Cuando era pequeño admiraba a Arconada. Él era el Zeus de mi Olimpo particular. Tanto que más allá de sus acrobáticas estiradas lo imaginaba insomne, incluso con capa, deshaciendo entuertos, salvaguardando la ley y el orden. Según fui creciendo y la vida me fue enviando mensajes de adulta cordura, como el fraude de los Reyes Magos o el Ratoncito Pérez, los habitantes del Olimpo fueron cambiando. Llegó la cultura y el cine. Así que los nuevos dioses fueron extraños tipejos al grito de "acción". George Roy Hill, Paul Newman, Jean-Paul Rappeneau y su Cyrano, el Leolo de Jean Claude Lauzon, Armendáriz...tantos y tantos creadores del celuloide. Los admiraba por lo que me hacían sentir, pero también había ya un cierto grado de envidia y frustración, por qué no, pensando que ellos hacían lo que yo nunca llegaría a hacer. Papá Noel había muerto definitivamente. Ese Olimpo se fue retroalimentando con el paso del tiempo, de él entraban y salían sin sillón fijo, salvo los genios peremnes inmunes a su propia creación. Hasta que un día caí en la cuenta de que salvo excepciones como Medem o Aranoa, casi todos mis dioses venían del mar de las letras. Así fue como pasé de Arconada a Jose Luís Sanpedro. Y ahí han estado alimentando a partes iguales mi ilusión por imitarlos y mi frustración relativa por no llegar nunca a su altura. De igual modo que pasó con el mundo del cine, mi olimpo particular se fue llenando de otros personajes más cercanos, más del día a día. Mis padres, superando el natural rechazo adolescente, por darlo todo para que fuera lo que soy, mi abuela por saber dejarnos sin perder la sonrisa, mi tía Juliana, por rebosar amor. Mi tío Miguel por tantas cosas. Inma, mi compañera del alma, por acoplarse tan bien a mi. De igual modo hay personas a pie de calle que me llenan por una acción, como aquel joven que se lanzó a un terraplén para intentar salvarle la vida a un camionero entre las llamas de su vehículo. Personas como él, que tienen una forma de ver la vida mezcla heroismo y sensatez aplastante son las que me han llevado hoy a sentarme a escribir.
La primera vez que lo vi fue en una película de Medem, otro de los habitantes del Olimpo. Se comía la pantalla. No por su belleza o carisma, sino por la dramática sensatez de sus palabras. Palabras que muchos de los que hoy alimentan ese odio fratricida tan de moda en la política española deberían tatuarse en el alma. Después de un tiempo ha vuelto a mi vida, nuestra vida, y seguro que con molesta involuntariedad, porque si algo caracteriza a Eduardo Madina, pese a su pasado y su presente, es el rechazo al protagonismo. Como él dice, ha buscado siempre guardar su intimidad de miradas ajenas. Madina es dirigente del PSOE vasco y víctima de ETA. Pese a esto último y siempre por su forma de ver la vida, esa forma que le ha llevado a la cúspide de mi Olimpo, no se siente una voz especialmente autorizada. Ser víctima, ha dicho, no me parece un valor añadido a la hora de tener razón. Eso también deberían tatuarselo en el alma más de uno. Lo que me impresiona y me frusta a un tiempo, por estar tan lejos de mi alcance, es su serenidad. Pese a lo que ha vivido ha sabido crearle diques al odio, para que,como él mismo nos explica, ETA no consiga lo que busca, que es multiplicar el odio. Deberíamos tatuarnos todos su filosofía de vida, yo el primero. Eduardo, bienvenido a mi olimpo.
27 de enero de 2007
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3 comentarios:
Eduardo, se nota en sus declaraciones, ha tenido que pasar su particular travesía del desierto. Su madre, después del atentado sufrido por él, no levantó cabeza, entró en depresión y finalmente murió del corazón -creo que fue así como lo leí-. Él mismo, aún debe estar batallando emocionalemte para no sucumbir a lo fácil, despotricar del mundo y sus injusticias. Efectívamente, merece quitarse el sombrero la forma tan noble en que mantiene sus ideales. Es una buena persona.
Besos. PAQUITA
Olvidé decirte, quizás ya lo sepas, que Eduardo Madina tien también un blog, se llama: blog de Eduardo Madina¡fácil!
Buen día. Paquita
Hola, he tenido una gran suerte de encontrar este blog, por casualidad, he estado leyendo algunos microrelatos y los 5 articulos que tienes de reflexión, me parecen muy buenos. enhorabuena
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