bien, la población no quiere que le compliquen la vida y busca cada vez más descaradamente el bien individual sobre el bien social. La sociedad no es capaz de valorar, porque cada vez es menos crítica, todos los derechos que se han conseguido gracias a la lucha de clase desde el siglo XIX. Lo único que cala en la sociedad es el mensaje fácil de la derecha en defensa de lo propio (increíble cuando se ha conseguido la unificación económica y monetaria y en parte la política a nivel europeo) frente a lo común. Ante la crisis los mensajes en contra de la inmigración y en contra del Estado priman sobre los mensajes sobre la solidaridad y el respeto a los demás. Lo cerril se hace aún más opaco y cerrado. Es muy preocupante que la gente más joven defienda esto como punto de partida de su ideología porque si uno es más radical cuando es joven y ese es su pensamiento juvenil es mejor no pensar lo que defenderán en unos años.

La educación juega un papel fundamental para crear una sociedad de personas cultas e interesadas en las cosas que vivimos en nuestro entorno. La educación no la deben dar los maestros, la deben ejercer los padres para que una vez que se establezcan unos principios éticos mínimos, los profesores tengan el caldo de cultivo mínimo para poder formar a las personas como ciudadanos críticos y con criterio.

Los medios de comunicación son también grandes culpables de no ejercer una política educativa y divulgativa mínima para crear y formar a una sociedad con intereses sociales mínimos. Además los medios son claramente partidistas y se venden a aquel partido político que les dore la píldora, y ya no como antes que era al revés. Sin lugar a dudas el poder de los medios es impresionante, no obstante vivimos imbuidos en la Revolución de las Telecomunicaciones y sin duda alguna esto está provocando cambios radicales sobre las sociedades. Es muy importante aprender a conjugar ese poderío porque es el vehículo sobre el que transmitir los mensajes, y aquel que sepa adaptarse mejor a los medios, nunca mejor dicho, será el triunfador, Obama es el mejor ejemplo de esto. Es un hombre con ideas interesantes vendidas de manera perfecta. Al final quedan las palabras y los hechos, pero las primeras son fácilmente adaptables si no se cumplen determinados hechos.

El capital ha vencido de tal manera sobre cualquier otra opción de sistema económico, que la lucha de clases ha perdido sentido porque el sistema ha sido capaz de diluir a la clase trabajadora en pequeños grupúsculos incapaces de combatirle. Lo que es curioso es que a pesar de ese triunfo las medidas que se están tomando contra la crisis son claramente intervensionistas, en las que el Estado participa activamente para reactivar el sistema. Es una contradicción que tendrá que estudiarse en breve, porque supone un cambio importante en el que habrá que ver si las entidades a las que se ha inyectado capital público lo devuelven o si al menos el intervencionismo público sirve para tomar decisiones sobre esas entidades.

La derecha neoliberal, clarísimo responsable en la crisis económica actual, ha salido de rositas en las últimas elecciones europeas. Los europeos que nos vanagloriamos de ser progresistas y críticos resulta que en el fondo somos mucho más racistas y retrógrados que los Estados Unidos, porque en cuanto que han surgido problemas de inmigración e integración social, triunfan soluciones políticas racistas y excluyentes.

Hay que reflexionar. Abro el debate y planteó continuar con más dudas que surgen. Continuará....


24 de junio de 2009

EL CAMINO TORCIDO


¿Hay algo más metafórico que un camino?¿dónde irá?¿de dónde viene?¿quién fue el primero en andarlo?¿quién más habrá pasado por su senda?¿quién será el último que lo cruce?¿qué cosas habrán ocurrido a la llegada de quienes lo cruzaron?¿qué llevaría a algunos a avanzar por su trazo a toda velocidad, tal vez ilusionados, tal vez nostálgicos, tal vez apenados, tal vez angustiados...? Las preguntas se me amontonan, pero en Menorca hice esta foto y me surgió una por encima de todas, más tangible, más terrenal, más física: ¿quién decide el trazado de los caminos? y no hablo de las carreteras o los caminos estudiados y planificados, me refiero al trazado hecho de millones de pisadas anónimas, ¿en qué momento el camino decide retorcerse para hacer una curva, para cambiar el sentido de su oferta?¿es el andar anónimo el que va eligiendo en su acumulación inconsciente o es el camino, que tiene vida propia, el que nos va invitando en décadas a un trazado que él ha soñado siempre? Esta foto carece de lógica, el camino va de un punto A a un punto B en una distancia muy corta. No hay una piedra, no hay una rama, ni un triste arbusto que condicione el pisar del caminante y, en cambio, ¿por qué no hay una línea recta?¿por qué se retuerce el camino?¿a qué ese escorzo hacia la derecha? Tal vez la naturaleza nos esté intentando decir algo, tal vez la naturaleza nos quiera explicar que en su perfecta majestuosidad nosotros somos unos imperfectos, cuando tratamos de manejarla, de moldearla, de adaptarla, de hacerla nuestra, que hasta nos creemos sus dueños y ella, en un simple camino, nos evidencia nuestra imperfección. Tal vez.

MICROS


Despreciaba a los morenos la mujer que llevaba una semana en la tumbona de un carísimo hotel intentando imitar su color.

23 de junio de 2009

MENORCA


Me gustaría pensar que os habéis dado cuenta de que en unos días no actualicé el trastero. Hemos estado de vacaciones, de solteros, los padres abnegados se han regalado una mini luna de miel menorquina. Ya hablaré de esto de viajar sin hijos. Hoy quería ejercer de guía de la isla y dejaros algunos detalles que hemos aprendido en este viaje.





IDEAS PREVIAS:
Viajar es caro.
Viajar es una pasada.
Menorca es una isla maravillosa.

DETALLES PUNTUALES:
VUELOS: Como en el resto del viaje hay una diferencia entre hacerlo con o sin hijos.
- Con hijos: Buscar horarios razonables que hagan de la espera algo más agradable.
- Sin hijos: Madrugar a la ida y apurar la salida. De esta forma se disfrutan dos días más. Nosotros el primer día ya estábamos en el coche buscando calas a las diez de la mañana y a la vuelta a las siete de la tarde salíamos de la última playa.
HOTEL:
- Con hijos: Cercano a una playa, con aire acondicionado, piscina y si es posible alguna actividad dirigida nocturna que permita cierto relax paterno.
- Sin hijos: Si la intención es conocer la isla en su conjunto, salir por la mañana y volver por la noche, mejor en el centro de la misma, minimiza los desplazamientos y al estar alejado de las playas suelen tener otros encantos. Si se busca disfrutar del relax y de la playa, entonces debe estar cerca y ofrecer buenos servicios.
COCHE: Con la crisis las grandes compañías de alquiler han reducido en 10.000 unidades la flota, lo que hace bastante complicado encontrar un coche razonablemente interesante. Incluso hay riesgo de no encontrar.
-Independientemente de si vas o no con hijos: reservar previamente, con el mayor tiempo posible. Buscar ofertas y precios. Mejor si es en el aeropuerto, pero suelen ser más caros y los autobuses hacia Mahón, donde puedes encontrar más coches de alquiler, son muy rápidos y baratos (1,60 euros).
- Con hijos: imprescindible reserva previa y confirmación de medidas de seguiridad pertinentes.
GUÍAS SOBRE LA ISLA: Son imprescindibles, la Trotamundos fue la que usamos nosotros y nos gustó, como siempre. Nosotros tuvimos también el asesoramiento personalizado de Gema Larrey, con sus recomendaciones de otra enamorada de la isla.
CALAS: Uno de los encantos más importantes de la isla son sus playas, sus calas. Y sobre ellas también nos gustaría daros algunos consejos:
-Independientemente de ir o no con hijos:
- Imprescindible zapatillas y mucha crema solar.
- Informarse del lugar concreto de la cala, de la mejor forma de llegar y en caso de largos paseos andando, buscar siempre el camino más transitado y preguntar sin rubor a los lugareños e incluso a las personas que os fuérais encontrando en el camino. Desconfiad de los caminos alternativos.
- Llevad mucha agua, los paseos con calor hacen de las botellas un tesoro.
- Evitad el peso innecesario, lo que no vayas a usar que se quede en el coche.
- Llevad gafas de bucear, las playas del sur son un paraíso y, ojo, puede despertar el submarinista que todos llevamos dentro.
- Nudismo: cuando más inaccesible sea la playa más fácil es encontrar personas practicándolo. Pero si no te incomoda hacerlo junto a alguien con bañador es común en casi todas.
- Hay que entender las peculiaridades de la isla, la diferencia entre norte y sur y saber lo que se busca para evitar decepciones.
- Si no se quiere tirar de bocadillo es importantísimo informarse antes de las posibilidades para comer, hay chiringuitos maravillosos junto a islas maravillosas.
- Con niños: es conveniente conocer la accesibilidad con detalle, ellos no entienden que el destino es una playa paradisiaca. Hay algunas incluso especialmente indicadas para ellos, de aguas tranquilas y poco profundas.
CLIMA: Lo realmente incómodo en este sentido, más que la lluvia o el fresquito, es el viento. Es importante informarse previamente a cada salidad, porque según sople puede ser mejor irse al norte que al sur o al contrario.
SALIDAS NOCTURNAS: La isla tiene una vida tremenda, pero creo que hay algo diferente al resto, la discoteca más espectacular del mundo (probablemente). Está en Cala en Porter y es una cueva con vistas al mar impresionantes. Se puede ir a cualquier hora del día y por la noche es increible tomarse unas copas y bailar metidos en una roca frente al mar. Es grande y no demasiado cara (10 euros con consumición y las cervezas a 4 euros). Imprescindible.



Y poco más os damos en estas breves líneas, que si váis, a poco que os acompañe el tiempo, en el avión de vuelta ya estaréis pensando en volver.

MICROS


Iluisonarse mucho es iluisonarse con poco.


NOTA DEL AUTOR: Esta frase es el nuevo lema del Trastero.

18 de junio de 2009

DICHOSAS MÁQUINAS


Odio hablar con las máquinas. Creo que si fumara me bastaría como razón para quitarme el vicio dejar de escuchar la metálica voz decirte su tabaco, gracias. Evito en la medida de lo posible las llamadas personales en el trabajo, es una mezcla de odio al teléfono y ética profesional. Pero pasando tantas horas tecleando para terceros es complejo no tener que recurrir a ellas. Pues cuando hablo con una máquina me siento especialmente ridículo. La máquina te expone las opciones para que elijas, y cuando no es una tecla la que te lleva a tu variable, es verdaderamente bochornoso. Primero empieza diciendo bajito el número del vuelo, por ejemplo: XC 56789. Lo siento, no hemos entendido el número. Y lo vuelves a repetir, ahora más cerca del teléfono. Nada. Subes el tono un poquito. Nada. Al final, cansado de que no te escuche, gritas a toda la empresa !!! XC 56789 ¡¡¡¡ cojones. Así todos tus compañeros se enteran, por ejemplo, que estas vacaciones viajas en avión. Y siguen las preguntas, así cíclicamente tus compañeros te oyen gritar: ¡ confirmación horario !, ¡ horario de salida !, ¡ facturación previa ! y el etcétera que se os ocurra. Yo creo que este tipo de recursos para la atención al público son una herramienta encubierta de las empresas para que sus trabajadores no hagan gestiones en horario laboral.¿Os imagináis llamando a Heineken para pedir barriles de cerveza ? ¡¡¡ Barriles !!!, ¡¡¡ cerveza !!!, ¡¡¡ 30 litros !!!. No sé la máquina, pero a algún compañero se le escapa un ¡ borracho ! seguro. Pero el caso peor sería un sex shop. Diga que tipo de práctica sexual quiere cubrir con su compra. ¡¡¡ Sexo anal !!! Indique tipo de aparato. ¡¡¡ Dildo !!! lo siento, no le hemos entendido, repita. ¡¡¡¡ vibrador !!!! lo siento, no le hemos entendido. ¡¡¡ Polla de plástico !!! diga el tamaño requerido ¡¡¡ 20 centímetros !!! fantasma, digo, imitación o plástico. ¡¡¡ imitación !!! lo siento, no le hemos entendido ¡¡¡ imitación !!! lo siento, no le hemos entendido. ¡¡¡¡ que quiero una polla de 20 cm para metértela por el culo puta máquina de los cojones !!! En fin, que yo siempre prefiero, para lo uno y para lo otro, tratar con personas ¿ tú no ? a mí me dejan mucho más satisfecho.

MICROS



La empresa, con un gran dolor del corazón, rebajó el 20% del salario a 300 trabajadores. Después se dio cuenta de que hubiera conseguido lo mismo rebajando el salario un 10% a 30 grandes ejecutivos.




NOTA: La cuenta de la vieja:
300 TRABAJADORES A UNA MEDIA DE 20.000 EUROS: TOTAL SALARIO 6.000.000 EUROS
20% DE REBAJA: TOTAL REBAJA:1.200.000 EUROS
30 GRANDES EJECUTIVOS A UNA MEDIA DE 400.000 EUROS: TOTAL SALARIO 12.000.000
10% DE REBAJA: TOTAL REBAJA: 1.200.000 EUROS

17 de junio de 2009

MORALIDAD ECONÓMICA


Estamos ahora con la noticia del fichaje madridista de Kaká, veremos al final de la temporada si le quitamos o no el acento, y de Cristiano Ronaldo, el guaperas, que va a romper más la noche madrileña que las cinturas de los defensas. Inmoral, dicen algunos que es el dinero que se ha pagado y hasta una ministra creo que se ha pronunciado sobre el tema. Bien, en este sentido mi opinión es clara: hay muchas personas que reciben salarios estratosféricos (músicos, periodistas, analistas, consejeros delegados, actores...) y siempre que sea en el campo privado me parece bien. Es una inversión, y como toda inversión, puede salir bien o mal, el que la haga que valore los riesgos. Pero siempre hay matices, porque claro, si gracias a estas decisiones el club (éste y todos) entra en quiebra y es luego el Estado (es decir, tú y yo) quienes vamos a tener que salvarlo(s), ahí ya la cosa cambia, porque la inversión entonces me interesa y creo que a todos los españoles igual. Y ocurre lo mismo con los bancos, y sin dejar la dichosa pelotita. Hay dos entidades financieras que van a prestar mucho dinero al club blanco. Y me parece bien, sabemos todos que los bancos viven de prestar. Ellos sabrán si esta "hipoteca" futbolera es rentable o no. Con matices, otra vez, porque si el banco que hace este tipo de negocios entra también en quiebra y luego somos todos (el Estado) quienes tenemos que inyectarles dinero, entonces a mí también me gustaría estar presente en la valoración de la operación, por la parte que me toca. Y ya veríamos si a Floren le prestamos o no el dinero. Porque con esto del dinero y lo que se ha visto en la crisis, hay que pensar un poquito más allá. Porque ideas las hay de todos los colores, como la de Britihs Airwais, que ha pedido a sus empleados que trabajen un mes sin cobrar. Claro, que gran idea para salvar la compañía, así la mujer que limpia las oficinas tendrá que sacar a su hija del colegio ese mes, no comerán, no pagarán la hipoteca mientras un consejero delegado que habrá dejado de ganar una barbaridad, no tendrá ni que replantearse su asistencia a la cena benéfica del club de campo. Y claro, cuando la empresa gracias a estas ingeniosas ideas, reflote y haya pingües beneficios, ¿les van a permitir cobrar un mes sin ir a trabajar? Cuidado con las ideas que en esto de la economía me da que la mesa cojea siempre de la misma pata.

MICROS


Toda la vida el mismo ritual, se pasaba el año entero pensando en las vacaciones para no trabajar, y ahora que está a tres días de jubilarse no para de llorar

16 de junio de 2009

EL COLMO DE LA MALA SUERTE


Cuando era pequeño pensaba que el colmo de la mala suerte era que lloviera el día del gran partido, o el día de una excursión y, sobre todo, que te pusieras malo ese día. Llevabas desde que te habían dicho a dónde y cuando pensando, planificando, imaginando un día entero con tus amigos, los cánticos en el autobús, los juegos, las bromas, las risas, la visita a ¿dónde?¿qué más da? Las carreras, las tonterías con las niñas, en fin, ¿quién no ha ido alguna vez de excursión con el colegio? Así que si ese día te levantabas con fiebre, vomitando, pensabas que dios te odiaba, de otro modo era incomprensible. Eso lo pensaba hasta el sábado, día en el que se coló el culmen de todas las malas suertes: ponerse malo el día que abren la piscina de tu casa. Al fin y al cabo si estabas malo en casa el día de la excursión tú tampoco ibas a clase, ni los veías salir en el autobús, o sus risas por la ventana. En cambio mi hijo, malito el sábado, tuvo que escuchar como los niños gritaban está buenísima, bomba, primer, tu la llevas, de cabeza, y los constantes chapuzones de sus divertidos cuerpecitos dando la bienvenida a la temporada piscinera. Sí, ese es el top de la mala suerte.

MICROS


Un pequeño matiz en la frase le cambió la vida, de un ¡ no te aguanto ! pasó a un ¡ no tengo por qué aguantarte !

15 de junio de 2009

PARKING


Le gusta el olor. Es lo primero que le llena. Ese aroma entre dulzón y cálido, con una pizca de pimienta amarga que le llena los pulmones y le dispara el cerebro. Su primera mamada fue un desastre, más bien obligada por las circunstancias, llevada por el deseo de agradar a aquel adonis suizo con aire surfista. Después mantuvo una relación de amor y odio con esta práctica hasta que lo descubrió a él, el hombre de su vida, que cambió para siempre su timidez y su candidez. Tanto que si se viera ahora mismo con los ojos de la adolescente que se la chupaba a Roger en las hamacas se llamaría puta sin ningún remilgo. Es lo que tiene el amor, el tiempo, la madurez y el deseo, que es capaz de cambiarlo todo. Ahora está sentada en el asiento del copiloto, algo incómoda con la palanca de cambios oprimiendo sus pechos. La polla en la boca. Después de olerla unos segundos, un incuestionable ritual entre ellas. Los cristales están empañados, aun así se adivinan las luces de otros coches. Él, el hombre de su vida, le ha metido un dedo en el culo. Primero se lo ha chupado, después ha lubricado la zona y ha entrado sin demasiado esfuerzo. Es una novedad de lo más interesante, un suego nuevo que la tiene totalmente loca. Mientras chupa, mientras él entra y sale de su culo, no dejan de mirar inquietos y excitados a los cristales. Entonces llega el primer curioso. Ella se saca la polla de la boca. Él el dedo. Se miran, se besan y vuelven al juego. Tras el cristal el invitado sorpresa se siente aceptado y saca su polla para empezar a masturbarse. Sigue el juego. La polla está cada vez más dura, cada vez más rica, y el dedo cada vez es más certero en sus excursiones. Entonces llega un tercer invitado, en la ventanilla del copiloto. Él la baja para que pueda ver el culo, es mismo culo que su dedo está penetrando sin compasión. El nuevo invitado se saca también la polla y comienza a masturbarse. A su lado aparece una mujer, algo rellenita, que mete la cabeza sin timidez alguna y le regala un beso a las nalgas. Después, toma la mano, sacando el dedo del culo para llevárselo a la boca. Que rico, suspira, antes de dejarlo trabajando de nuevo. Ella sigue chupando, excitada de ver como el primer invitado deja su rastro de semen en la ventanilla y se aleja. Mientras tanto la pareja de la ventanilla del copiloto enseña un preservativo a modo de señal. El hombre de su vida asiente con la cabeza; ella, con la polla en la boca, los ojos cerrados, perdidos los sentidos, es ajena a las formalidades. La mujer rellenita cubre la polla y abren la puerta. No sin cierta dificultad el hombre se coloca de rodillas en el asiento del copiloto y con tremenda suavidad entra en el culo. La punzada de dolor inicial la obliga a detenerse un instante y mira al hombre de su vida, que sonríe para que se sienta segura. Frente a ella se ha colocado la mujer rellenita que le acaricia el pelo, con cierta ternura, lo que dada la situación no deja de ser algo cómico. El gesto es más bien una petición. Ella lo entiende y se saca la polla de la boca, sin soltarla de la mano, como si no quisiera perder el control del todo. La mujer rellenita sabe perfectamente que hacer con ella, tanto que el hombre de su vida, dueño de esa polla tan bien cuidada, teme correrse en su boca. Los gemidos de los cuatro se pierden en el techo del coche, pero también rompen la aparente tranquilidad de la noche, sirviendo de invitación a muchos curiosos que se van acercando, algunos incluso polla en mano, para disfrutar de la escena. El hombre de su vida le susurra al oído que quiere correrse en su boca y no en la de la invitada, por lo que se la vuelve a meter, ahora brutalmente, casi hasta la garganta, esperando la descarga, que no tarda en llegar. A todo esto sigue siendo penetrada en el culo cada vez con más fuerza. La descarga llega con tanta violencia que no puede retenerla en la boca, incluso se la tiene que sacar de la boca para evitar atragantarse. La mujer rellenita le da un beso primero a la polla, todavía latiente, todavía dejando algún dentellazo, y después a ella. Espera, le dice, y con su cuerpecito exuberante se cambia de asiento, saca la polla de su pareja del culo, le quita el preservativo y comienza a chupársela hasta que, igualmente, le llena la boca de semen. Entonces deshace el camino andado y se acerca para besarla. Así el semen va de un labio a otro, de una lengua a otra. Después ambas, sin premeditación, llevadas por un impulso ancestral, se acercan al hombre de su vida y comienza a besarlo igualmente. La pareja de la mujer rellenita se acerca también para recibir su dosis de besos y de semen. Después recomponen las figuras, mientras la turba de curiosos se disuelve. Se despiden con un ridículo apretón de manos y cada uno inicia su camino. El hombre de su vida pone en marcha el coche, lentamente, para abandonar el parking. Ella suspira, sigue sin entenderlo, pero se siente tremendamente feliz, con el aroma de la polla todavía taladrando su cerebro.

MICROS


Siempre pensó que al morir el amor quien más sufría era el corazón en el que seguía vivo, ahora entiende que no tiene por qué ser así.

14 de junio de 2009


Papá, ¿cuantos metros de fiebre tengo? Rubén, cuatro años.

13 de junio de 2009



POEMA PARA E.
(La oscuridad)
Indago en tus pupilas y descubro
la adusta dictadura de un destierro
que siembra mi morada en un sepulcro
sin flores que rediman tanta muerte.
Atónita de légamo y espanto,
mi voz se hace sudario y plañidera
detrás de las murallas del olvido,
y, al frágil firmamento, la nostalgia
arranca a dentelladas las estrellas.
Las ruinas de la luz en la memoria
se mudan en un polvo deletéreo
de sal, muñon, arsénico y gemido,
inmóvil en sus ansias de horizontes,
fraguando una estrategia delirante
que sueña en apagar la sed sin agua.
Indago en tu mirada y su reflejo:
la muerte, amor, la muerte.

EL CAMALEÓN


Menudo día ha tenido. Casi cinco horas reunida con el director regional y su equipo de Marketing. Este mes las ventas no han sido las esperadas y rodarán cabezas, necesita liberar toda la tensión acumulada, por eso cuando lee en el tablón de anuncios que la clase de kick boxing ha sido cancelada va directa hacia la cinta y elige uno de los programas más agresivos, deja la botella de agua y la toalla sobre el soporte y se dispone a correr sin rumbo.
A penas lleva un par de minutos cuando siente la necesidad de ir más deprisa y al acelerar cae bruscamente contra el suelo.
Una decena de miradas la devuelve a la realidad y comienza a notar vergüenza y dolor en su tobillo izquierdo a parte iguales, hasta que aparece Edu abriéndose camino entre los cuerpos sudorosos.
- ¿Estás bien? Suo tobillo parece lastimaido… - Pregunta preocupado un
brasileño de imponente cuerpo musculado que a penas lleva un par de semanas como monitor del gimnasio.
- Yo, hummm...… no sé, me duele.
- Mejor miramos en sala de fisio…
Y sin darse cuenta, unos brazos color chocolate la cogen y la trasladan a un pequeño cuarto donde tan sólo hay una estantería, una silla, un lavabo y una camilla.
Al ser depositada en la camilla lo ha vuelto a ver, un fragmento color verde tatuado en la morena piel de Edu justo entre la camiseta y el pantalón.
Están solos, ahora no tiene excusa, así que acerca la mano y suavemente acaricia su piel levantando la camiseta para ver casi al completo el camaleón que esconde.
- ¿Quieres ver entero?- pregunta Edu dirigiendo la mano de ella hacia el
elástico del pantalón.
Pero su respuesta no es verbal, sino física, hacia la erección que comienza justo donde acaba el reptil. Y mientra nota entre sus manos un pene de un tamaño antes inimaginable para ella siente como unas manos expertas han bajado sus mallas y su tanga y acarician con delicadeza su pubis recién rasurado.
Sin soltar lo que tiene entre manos, su pelvis comienza a danzar y sus piernas se abren lentamente para dejar paso a unos dedos exploradores y ansiosos, acariciando sus propios pechos con la mano que le queda libre.
Siente su humedad y la facilidad con la que un par de dedos de Edu acceden a su interior mientras no puede reprimir un gemido de placer que confirma que su amante va por buen camino, llegando a aquel hueco interior que tanto le gusta. Pero él no se detiene ahí y acompaña el suave movimiento con la lengua golpeando de lleno en su clítoris que ahora toma protagonismo.
La calidez de los labios de Edu le provocan un escalofrío y siente la necesidad de agarrar su polla con más fuerza, meciéndola de arriba abajo al ritmo que él marca con su lengua, mientras él se acerca un poco más a la camilla para que su sentido del gusto también disfrute del peculiar sabor de la excitación.
Ahora la lengua del brasileño recorre lentamente su vientre mientras sus dedos continúan internados dentro de su coño, no puede reprimirse y el baile de su pelvis es cada vez más brusco, se siente tan húmeda que necesita que algo la llene realmente, por eso no lo piensa dos veces cuando se incorpora y abraza con sus piernas la pelvis de él.
Edu intenta entrar con delicadeza pero, a pesar de su humedad, el coño de ella se resiste al principio, así que empuja con decisión hasta que la siente dentro casi al completo.
Ella ha notado un impulso que le provoca dolor y placer a partes iguales y se rinde ante su amante para que la siga penetrando con suaves embestidas, notando como sus pechos son mordisqueados y acariciados brutalmente.
Ahora su pelvis ha tomado el control y sigue el ritmo acompasado de las caderas del brasileño bailando esa samba que tanto le gusta, se agarra fuertemente con las manos a la camilla y aprieta sus piernas mientras un ahogado suspiro se le escapa, está sintiendo uno de los orgasmos más placenteros de su vida y su cuerpo permanece en tensión durante unos segundos hasta que, exhausta cae rendida.
Entonces el pene de Edu se mantiene erguido ante ella y para mostrar su rendición arroja su particular bandera blanca sobre el rostro de ella.
Aturdida, abre los ojos lentamente y ve la mirada fija de Edu con una bolsa de hielo en las manos.
- ¿Estás mejor? Tú mareaste del dolor, el frío es bueno, en cinco minutos llega el fisio.

12 de junio de 2009

SUEÑO ERÓTICO POLÍTICO


Tuve un sueño erótico político. Ya sabéis, de esos de los de meterla en una ranurita. En ese sueño la partener femenina era una alcaldesa, de IU, para más y determinantes detalles. Soñaba con meter mi erotismo electoral en su izquierdosa ranura en post de un voto útil, por fin, que mi esperma de ciudadano no se perdiera en medias tintas profilácticas. Pero me desperté, y de golpe, como lo hace uno de una pesadilla, apesadumbrado y sorprendido. Traicionado. No tengo ningún derecho real, no era más que un sueño, pero…Ahora ya no me pone. Y está en su derecho de vestirse como quiera, pero la desnudez de su autenticidad se ha perdido para siempre, y a mí no me ponen las políticas vestidas. Así que seguiremos paseándonos por el páramo ideológico, montados en el dichoso jaco del voto útil, arrastrando el carromato del mejor este que el otro, aburrido del desierto de las ideas, viendo los ríos de la acción secos de novedades. Rosa, Rosita, con lo que tú me ponías, ¿por qué le has hecho esto a mis gónadas políticas?

MICROS


Ironía: un avión de turistas de lujo sobrevuela las favelas de Río.

11 de junio de 2009

BENDITA RUTINA


Abro la puerta. Enciendo las luces. El ordenador. Abro el correo. El periódico, siempre por la página de deportes. Cuando he terminado de ojearlos se han abierto los correos. Reviso los más importantes. Contesto alguno. Reviso el blog. Bajo a desayunar. No uso el ascensor. Me esperan los mismos compañeros sentados en las mismas sillas. JC frente a mí, C a mi derecha y A a mi izquierda. Tostadas para todos. Deslizo la taza como si fuera un camarero del oeste con la mano derecha y la recibo con la izquierda. La lleno de leche sintiéndome orgulloso de haber pasado a la semi sin traumatismos. Meto la taza en el micro. Mientras se calienta termino mi tostada, aceite, sal y pimienta. La dejo sobre la mesa. Nescafé descafeinado ¡ qué orgulloso estoy de mí ¡ Muevo el sobre del azúcar y endulzo la leche. Me siento. Hablamos. Los lunes de fútbol. El resto de los días se verá. Termino el primero. Friego mi taza. Algunos días la de mi compañera. Me despido. Paso por otro departamento y cojo documentación que necesitamos. La dejo en la mesa de mi compañero. Reviso la fotocopiadora. Me siento en mi mesa. Echo un último vistazo a la prensa, si es pronto me da incluso tiempo a leer alguna carta al director. Busco el móvil para dejarlo en la mesa. Cierro el periódico, llega MJ, siempre la primera, después E y después C. Nos preguntamos por la preocupación del momento, ora un niño con tos, ora un familiar con un transplante, encienden sus ordenadores, bajan a desayunar. Abro el sistema, organizo los papeles, tomo una hoja reciclada y diseño el plan del día, ese mismo que seré incapaz de cumplir. Empieza la jornada laboral… Rutina, pura rutina ¡ bendita rutina ¡

MICROS


Miró disimuladamente a su mujer para saber si le gustaban los espaguetis con ajo.

10 de junio de 2009

MANUAL DE INSTRUCCIONES


Creo que las mujeres son más listas. Más de listas, me refería. Ellas lo ordenan todo y lo ponen en papel. La compra. El plan de la semana. Lo que le falta a la maleta. De ello podremos hablar otro día. Lo que creo es que este esquema vital lo llevan a extremos que yo, como hombre y no sé si como ejemplo, no comparto. Cuando dejas a tu hijo al cuidado de otra persona, por ejemplo. Hablo, por tanto, de mi experiencia personal y en esta historia mi pareja será la mujer y yo el hombre. Discrepamos, y viva la discrepancia. La mujer deja una lista, escrita o no, con las rutinas del niño, si duerme o no duerme, cómo lo hace, cuando lo hace, cómo le gusta abrazar al muñequito, la luz que hace falta, la hora mejor para que lo haga. Si va o no al parque. Si le gusta más el tobogán que el columpio. Si comerá mejor a la una que a las dos. Si hay que tener cuidado con que vea la tele, si es mejor que lo haga después del biberón, que le ayuda a relajarse. Si tiene un poco de tos, cómo está la caca, las veces que es probable que lo haga, si bebe mucha o poco agua. Entrega una mujer a un niño como si entregara una lavadora, con un largo manual de instrucciones. Ahí puede que esté la clave. El hombre prefiere probar los mandos de un televisor antes de leerse el manual. Es probable que se la pegue un par de veces y hasta puede que hastiado termine recurriendo al manual (o llamando a su pareja) pero de primeras prefiere la auto-experimentación. Un hombre por tanto entrega a su hijo con mayor tranquilidad, porque no me gustaría llamarlo dejadez. Yo, en particular, si dejo a mi hijo con una tercera persona es porque confío en él (no digo, ni mucho menos, que una mujer no lo haga) pero sobre todo, confío en que esa persona tiene el derecho a interrelacionarse con mi hijo en condiciones de igualdad. No es un profesional, es un abuelo, una familiar, un amigo, que te hace un favor, por tanto me siento en la obligación de regalarle la libertad de aprender desde cero a convivir con mi hijo. Porque los niños son muy listos, y saben adaptarse, y saben lo que pueden sacar de cada uno de nosotros. Si esa persona fuera a cuidar durante mucho tiempo a mi hijo sería yo quien hiciera la lista. Pero una vez, ¿qué más me da si duerme más tarde o más pronto? ¿si come mejor o peor? La mujer piensa primero en su hijo, pero también en quien lo cuida, en facilitarle las cosas. Yo no, yo pienso en que es maravilloso enfrentarte a una mañana con un bebé, intentar entender que le pasa, ser feliz por descubrirlo, sufrir porque no lo haces. En el fondo esa es la paternidad, ese es mi regalo para quien me hace el inmenso favor de quedarse con mi hijo cuando yo no puedo hacerlo. Ahora cabría saber si tú, hombre o mujer, madre o padre, te sientes identificado con el rol que acabo de mostraros…

MICROS


Solo su naturaleza impuntual podía justificar su increible longevidad, en definitiva no hacía otra cosa que llegar tarde a todas las citas, incluso con su propia muerte.

9 de junio de 2009

LA SELECTIVIDAD


La selectividad no llega a ser como la mujer de la curva, porque sabemos donde está, todos los años por estas fechas, pero casi. Es un momento mítico y una espada de Damocles que pende sobre el adolescente desde los quince años. En la selecitivdad, que es como el triángulo de las Bermudas del estudiante, ha pasado de todo. Recuerdo cuando fue mi hermana, unos años antes que yo porque siempre fue mejor estudiante, la observé por la ventana alejarse con su mochila como quien ve a un hermano partir a la batalla: que tengas suerte y vuelve entera. De adolescente la verdad es que no valoras la importancia de las cosas (¡ ni falta que hace ¡) Para mí era más relevante haberme aprendido una docena de acordes en la guitarra que todos los conocimientos filosóficos imaginables. Viví la selectividad con cierta rutina, quizá con inercia. No sabía que iba a ser de mi vida porque, en definitiva, lo único que me importaba era que mi guitarra estuviera afinada para poder cantarle a mi chica. Iba camino de los 20, la mili hecha y como profesión un título de socorrista. Aprobé las dos asignaturas que me quedaban de COU y entonces apareció ella, la temida selectividad. Me presenté sin demasiado tiempo para estudiar, aprovechando los días de lluvia en el botiquín de la piscina. Descubrí, no lo niego, cierto gusto incipiente por el estudio y, sobre todo, por la planificación. Hice un riguroso plan, certero y consciente de mis limitaciones y estudié a fondo lo que podía estudiar. La universidad era el mundo de los mayores, de los grandes. Como teníamos amigos ya estudiando habíamos ido incluso a fiestas, pero entrar en sus aulas, sentarte en una de sus sillas, uf, que gran experiencia, que gran empujón al ego. Tres días intensos y mucha suerte. Al final aprobé, con cierta holgura para mi historial. Entonces se abrió una puerta con la que no contaba, no tanto porque la viera imposible, como porque pensar más allá de dos meses me resultaba complicado: ¿podría estudiar una carrera? ¿yo, el Larrey de los pantalones pintados, la guitarra, los cuadernos repletos de historias, la cabeza llena de pájaros estudiando una carrera? Pues sí. Ahora veo la selectividad como la cima de mi carrera, llegue exhausto, sin fuerzas, miré el horizonte, lleno de nubarrones y tomé fuerzas. Si hubiera suspendido, algo totalmente previsible, quizá mi vida hubiera sido otra, quizá nunca hubiera estudiado, quizá nunca me hubiera sentido capacitado para ello. Mi futuro no hubiera sido económicamente mejor o peor, ni tan siquiera anímicamente, pero hubiera tenido que vivirlo con la losa permanente de ser el zoquete de la familia. Bueno, ¿para qué os lo voy a negar? esa losa no me la logró quitar ni mi sorprendente selectividad ni mis años de buen estudiante universitario. Pero esa ya es otra historia…

MICROS


Una vez más sobrepasó la raya. Pese al exceso se sintió tranquilo, pensó que mientras supiera donde estaba ese límite sabría volver...

8 de junio de 2009

LA FIESTA DE DISFRACES


La invitación era muy clara: fiesta de disfraces, las mujeres irán de prostitutas y los hombres de superhéroes. Injusto a todas luces, pero de lo más interesante. Invitaciones individuales, por lo que nada de parejas, demasiado. Se preparó a conciencia, eligiendo un disfraz coqueto y misterioso, simplemente de persona normal, con el pelo engominado y gafas. Ahora, debajo de su camisa, si alguna puta se sentía intrigada, iba a estar la camiseta de superman. La fiesta tiene lugar en un chalet a las afueras. Mucho lujo, mucho servicio, mucha niña mona a la que le sienta el disfraz de prostituta como si de verdad se dedicara a ello, a otras no tanto. Supermanes, batmans, spidermanes por doquier coqueteando. Él ha elegido bien. Una joven de pelo muy corto y rubio. Piel morena. Labios rojo intenso. Copa de martini sensualmente mecida por unas manos repletas de anillos y pulseras. Top ajustado de color blanco, falda diminuta, botas blancas y altas, por encima de la rodilla, tan altas que cubren mucha más pierna que la minifalda. Se han mirado. Se han sonreído y después el juego. Que cuanto cobras, que si te gusta tu trabajo, que si tu la verdad es que pareces el Clark Kent. No ha hecho falta mucho más, cuando la conversación se perdía en convencionalismos ella ha tomado la iniciativa, y de la mano, como si conociera a la perfección la casa, lo lleva a una pequeña habitación en el piso de arriba. Está tan encantado como sorprendido, nunca ligar le había costado tan sumamente poco, ni siquiera una mísera copa, ni una sola frase ingeniosa. Ella lleva el tema del disfraz hasta el final adornándolo con frases soeces y besos exageradamente salvajes. Su acento o es sudamericano o forma parte del disfraz. A la tenue luz intermitente que entra de la fiesta su cuerpo, ya desnudo sobre la cama, le parece mucho más moreno, de un tentador color chocolate. Los pechos son pequeños, pero firmes, la cintura marcada, como si hiciera mucho deporte, el culo prieto y respingón. Ven, mi amor, quiero comerte esa polla de una vez. Él está todavía vestido, porque entre la velocidad de ella y el efecto del alcohol, todo ocurre demasiado rápido. Espera, espera. Se desnuda algo nervioso, tanto que casi se cae al quitarse los zapatos. Se acerca a ella, arrodillándose en la cama, pero ella frena sus impulsos para poder comerle la polla con toda comodidad. El golpe de placer es brutal cuando los labios y la boca se concentran en la cabeza del pene. La lengua es una manta que la recibe y la acompaña en cada movimiento. Él busca con sus manos los pechos, la cintura, al cabeza, no tanto para agradecer la pericia de la boca, sino para asegurarse la verticalidad. Cuando ella decide que ha terminado, en el momento justo, porque unos segundos más tarde hubiera terminado el juego con la boca llena de semen, se tumba en la cama abriendo tanto las piernas que tiene que sujetarlas por debajo de las rodillas. Él se acerca para bucear en su coño pero lo detiene. No, mi amor, no necesito que me prepares, estoy bastante caliente ya, y se toca el sexo con obscenidad. Él va a buscar un preservativo, pero una vez más llega tarde, cuando se incorpora para hacerlo ella lo hace también, saca de algún lugar uno y de un solo golpe se lo coloca en la polla. Sigue atónito, pero un cuerpo hermoso y desconocido expectante y una polla enfundada en látex no requiere de mucha explicación. Se tumba y la besa. Ella rehúye sus besos y le ofrece el cuello. Él ni se percata, porque ya está dentro. Movimientos lentos. Ella golpea su pelvis con fuerza, vamos mi amor, dame fuerte. Él no tiene prisas. Ella parece que sí. Vamos, vamos, fóllame como tú sabes. Cabría preguntarse como ella sabe que él folla bien o mal, pero le parecen frases hechas. Bueno, no le parecen nada, simplemente entra y sale de su cuerpo y se deja llevar el aroma azucarado de su cuello. Quiero que te corras dice él, antes que yo. Mi amor, no pienses en nada, solo fóllame. Date la vuelta, le pide. Él entonces se tumba en la cama y ella se monta encima. Lo coge de los hombros, él de la cintura. Los movimientos de la cadera parecen un baile, círculos concéntricos, hasta que él anuncia que si no para se correrá. Entonces se acabaron los círculos y empiezan los golpes largos, tan largos que en algunos casos la polla llega a salirse del coño, pero no importa, es tal la erección que éste la encuentra a su retorno en el mismo sitio. En uno de estos movimientos llega el orgasmo, salvaje, brutal, demoledor, que lo deja rendido sobre la cama. Ella le da un tierno beso y salta como si fuera una acróbata de la cama, para vestirse a una velocidad endemoniada. Me gusta tu disfraz, dice él, todavía derrotado y desnudo en la cama. ¿Disfraz? Pregunta ella. Sí, el de puta ¿no? Perdona, mi amor, pero yo no vengo disfrazada, estoy trabajando, te lo dije en la barra, y que esto te iba a costar 150 euros. Ya, ya, no hace falta que sigamos con la farsa, es una broma ¿verdad? Pero el gesto serio le invita a pensar que no. Bueno, eso y unos poderosos nudillos llamando a la puerta. ¿Va todo bien? Sí, papito, no te preocupes, va todo bien, me paga y salimos ¿Puedo pagarte con tarjeta…?

MICROS


Aunque era pobre, desde pequeño siempre quise viajar, conocer culturas nuevas, gente diferente, otras formas de ver la vida ¿Y qué hiciste? Aprendí a leer.

LA POMPA


7 de junio de 2009



Camino del colegio pasa un camión de la basura con su tarea ¡ Qué mal huele ! comenta Rubén. Claro, le aclara su madre, huele a basura. Siguen caminando y el camión se aleja. ¿Ves, mamá? aquí ya no huele a basura, aquí huele a calle.

5 de junio de 2009

MADUREZ EN DOS GOLPES


La madurez va llegando a golpes. En mi caso fueron dos, muy concretos, que tuvieron lugar hace ya algunos años, lo que no deja de provocarme un suspiro de nostalgia. El primero paseaba por el parque de mi viejo barrio, pasé junto al patio de un colegio cuando un balón, desafiando todas las leyes de la física y la gravedad dibujó una parábola que lo dejó a escasos metros de mis todavía futboleros pies. La inercia fue inmediata, pequeña carrera, golpeo certero con un pie, control con el otro y cuando la pelota se mantenía en el aire y armaba la pierna derecha para dejarla de vuelta en el patio del colegio, los niños corrieron hacia la verja y gritaron al unísono, como un insensible coro de pequeños demonios, señor, señor, la pelota ¿Señor ? maldije, y tan turbado me sentí que antes de golpear la pelota pensé en cambiar su trayectoria y regalársela al vecino del sexo del edificio colindante. Al final pudo mi espíritu futbolero y no sin cierto rencor, la dejé donde debía. La segunda ocasión fue todavía más dolorosa, por colectiva, quizá. Desde que nos conocimos en el instituto mi grupo de amigos tenemos una pequeña canción que es (era, ahora entenderéis por qué) nuestro pequeño himno/juego. Es una adaptación de un juego infantil con la canción singin in the rain en la cual, dirigidos por uno de nosotros, vamos haciendo un baile en el que perdemos la ropa. Al final terminamos todos canturreando la fílmica canción totalmente desnudos, con los pantalones y los calzoncillos por los tobillos. Con 18, 20 años esto se celebraba con vítores y cánticos generales, en especial de las féminas, que a dos copas que llevaran rara era la fiesta en la que no pedían ¡ un singing, un singing !. Pues avanzados ya en la veintena, con el yugo de la treintena bien presente, estuvimos en una boda, la primera de un amigo directo, y la fiesta terminó como se merecía, con la renombrada canción. No hubo vítores ni peticiones previas, tampoco grandes aplausos cuando la ropa terminó en el suelo y nosotros canturreábamos como la versión pingüinera de Gene Kelly. Se nos acercó el seguridad del local, muy serio y nos dijo, hagan el favor (llamándonos de usted) de ponerse la ropa, están haciendo el ridículo. Entonces nos vimos allí, sin el apoyo del respetable, con nuestras incipientes barriguitas y comprendimos que había sido la última vez de aquel afamado baile. Fue entonces cuando me hice mayor.

MICROS (CONVERSACIONES DE BARRA)



4 de junio de 2009

REMORDIMIENTOS


Ayer le fui infiel a mi pareja. Ocurrió de la forma más absurda e inesperada. Circulábamos los cuatro con el coche, bromeando, cuando parados en una glorieta una mujer hermosa, alta, morena, vestida con una camiseta de tirantes negra, chaqueta en mano, y una falda tubo, del mismo color, ajustada justo por debajo de las rodillas, desfallece y cae al suelo, probablemente por el calor. Me quedé petrificado al volante, porque nadie a su alrededor pareció percatarse de su caída, así que salí del coche y le pedí a mi pareja que lo aparcara mejor, mientras me esperaban. Recogí a la joven inconsciente y la llevé a unos soportales cercanos donde había sombra y la ayudé a volver a la consciencia. Cuando lo hizo tuvimos una extraña conversación, cruzada con algunas miradas de complicidad. Su cuerpo era extremadamente hermoso, no lo voy a negar, la camiseta de tirantes dejaba ver un escote de vértigo y los brazos de chocolate eran tremendamente tentadores. No sé como ocurrió, tal vez de un beso en la mejilla agradeciéndome el gesto de haberla levantado del suelo, pasamos a un beso más intenso, pero cuando nos quisimos dar cuenta estábamos abrazados, arrancándonos la ropa como quien dice, en un oscuro soportal a la sombra de la canícula de la tarde. Ella se entregaba por completo mientras yo seguía con mis reticencias. Se arrodilló, me bajó los pantalones y comenzó a besarme el sexo. Lo hacía con demasiada pericia. Entonces, en un extraño movimiento la dejé allí. Dejó de interesarme si estaba o no recuperada de su golpe de calor y volví corriendo a la glorieta, donde, lógicamente, mi familia no me esperaba. Me sentí completamente abandonado, ¿dónde estaban?¿por qué no me habían esperado?¿estarían bien?Entonces desperté, y en ese momento sentí tantos remordimientos que me abracé a ella con todas mis fuerzas. ¿Te ocurre algo?¿estás bien? Tranquila, mi vida, duerme, solo ha sido una pesadilla.

MICROS


Tenía tanta sangre fría que se le heló el corazón.

3 de junio de 2009

OLORES


No sé si me lo he inventado yo, que soy muy dado a olvidarme dónde aprendo las cosas, pero creo que los olores son el elemento más perdurable en nuestra memoria. Las imágenes se difuminan, hasta los rostros, las sensaciones, los colores, las frases, los recuerdos, pero cuando un olor se ancla en la memoria, su identificación es inmediata. Todavía recuerdo el olor de la colonia de mi abuela, más de diez años después de su muerte, si me cruzo con otra mujer que la lleve me viene su sonrisa a la memoria, no falla. Hay olores y olores. Tengo marcado a fuego el olor de mis hijos nada más nacer, ese para mí es el olor del milagro. Pero hay muchos otros olores atados a recuerdos. Y no todos tan poéticos. El olor del cloro de la piscina, que me huele a largas tardes sentado bajo una sombrilla; el olor azucarado de la uva pisada, que me huele a fin de verano y cuévanos al hombro; el olor de un bar antes de abrir; el olor a café recién hecho; el olor a pan de la panadería de mi abuelo; el olor a leña de los pueblos en invierno; el olor de los rotuladores, que me huele a ocio y tiempo para perder; el olor de la tierra mojada en verano, que huele a libertad y, curiosamente, a pelo de mujer; el olor esponjoso de un bebé, que huele a sonrisas; el olor del ajo en la sartén, que me huele a que bien sabe mamá; el olor del campo en primavera, que huele a infinito; el olor del sexo de una mujer, que huele a dulce invitación; el olor de un libro recién abierto, que huele necesidad de soñar; el olor de los mercados de fruta, que huelen a alegría; el olor de una cerilla recién encendida, que no sé a que huele, pero que me fascina sin más; el olor de las personas a las que amas, que huele a necesidad... en fin, olores, hay tantos ¿nos cuentas los tuyos?

MICROS


Nunca es tarde si la picha es buena escribe en su agenda, con una enorme sonrisa, todavía jadeante, la mujer que acababa de perder la virginidad a los cuarenta.


PREGUNTA DEL AUTOR: ¿por qué una mujer puede perder la virginidad a los cuarenta?

2 de junio de 2009

SI LOS CURAS COMIERAN CHINAS DEL...


Cañizares fue cura en mi barrio. Una parroquia junto a un colegio. Este tipo confesó y asesoró a centenares de niñas de mi entorno sobre como debían relacionarse con sus semejantes, con los chicos de su edad y con su propio cuerpo. Este tipo es el mismo que ahora dice que los abusos sexuales a menores son un delito muchísimo menos preocupante que el aborto. Es decir, que destrozarle la infancia a un ser vivo es mejor que cortar su posible llegada al mundo. Y entiendo que desde el prisma católico, como defendió Mayor Oreja con cierta clase taurina y eufemismo político, el aborto es un asesinato, por lo tanto no hay nada peor que un asesinato. Bien, eso, aunque no lo comparta puedo encajarlo dentro del pensamiento católico. Pero de ahí a ningunear a los hijos de puta de los curas que gustan sodomizar a muchachos y muchachas, a muchos para enterrarlos en la misera aun vivos, va un mundo ¿Cuándo se dará cuenta la sociedad de que esto no es casualidad? hasta un niño, que no sabe de probabilidades ni estadísticas, se daría cuenta que el porcentaje de abusadores entre la curia es infinítamente superior que en el resto de personas. Y no creo en las casualidades, ni que la suerte sea tan esquiva y repetitiva durante tantos siglos. Que no. Una de dos, o es fácil que un pederasta encuentre rentable la profesión de cura, el contacto con los niños, la posibilidad de esconder su deseo en las caricias paternales y toda la historia que conocemos; o siendo cura a uno se le pueden despertar los más bajos instintos con mayor facilidad que al resto de los mortales. Y que luego entre ellos se protejan en lugar de proteger al débil es vergonzoso. Los únicos pederastas que pueden seguir con su vida normal una vez que es sabido su delito son los curas ¿eso también es casualidad? El corporativismo con los delincuentes en la curia va en contra de todos los principios democráticos y morales y estos incluyen algunos de los que luego defienden en sus púlpitos. Cañizares me pareció siempre un tipo de poco fiar, y ahora menos, ahora me parece un indeseable. ¿La justicia no puede hacer nada contra este tipo de declaraciones?¿cuando nos quitaremos el dichosos lastre cristiano católico de nuestro sistema? Estoy hasta donde la espalda pierde su casto nombre de todo esto.

MICROS


Mientras prepara el biberón escucha ¡ no olvides echar los polvos ! Él se limita a suspirar nostálgico.

1 de junio de 2009

Y AL FINAL, REMORDIMIENTOS


No ha habido excesos, ni papeles que hayan caído de la mesa, ni gemidos incontrolados que pudieran haber atravesado las paredes del despacho. Ha habido deseo contenido, ¿desde cuanto tiempo atrás? no lo saben. De una caricia tierna, casi paternal han pasado a un largo beso. Mientras sus labios se reconocían y las lenguas se atrevían, no sin cierta timidez a entrar en el baile, había más incertidumbre y sorpresa por un desenlace al tiempo deseado y temido, que pasión desenfrenada. Después un breve silencio que se les hizo eterno. Con los ojos, callados, la respiración alterada, parecían preguntarse si estaban bien lo que estaba a punto de ocurrir. Un segundo después otro beso, largo, tierno e intenso, certificaba que los temores estaban por debajo del deseo. Después llegaron las caricias, todas por encima de la ropa. Él buscaba los pechos con insistencia, esos pechos que tantas veces había visto y había deseado sin que su cabeza le permitiera reconocerlo. Los besó incluso por encima de la ligera camiseta, sin atreverse a quitar la ropa, como si temiera que se pudiera romper la magia del momento con esfuerzos de ese tipo. Las pelvis, llevabas por el deseo, se rozaban insistentemente demandando protagonismo. Para ambos todo esto es prácticamente nuevo. Ella ronda los 20 y un cuerpo despertando al deseo, desconcertado entre lo que siente y lo que realmente cree debería sentir. Está enamorada y su cuerpo excitado, ¿incompatible? Él no tiene el valor suficiente para razonar lo que siente, porque sabe que deseo sería la palabra prohibida que debería utilizar. Por eso cerraba los ojos, fuertemente, como intentando que lo que estaba ocurriendo y que deseaba con todas sus terrenales fuerzas no estuviera ocurriendo en realidad, o fuera una fantasía, mucho más fácil de gestionar. Pero ocurría, y vaya que sí ocurría, le decían las piernas de su amante, ligeramente recostada sobre la gran mesa, abrazándolo fuertemente por su cintura. Fue ella quien tuvo que quitarse las braguitas, fue ella quien tuvo que buscar en su bolso un preservativo e incluso recibir su mirada entre la sorpresa y la reprobación. Fue ella la que le bajó los pantalones, la que intentó llevarse el sexo a la boca, a lo que este se negó con cierta ternura; y fue ella la cubrió la piel con la goma. Después la dirigió a su coño, latente, húmedo y deseoso. Igual que ocurrió con el beso, unos instantes de desconcierto cuando el tremendo placer de sentirse uno parte del otro les obligó a morder un gemido. Silencio; ya no hay marcha atrás. Ella sonríe, no deja de ser irónico que se sienta más cerca del cielo que nunca. El no resiste la evidencia de su placer, ni el de ella, con el pelo alborotado, sudorosa. Cierra los ojos pero sigue sin poder. Se sale de ella, ante su sorpresa, la da la vuelta y la deja sobre la mesa. Entonces sí, entonces la penetra con violencia, con el deseo reprimido de décadas, agarrándola por la cintura. Ella ha sentido algo de dolor que se ha disipado en media docena de embestidas. Ahora sí que los objetos de la mesa empiezan a ser testigos sonoros de la batalla de los sentidos, cayendo al suelo no sin cierto estrépito. Hasta que llega el orgasmo. De él, porque ella aun hubiera necesitado algo más de tiempo. Se deja caer sobre la espalda de su amante y en ese mismo instante, cuando todavía alguna dentellada de semen se estampa contra el preservativo, el acceso de remordimientos es instantáneo. Se separa de ella, que se queda todavía recostada sobre la mesa revuelta, feliz aunque no haya conseguido su orgasmo. Él, con el preservativo en la mano no sabe que hacer, y gira como una peonza. Entonces ella se da la vuelta y sonríe. No es para menos, la estampa del hombre erecto, con los pantalones por los tobillos, un preservativo en la mano y la mirada desconcertada y perdida no es para menos. Trae, anda, yo lo tiraré. Se recompone la ropa. Él hace lo propio pero ya no se miran. Ya no hay deseo contenido y sí mucho amor incapaz de sentirse, cada uno a su modo, cada uno con sus miedos. Cuando ella se acerca a despedirse él retira la mirada. Ella comprende y siente una profunda punzada de dolor en el pecho que le hace olvidar al instante todo el placer sentido. Sale del despacho intentando reprimir el llanto. Cuando cierra la puerta él ya se ha puesto el alzacuellos y mira al cielo, perdóname señor, porque he pecado...