31 de enero de 2007

Los monstruos modernos


Durante la infancia tenemos una serie de monstruos en el universo imaginario colectivo que en buena medida servían para regular nuestra conducta, para anclar nuestra volatil mente infantil a la tierra. Algunos ancestrales, como el hombre del saco, o el abobinable Hombre de las Nieves. Otros más modernos, como Drácula, El Hombre Lobo o incluso Freddy Krueger. Y, luego, claro, están los localismos como el Tío Camuñas y otros muchos. Esos monstruos, de voracidad sin límites, tenían muy acotado su radio de acción y la simpleza de esconderse bajo las sábanas, unas sábanas que nunca dejaron de ser máginas, servían para alejarlos. O un abrazo a papá o mamá, y el saco y su dueño desaparecían por el resquicio de la puerta.
Ahora, que ya soy adulto y he descubierto, muy a mi pesar, que las sábanas nunca fueron mágicas, ha entrado en mi vida el monstruo más feroz de todos. Este monstruo se escapa a las convenciones de los cuentos, no entiende de abrazos, ni de pózimas, ni de conjuros. Solo entiende de números. Me lo imagino con sus fauces sanguinolientas llenas de sueños y de intereses variables. Las garras afiladas con ofertas y demandas. No hay sábana, por mágica que sea, de la que no pueda zafarse. Dice Calamaro que no hay mal que resista a veinte horas de sueño. Este sí, a veinte horas y a veinte, veinticinco e incluso treinta años. Solo su nombre ya me da escalofríos, EURIBOR. Igual que los fantasmas venían precedidos por el sonido de su bola y de sus cadenas, éste viene acompañado por el tintineo de las monedas. Su voz es de mafioso y tiene la virtud de llegar a todos los rincones, quieras o no, y de aliarse con seres normales que habitan ese lugar que cada vez da más escalofríos: los bancos. Dice Pablo Motos, y no le falta razón, que antes, cuando ibas a un banco, tenías miedo de que te fueran a atracar a la salida. Ahora, en cambio, sales tan tranquilo, porque sabes que donde te han atracado ha sido dentro. Antes eran los fantasmas los que tenían cadenas, hoy lo somos todos, esas cadenas del monstruo EURIBOR, que nos condenan, con unos grilletes que en la mayoría de los casos se aprietan cada año más.
¿Alguien tiene un pózima o conserva las sábanas mágicas de su infancia?. A mi los grilletes han empezado a hacerme sangre.

30 de enero de 2007

El recuerdo del abuelo

Va, eso son cosas de tu abuelo, seguro. Que no, que no, que te juro que esto servía para eso. Sustenta en el aire el metálico y misterioso objeto. Alargado y curvo, con dos bolas, igualmente metálicas, una a cada lado, con una única diferencia, el color, una punta azul sobra una, roja en la otra. ¿Qué hacéis?, pregunta un tercer amigo. Nada, aquí Ernesto, que sigue empeñado en convencerme de que lo que tiene en la mano servía para sacar agua, líquida, ni si quiera en pastillas, vamos, que apretabas un botón y chorreaba agua. A lo mejor salía también oro y tu abuelo nunca lo supo. Los dos amigos ríen la ocurrencia mientras él, derrotado, maldiciendo la costumbre de creerle todas las aventuras, deja el grifo, con desprecio, junto a otro montón de objetos inútiles.

29 de enero de 2007

Estos jueces

Leo una vez más una noticia en la prensa escrita. La resumo en cuatro frase, se detiene a un ciudadano marroquí porque supuestamente conduce un coche robado. Él asegura que es de un amigo que está en esos momentos en el extrajero. No se escuchan sus razones y se le enjuicia por tal supuesto delito. El fiscal y el juez siguen en sus trece de tal modo que hasta el abogado defensor le sugiere que se declare culpable para rebajar la condena. Lo hace y es condenado a dos años de cárcel. Al carecer de antecedentes la condena no se hace efectiva. Nadie, ni en los juzgados ni en la defensa, tuvo la brillante idea de ponerse en contacto con el dueño del vehículo, ni tan siquiera cuando volvio a España a por él. Ahora el Tribunal supremo ha reabierto el caso, escuchado la versión del dueño y exculpado al ciudadano Marroquí, dándose por tanto la circunstancia curiosa de que él se considera culpable (por obligación) y la justicia inocente.
Hace unos meses leí otra noticia que me dejó helado. Seguimos en la misma "pista de circo". Un joven, otra vez marroquí (yo no opino, de momento, trasmito), retenido en un centro de menores, recibe una brutal paliza, supuestamente por parte de varios de sus monitores, con ayuda de los vigilantes del centro. La familia interpone una denuncia y un juez determina que sí, que el muchacho tiene razón, que recibió una paliza, y la recibió de quien él asegura, pero al ser tan confusa la autoría es imposible de inculpar de forma clara a alguno de los imputados, por lo que el delito queda impune. Y esto no es lo peor, como el muchacho ha interpuesto la denuncia y el fallo ha sido en su contra ha de correr con los gastos del juicio.
¿A dónde vamos a llegar?, ahora sí que opinio. Soy de las personas, ingenuas, que sigo creyendo en la indepencia de los poderes, en la libertad de la justicia. Pero también hay veces que no puedo evitar caer en el tópico de culpar a las leyes. Luego, viendo noticias como estas pienso que tal vez, al fin y al cabo, las leyes no estén tan mal, que los ingredientes no sean de tan baja calidad, sino que son los cocineros los que día a día meten la pata no entendiendo que no cocinan para esa extraña señora de la balanza, sino para los ciudadanos, para quienes trababajan o deberían trabajar. Por favor, señores jueces, bajen a la tierra, pongan los pies en el fango del día a día y apliquen la ley con valentía.

27 de enero de 2007

Mi olimpo de los dioses

Cuando era pequeño admiraba a Arconada. Él era el Zeus de mi Olimpo particular. Tanto que más allá de sus acrobáticas estiradas lo imaginaba insomne, incluso con capa, deshaciendo entuertos, salvaguardando la ley y el orden. Según fui creciendo y la vida me fue enviando mensajes de adulta cordura, como el fraude de los Reyes Magos o el Ratoncito Pérez, los habitantes del Olimpo fueron cambiando. Llegó la cultura y el cine. Así que los nuevos dioses fueron extraños tipejos al grito de "acción". George Roy Hill, Paul Newman, Jean-Paul Rappeneau y su Cyrano, el Leolo de Jean Claude Lauzon, Armendáriz...tantos y tantos creadores del celuloide. Los admiraba por lo que me hacían sentir, pero también había ya un cierto grado de envidia y frustración, por qué no, pensando que ellos hacían lo que yo nunca llegaría a hacer. Papá Noel había muerto definitivamente. Ese Olimpo se fue retroalimentando con el paso del tiempo, de él entraban y salían sin sillón fijo, salvo los genios peremnes inmunes a su propia creación. Hasta que un día caí en la cuenta de que salvo excepciones como Medem o Aranoa, casi todos mis dioses venían del mar de las letras. Así fue como pasé de Arconada a Jose Luís Sanpedro. Y ahí han estado alimentando a partes iguales mi ilusión por imitarlos y mi frustración relativa por no llegar nunca a su altura. De igual modo que pasó con el mundo del cine, mi olimpo particular se fue llenando de otros personajes más cercanos, más del día a día. Mis padres, superando el natural rechazo adolescente, por darlo todo para que fuera lo que soy, mi abuela por saber dejarnos sin perder la sonrisa, mi tía Juliana, por rebosar amor. Mi tío Miguel por tantas cosas. Inma, mi compañera del alma, por acoplarse tan bien a mi. De igual modo hay personas a pie de calle que me llenan por una acción, como aquel joven que se lanzó a un terraplén para intentar salvarle la vida a un camionero entre las llamas de su vehículo. Personas como él, que tienen una forma de ver la vida mezcla heroismo y sensatez aplastante son las que me han llevado hoy a sentarme a escribir.
La primera vez que lo vi fue en una película de Medem, otro de los habitantes del Olimpo. Se comía la pantalla. No por su belleza o carisma, sino por la dramática sensatez de sus palabras. Palabras que muchos de los que hoy alimentan ese odio fratricida tan de moda en la política española deberían tatuarse en el alma. Después de un tiempo ha vuelto a mi vida, nuestra vida, y seguro que con molesta involuntariedad, porque si algo caracteriza a Eduardo Madina, pese a su pasado y su presente, es el rechazo al protagonismo. Como él dice, ha buscado siempre guardar su intimidad de miradas ajenas. Madina es dirigente del PSOE vasco y víctima de ETA. Pese a esto último y siempre por su forma de ver la vida, esa forma que le ha llevado a la cúspide de mi Olimpo, no se siente una voz especialmente autorizada. Ser víctima, ha dicho, no me parece un valor añadido a la hora de tener razón. Eso también deberían tatuarselo en el alma más de uno. Lo que me impresiona y me frusta a un tiempo, por estar tan lejos de mi alcance, es su serenidad. Pese a lo que ha vivido ha sabido crearle diques al odio, para que,como él mismo nos explica, ETA no consiga lo que busca, que es multiplicar el odio. Deberíamos tatuarnos todos su filosofía de vida, yo el primero. Eduardo, bienvenido a mi olimpo.

26 de enero de 2007

Las galletas

NOTA: por problemas ajenos a mi, esto ha sido eliminado y lo repongo (Gracias, Dori, fiel lectora)
Una chica estaba esperando su vuelo en una sala de espera de un gran
aeropuerto. Como debía esperar un largo rato, decidió comprar un libro y
también un paquete con galletas. Se sentó en una sala del aeropuerto para
poder descansar y leer en paz.
> Asiento de por medio, se sentó un hombre que abrió una revista y
empezó a leer. Entre ellos quedaron las galletas.
> Cuando ella cogió la primera, el hombre también tomó una. Ella se
sintió indignada, pero no dijo nada. Solo pensó: "¡Qué descarado; si yo
fuera más valiente, hasta le daría una bofetada para que nunca lo olvide!".
> Cada vez que ella cogía una galleta, el hombre también tomaba una.
Aquello le indignaba tanto que no conseguía concentrarse ni reaccionar.
> Cuando quedaba solo una galleta, pensó: "¿qué hará ahora este
aprovechado?". Entonces, el hombre partió la última galleta y dejó media
para ella. Ah! No!. Aquello le pareció demasiado!. ¡Se puso a resoplar de
rabia!. Cerró su libro y sus cosas y se dirigió al sector del embarque.
> Cuando se sentó en el interior del avión, miró dentro del bolso y
para su sorpresa, allí estaba su paquete de galletas. . .intacto, cerrado.
¡Sintió tanta vergüenza!. Sólo entonces se dio cuenta de lo equivocada que
estaba. ¡Había olvidado que sus galletas estaban guardadas dentro de su
bolso!.

Comentario a mi artículo

Por su interés, os paso el comentario que ha llegado a este artículo (me gusta que se anime esto)
ENCARNA DE NOCHE:
Pura mafia, eso es lo que son. Y viven de eso, se han acostumbrado a vivir muy bien y ahora cuesta ponerse a estudiar o a trabajar.
En San Sebastián conozco el caso de cómo funciona la mafia de la kale borroka, citan a chavales, queman unos autobuses, contenedores o lo que sea, y les pagan en un portal. Un trabajo fácil y rápido a cambio de una pasta. Y eso solo es la base. La mafia actúa y paga muy bien, los batasunos hacen de comisarios políticos, conocen a toda la gente de sus barrios y pasan informes a sus jefes.
Igual le pasó al IRA, salvando las distancias. Si a Irlanda del Norte le hubiesen ofrecido el sistema autonómico español, hubieran renunciado a las armas mucho antes. Además, en el caso irlandés sí hubo una ocupación por parte de los ingleses.
Pero en Euskadi, ni ocupación, ni independencia ni nada.
Y la mafia se inicia por ese pensamiento que tanto daño ha hecho a la historia del hombre: el nacionalismo, ese gran engaño.
¿Qué significa ser español?, ¿o vasco?, ¿o inglés?. Si al final todos somos lo mismo, personas.
Qué pena que esta gente no se dé una vuelta por el mundo para que su mente pueblerina se abra un poquito a la realidad.
Claro que también es patética la postura de los nacionalistas españoles derechiles, eso sí, al menos ellos tienen muertos en sus filas y es posible entenderles en parte.

ETA S.A

Ayer detuvieron en Port Bou a un tal Iker Aguirre, supuesto "liberado" de la banda ETA. Lo más curioso de la noticia era que lo definían como un trabajador a sueldo. Como si los demás no lo tuvieran. Y es que ETA es como una empresa. Ya me imagino al tal Iker en su barrio, al sol de una mañana de domingo, leyendo la prensa especializada en empleo. Se busca asesino a sueldo, sin escrúpulos, con experiencia para comando itinerante. Coche y armamento a cargo de la empresa. Y es que ETA debe de tener hasta sus departamentos. Estará el departamento de cobros, muy activo durante estos últimos años y especializado en la extorsión a empresarios. Ya imagino el call center, la señoríta de voz típica, ¿está el señor Dalberri?, pues dígale que le han llamado de ETASA, que tiene impagada la cuota de los dos últimos meses. Tendrá, por su puesto, su red comercial y su departamento de marketing. Estará también el departamento de compras, muy atento a las novedades en armamento, con una ventaja sobre el resto de la empresas, que ellos manejan la variable del robo, mucho más rentable, dónde va a parar. Tendrán un director comercial, probablemente con chofer, un departamento de Recursos humanos, diseñando anuncios del tipo, si estás cansado de la Kale, si quemar autobuses ya no sacia tu ansia de libertad, contacta con nosotros, te prometemos un ideal incumplible, 300 días de descanso y la emoción de sentirte un bandolero: ETASA, tu futuro ya está aquí. Puede incluso que Iker no esté, como otros muchos trabajadores en este país, directamente contratado por la empresa, sino que tiene un contrato por obra y servicio por medio de una ETT (cuiriosa coincidencia del 66% de las letras ¿no?). ¿Y las cena de navidad?, ¿será obligatorio el pasamontañas?¿podrán videos de los logros durante el año?¿habrá un ranking para premiar el atentado del año?. Y este año recibamos con un fuerte aplauso a Koldo, autor del atentado de marzo, que abre un nuevo record de amputados en la historia de la empresa.
Lo más triste de todo es que parte de esta ironía es cruel realidad. ¿Qué harán los "trabajadores" de ETA si ésta deja algún día de existir?¿buscarán trabajo?¿qué dirán cuando les pregunten que han hecho en los dos o tres últimos años?¿serán capaces de levantarse cada mañana, lanzarse al atasco y enfrentarse a ocho horas de trabajo sin la posibilidad de solucionar las diferencia de un pistoletazo?. Me da la impresión de que la disolución de esta empresa va a ser una tarea ardua que nos llevará décadas, y que tendrá, trístemente, efectos secundarios.

25 de enero de 2007

apagón de cinco minutos

Me lo acaba de pasar mi hermana. A mi me emocionan los aplausos en un teatro porque la emoción hace que centenares de personas se ponga deacuerdo. Así que este tipo de inciativas tienen, cuando menos, mi respeto. Ahora, que cada uno actúe según su conciencia:
El 1 de febrero de 2.007: participad en la más grande movilización de
ciudadanos contra el Cambio Climático! La Alianza por el Planeta (grupo
de asociaciones medioambientales) lanza una llamada simple a todos los
ciudadanos, 5 minutos de tregua para el planeta: todo el mundo apaga sus
velas y luces el 1 de febrero entre las 19:55 y las 20:00h

el gran trabajador (por David Castaño)

Cuentan que esta noticia apareció en el N.York Times:
George Turklebaum, de 51 años de edad, que trabajaba en una aseguradora de Nueva York desde hacía 30 años, sufrió un paro cardíaco en la oficina que compartía con otros 23 trabajadores.
El lunes por la mañana llegó a trabajar, discretamente, pero nadie notó que no se marchó nunca hasta que el sábado por la mañana el personal de limpieza preguntó qué hacía trabajando en fin de semana.
Su jefe, Elliot Wachiaski, declaró: “George siempre era el primero en llegar por la mañana y el último en marcharse por la noche, por lo que a nadie le pareció extraño que estuviera continuamente en su sitio sin moverse y sin decir nada. Era bastante reservado y su trabajo le absorbía”.
Un examen pos mortem reveló que llevaba muerto 5 días tras sufrir un infarto.”
Así que, y aquí está la moraleja del cuento (porque invita a dudar de la veracidad no solo el relato en sí, sino que en internet este hombre se ha muerto en una aseguradora, en una editorial, en una empresa de seguros...) dale una palmadita en la espalda a tu compañero y preguntalé alguna vez por su familia.

El monólogo

En una carta al director del periódico de hoy nos cuenta un lector una interesante historia. Como un hombre en el metro, mientras esperaban la llegada del tren supuestamente averiado, daba su particular visión de los hechos. Los resumo, como el lector, en tres: las averías del metro son una campaña de los sindicatos contra Esperanza Aguirre. A Nadal, el tenista, como es del PP no le dan cancha en la televisión nacional. Y tres, la vergüenza que le producía que el gobierno estuviera gobernando sobre (o gracias a ) los muertos del 11M. Opino como el lector, que es verdaderamente preocupante que este discurso de nuestro amigo Jimenez Losantos salga a la calle, se asuma, se crea y se ¡ venda ! en busca de complicidad.
Entiendo perfectamente que media España esté descontenta con la política del gobierno, igual que la otra mitad estamos parcialmente en desacuerdo. Lo que no entiendo es que alimenten el clima de crispación, como si de verdad nos encontráramos en una situación de preguerra (eso es lo que verdaderamente asusta). Personas de mi entorno, curiosamente oyentes de la COPE mantienen ese discurso y buscan el enfrentamiento dialéctico a poco que les des pie, como si el no criticar ferozmente al gobierno, estar dispuesto a salir a la calle a la primera de cambio, significara que estás radicalmente a favor de Zapatero y los suyos. Un o estás contra ellos o estás contra mi. ¿Qué ocurre?, que no hablamos de política, como antaño, porque a estas personas se les enciende la vena del cuello y lo que podría ser una puesta en común de ideas dispares se transforma inevitablemente en un conflicto. E históricamente entre nosotros, mis amigos, hemos rechazado siempre dos discusiones de forma clara: las de política y las de fútbol.
Por eso les pido a esas personas, y a todas aquellas que ven enormes fantasmas en la época que estamos viviendo, que se tomen unos minutos, que piensen que esto no es una guerra, que si los politicos la quieren, que la hagan ellos, que como mucho hay cuatro años en los que no se puede hacer otra cosa que esperar, pero que luego, por suerte, tenemos la democracia y las elecciones.
Echando la vista atrás, recuerdo todos esas decisiones que iban a llevar al país a la fractura definitiva, los papeles de Salamanca, los matrimonios entre homosexuales, el estatuto catalán...y, viendo que ahora no incitan a la derecha a salir a la calle y que España sigue en su sitio (sí, Jimenez, que sigue en su sitio) no entiendo a qué tanto revuelo en su día. Al final, se vista como se vista, mona se queda. ¿Por qué tengo que discutir contigo sobre si es seda o no?. ¿Para que la mona sigua en el árbol muerta de risa?

24 de enero de 2007

Las noticias de hoy

Abres el periódico y dan ganas de llorar. Eso es lo que invita a decir, por ser tópico, ¿por qué no?, algunas veces ayuda serlo. Pero es que está Penélope Cruz. No, no voy a ser tan pedante de llamarla Pe. Ya quisiera yo hacerlo, tener la confianza para llamarala de ese modo. Lo que pasa es que solo es una foto, después están las noticias, y no basta el rostro dúlcemente perfecta de Penélope para compensar. En la segunda página ya tenemos el rostro de Bush, ¿cuantas actrices hermosas debería haber en la portada para compensar eso?. Menos mal que está Forges, que es como un oasis de lucidez irónica. En fin, que no cree este blog para dejarme llevar por la rutina perdedora de las malas noticias, pero a veces, cuesta tanto...

23 de enero de 2007

Tu opinión sobre todo esto


¿Qué te parece todo lo que está ocurriendo?. La supuesta tregua, la tregua, el supuesto diálogo, el diálogo, la oposición, el presidente. ¿Tienes fe en tus políticos?¿Crees que difienden intereses colectivos o partidistas?.¿Por qué no nos das tu opinión?

Viaje al otro mundo.

La noche está ahí fuera. Parece tranquila, pero también al acecho, esperando un despiste. La oscuridad es una suave melodía, lejana, rota a dentellazos por luces fugaces. No tiene miedo. No quiere pensar que tiene miedo. No lo hagas, hijo, le decía su madre, no lo hagas, ya veremos como salimos para adelante, lo hemos hecho siempre. Sí, madre, siempre, con miserias, mirando al cielo, esperando algo, mire padre, toda la vida luchando y murió pobre, sin un triste traje con el que poder enterrarlo. No, madre, eso no me pasará a mi. La libertad está al otro lado, le escribían sus amigos, los que ya se habían lanzado a la aventura, los que volvían cada verano contando lindezas del otro mundo. Allí, amigo, todos son felices, todos tienen coches, veranean, pasean los domingos, cenan por las noches en restaurantes elegantes. ¿Cómo resistirse?, ¿cómo no cambiar un triste jergón por las sábanas de seda?. Para pasar el tiempo, para no sentirse solo pese a estar tan rodeado de aquellos que como él cierran los ojos para no pensar en el miedo, sueña con volver a su tierra, tal vez con un coche grande, negro, ¿por qué no?, bajar en su pueblo repleto de presentes, buscar que los niños se acerquen esperando una chocolatina que llevarse a la boca y una aventura con la que alimentar el alma. Como las que han alimentado la suya estos años. La carta de un vecino, la vuelta de algún aventurero. El camino es duro. Todos lo saben. Y peligroso. Pero merece la pena, la incertidumbre duele menos que el hambre, le dijo una vez un hombre de paso, del que jamás supo, y que, quién sabe, tal vez fue de los que nunca fue feliz en el otro mundo.
Si cierra los ojos y sueña, se siente mejor, pareciera como si la noche no estuviera fuera, como si no existiera el traqueteo, el ligero vaivén, la respiración de los otros, los comentarios sordos y temerosos, el roce de la piel, el calor, el frío, la sed. Busca su botellita de agua, casi clandestina, oculta, maravilloso elixir que serena su espíritu. A lo lejos se adivinan unas montañas, a ellas se van acercando. Poco a poco el destino es el que se acerca, la nueva vida, la que va estar tan repleta de miedos como de esperanza. Los corazones acelerados. Las prisas, querer ser el primero en salir. Y el silencio, el espeso silencio. Cuando el tren inunda con su estruendo metálico la paz de la estación de Perpignian, no se miran a los ojos. Cogen sus tristes enseres, sus recuerdos y su miedo y se lanzan a una nueva vida. Atrás queda el olivo del alcalde, la acequia, el búnker de la guerra en el que se escondía cuando era crío, las vendimias, el cine de verano con el NODO, su familia, sus amigos...atrás queda todo, sin quedar nada. Frente a él la nada que lo esconde todo. ¿Cómo no ser un extraño?. ¿Cómo no sentir miedo?.


Dedicado a todos los emigrantes, de todas las épocas, de todos los colores
Madrid

22 de enero de 2007

Fito y los fitipaldis

Recientemente me han regalado el último trabajo de Fito y los fitipaldis. Me parece un trabajo sincero y bueno, quizá a la altura de creadores que admiro tanto como Sabina. Musiclamente impecable y en las letras, aun sin ser tan sublime como el anterior, bastante bueno. Por esta vida que llevamos, y en buena medida por nuestro querido Faraón, digo Gallardón, mi audioteca particular es el coche y el atasco. Mi sorpresa fue cuando, como con otros muchos discos originales, fui a hacer una copia, por seguridad, por no llevar los originales, por evitar que se estropee con el trasiego de los coches, y no pude, estaba protegido contra las copias. Me decepcionó enormemente, alguien a quien imaginaba por encima del industrialismo y la venta, utilizando tran injusta medida para ¿qué?. Ya ha conseguido algo muy claro, yo no volveré a comprarme un disco suyo, es más, me lo bajaré de internet e intentaré difundirlo al mayor número de personas. Será mi huelga cultural a la japonesa. Me queda una pregunta, si yo, al comprarme el cd he tenido que pagar un cannon que me da derecho a copiar ¿no serán ilegales estos discos protegidos?¿lo es el cannon?. Porque no entiendo que tenga que pagar por algo que no puedo hacer. ¿Le van a descontar de los derechos de autor a este artista la parte correspondiente al cannon de los cd?. Cada día lo entiendo menos.

No es una noche cualquiera

No es una noche más. Late. Esa es la diferencia. No el pecho. Entre las piernas. Un calor abrasador que a ráfagas se lanza por la columna como un latigazo de deseo. No le había pasado nunca. Ella, la mujer control, sobrepasada por algo tan básico como el sexo. Respira entrecortadamente. Está sola. Por primera vez en años esa idea no le gusta. No está desnuda. Pero no le hace falta, es tanta la sensibilidad de su cuerpo que agradece el contacto con la ropa. No es molesto, es placentero. La terquedad del algodón sobre los pezones, que se aferran mientras son mecidos por las respiración. Se muerde el labio. El calor abrasador del día, como una rémora, entra por la oscuridad de la ventana. Los ruidos de la ciudad se acoplan como una suave melodía. La cortina se balancea invitándola a moverse. Se recuesta en el sofá. Los pantalones cortos, ajenos a esa orden, se han quedado en el sitio, presionando los labios de su sexo, que ha agradecido entrar por primera vez en el juego directo. Hace una par de movimientos circulares. El vaivén de su culo hace que el pantalón, convertido en una delgada línea de tela, se acople perfectamente. Su coño abraza al recién llegado y le regala, de bienvenida, un lengüetazo húmedo. Una pierna sobre la silla, la otra sobre el taburete, ligeramente arqueadas. Está cómoda. Así que comienza a imaginar. No hay interconexiones entre lo que ve, un purista de cine le diría que sus pensamientos son caóticos. Pero a su cuerpo le basta. Saca la lengua mientras intenta recordar el sabor pesado y salado de un sexo, ese gemido seco que se dispara cuando ella se lo metía en la boca por primera vez. Los latidos de la verga dentro de su boca, la lengua que se desliza. El poder concentrado en diez centímetros de carne. Recuerda aquella vez, la primera que supo que sí, que en aquella ocasión no habría límites, ni marchas atrás, ni miradas de reproche. Se la metía y sacaba con tanta pasión que a él algunas veces le resultaba doloroso. No era la primera vez, ni mucho menos, que chupaba una polla. Pero aquella era diferente. No lo era ni su sabor, ni su color, ni su forma. Era diferente porque había concentrado una serie de circunstancias que sin que él lo supiera, y por aquel momento ella tampoco, significaban un sí rotundo. Tanta era la violencia de sus embestidas bucales que en ocasiones sentía la caricia del bello genital en la nariz. Estaba tan excitada que sin percatarse de ello había comenzado a acariciarse a sí misma. Los gemidos de aquel hombre retumbaban en su centro del deseo y le pedían más, y más. Hubo una primera descarga pequeña que se fundió con su saliva al instante y le sirvió de aviso. Se la sacó de la boca sin dejar de moverla y lo miró a los ojos. Los tenía cerrados, pero no necesitaron mirarse para saber lo que iba a ocurrir. Abrió la boca y sacó la lengua. Siguió el movimiento. Apoyó la parte superior de aquella divina polla sobre su lengua y sintió su propio orgasmo anticiparse. Mientras era invadida por millones de explosiones que le obligaron a cerrar los ojos, siguió el movimiento, profundo, pero ahora muy lento, demorando la máxima extensión sobre su lengua. Fue en ese instante cuando llegó la primera oleada caliente. Se lanzó sobre su labio, entro en la boca llenándolo todo de calor. Le gustó, quiso más y abrió más si cabe la boca, conteniendo sus deseos de metérsela de nuevo. Él la miraba fuera de control, en medio del orgasmo no podía creerse lo que le estaba ocurriendo, aquella diosa no solo se había arrodillado para hacerle la más espectacular mamada de la historia, sino que estaba esperando su semen con sed de siglos. Fueron cuatro o cinco dentelladas mas que le inundaron la mejilla, el pelo, los labios. Cuando terminó aquella marea salada, entonces sí se la volvió a meter en la boca. Ya no era tan arrogante y el sabor le había cambiado. Todavía no era consciente de lo que había ocurrido, y como si fuera un guión estudiado fue disolviendo el semen que le quedaba por el rostro acariciándose con aquel pene generoso. No se dijeron nada más. Ella se levantó, abrió la puerta del baño, recompuso su imagen, se lavó la cara y empezó a darse cuenta de lo que había hecho. Salió corriendo, asustada de sí misma, avergonzada. Cuando llegó a casa fue directamente a la cama. Por suerte sus padres ya dormían. Al día siguiente se levantó con el rostro reseco, pero no por la descargada de su amante desconcertado, sino por las lágrimas de una niña de quince años asustada por su propio valor.
Nunca más volvió a hacerlo, ni quiso recordarlo. Hasta hoy, que mientras la ciudad parece rendirse a la noche ella se masturba con violencia, gimiendo salvajemente, como solo se recordaba, sin haberlo hecho nunca, en el baño de aquella discoteca. Cuando el brutal orgasmo la obliga a retorcer su cuerpo se da cuenta de que esta vez sí, esta vez por fin ha llegado la hora de dejar de correr. Recompone la respiración con calma, sin dejar de acariciarse y se va camino de la ducha. Antes se detiene en el espejo. Éste, en lugar de devolverle la imagen de una treintañera atractiva y hecha a sí misma, le devuelve el rostro de una niña de quince años que con una medio sonrisa parece decirle “gracias”.

Madrid, 26 de mayo de 2006.