No sé si me lo he inventado yo, que soy muy dado a olvidarme dónde aprendo las cosas, pero creo que los olores son el elemento más perdurable en nuestra memoria. Las imágenes se difuminan, hasta los rostros, las sensaciones, los colores, las frases, los recuerdos, pero cuando un olor se ancla en la memoria, su identificación es inmediata. Todavía recuerdo el olor de la colonia de mi abuela, más de diez años después de su muerte, si me cruzo con otra mujer que la lleve me viene su sonrisa a la memoria, no falla. Hay olores y olores. Tengo marcado a fuego el olor de mis hijos nada más nacer, ese para mí es el olor del milagro. Pero hay muchos otros olores atados a recuerdos. Y no todos tan poéticos. El olor del cloro de la piscina, que me huele a largas tardes sentado bajo una sombrilla; el olor azucarado de la uva pisada, que me huele a fin de verano y cuévanos al hombro; el olor de un bar antes de abrir; el olor a café recién hecho; el olor a pan de la panadería de mi abuelo; el olor a leña de los pueblos en invierno; el olor de los rotuladores, que me huele a ocio y tiempo para perder; el olor de la tierra mojada en verano, que huele a libertad y, curiosamente, a pelo de mujer; el olor esponjoso de un bebé, que huele a sonrisas; el olor del ajo en la sartén, que me huele a que bien sabe mamá; el olor del campo en primavera, que huele a infinito; el olor del sexo de una mujer, que huele a dulce invitación; el olor de un libro recién abierto, que huele necesidad de soñar; el olor de los mercados de fruta, que huelen a alegría; el olor de una cerilla recién encendida, que no sé a que huele, pero que me fascina sin más; el olor de las personas a las que amas, que huele a necesidad... en fin, olores, hay tantos ¿nos cuentas los tuyos?
3 de junio de 2009
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5 comentarios:
Precioso e íntimo tu escrito,me encanta.Yo tambén soy de recordar olores y sensaciones y miradas y esas cosa intangibles e impalpables..ojala pudiese hacer catalógo de ellas.
Para mi la primavera huele a azahar,el otoño a manzanas asadas ,el invierno huele a leña en mi pueblo que contrasta con el frio en la nariz,,es bonito ,pero a mi no me gusta el invierno,todo es noche,oscuridad.
Los lápices de color alpino me recuerdan mis reyes,el olor de los libros nuevos mi niñez, siempre huelo el libro al comprarlo
y el olor a Rochas ,me recuerda a mi a los 18,cuando decidí que ese sería mi perfume...uffffff y asi con tantas cosas.
Besos
Bufff, mi pituitaria está asolada por el terrible olor a podrido que desprenden los mercaptanos de la factoría que ENCE tiene ubicada en San Juan del Puerto.
Abrazos.
Me ha gustado mucho el artículo de hoy. Yo añadiría el olor de la caca de mis hijos... en seguida reconozco cuando le tengo que cambiar el pañal!!!
Los olores... una de las erosiones que me ha dejado mi "golpe". He perdido parte del olfato, algo que me puede privar de algunos placeres pero también de "no placeres" a saber: las ventosidades de mi pareja ayer mismo, consecuencia de las judías a la asturiana que comió, y que le duraron hasta bien entrada la noche ¡ni enterarme! mientras mi hijo decía que era imposible estar en el salón. Y... me han cambiado los olores, como el de mi colonia favorita, el de mi propio sudor, esas cosas.
De cualquier forma puestos a elegir un olor diría el de la tierra mojada en la montaña, el olor de la pureza.
Saludos. PAQUITA
Un coche nuevo, huele que da pena que se caiga una miga de pan (mi ibiza ni huele después de 10 años y está a falta de una buena limpieza infantil)...el olor a bebé creo que es el más increible, es que tengo un bebe en brazos y le esnifo ¡madre, quién me vea!...el olor a pies infantiles que huelen a "quesito" y son motivo de risas y caretos, ja,ja,ja...huele, huele, ohhhhhh ja,ja,ja,ja.....los besos no huelen pero alimentan el alma. Bss y buenas noches
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