10 de junio de 2009

MICROS


Solo su naturaleza impuntual podía justificar su increible longevidad, en definitiva no hacía otra cosa que llegar tarde a todas las citas, incluso con su propia muerte.

1 comentario:

ralero dijo...

Pues no sé si en ese ultimo caso de llegar impuntualmente le valdría a este individuo aquel refrán que dice que "nunca es tarde cuando la dicha es buena".

Abrazos.