11 de abril de 2007

LOS TÚNELES DEL FARAÓN


Con esto de las obras había sufrido una especie de síndrome de estocólmo político cívico. Sí, de verdad, me dejé llevar por las súplicas de mi secuestrador y mantuve la esperanza (vaya, Esperanza, qué casualidad) de que una vez finalizadas las obras todo sería relindo, que diría aquel. Varios años metidos en guerra, con una ciudad sitiada por las grúas, los desvíos y los so cabrones en el asfalto han sido demasiado tiempo para no acabar encariñándote con el malo de la película, que no lleva pasa montañas ni ha pedido rescate, pero poco le falta. El caso es que han comenzado a abrirse los túneles y, tachán, tachán, amigo Gallardón, lo que antes hacía en 25 minutos a las cinco en punto de la tarde ahora son 45. Antes me paraba justo en el punto donde empezaban las obras del túnel de salida a la Nacional V, ahora, como la boca del túnel (el estómago, como los intestínos humanos, es enorme) es mucho más pequeña nos atascamos un par de kilómetros antes. La M30 ha dejado de ser circular y si no conoces la ciudad y el nombre de sus calles puede que no sepas serpentear con acierto por las entrañas tuneleras. Para salir hacia la M30 carretera de Valencia desde la NV tienes que utilizar un desvío que pone Ermita del Santo. ¿Me van a decir que mi primo Manolo del pueblo tiene que saber que pasando por la Ermita se puede llegar a la NIII?. Da la impresión de que Gallardón para reformar la cocina ha puesto un horno especial, único en el mundo, el más largo de Europa (no sé que pensaría Freud de todo esto) tan grande que para abrirlo y usarlo has de salirte de la cocina.

No, Gallardón, pasada la embriaguez del síndrome, ahora que ya funcionan, sigo pensando lo mismo, tu egolatría tunelera nos ha metido en un fregado (de deuda y desaguisado social y estructural de la ciudad) del que va a ser complicado salir. Eso sí, has logrado pasar a la historia, no como habías soñado, pero lo importante es estar ahí, ¿no?.

5 comentarios:

Dudu dijo...

A Alberto Ruiz Faraón le doy un voto de confianza, o como se diga, y me espero a que finalicen completamente las obras de la m30 para opinar pero me huele al mal amo de casa que barre y mete la porquería debajo de la alfombra, osea, la misma m30 que teníamos pero bajo tierra

Caminante dijo...

"Efestivamente", que va a ser lo que dice Dudu, que resultará de todo este desaguisado ¿que resultará?

Elena dijo...

siento mucho no poder comprobar la utilidad y ligereza de la nueva sub-m-30....pero vosotros contar, contar para el día que tenga que ir por aquellas sub-carreteras...
buen día. elena.

ralero dijo...

Es un hecho incuestionable, amigo larrey, que el despiporre de movilidas obligada (ejemplo: perecen las panaderias de barrio ante la competencia salvaje e indomable de los grandes superficies comerciales y para comprar una barra de pan no nos queda más remedio que usar el vehículo privado) en el que estamos sumidos, por mucho que se incrementen los "medios" e infraestructuras de transporte, nunca lo harán en la medida en que crecen las "necesidades".

Hoy nos hablan de planes de movilidad (siempre insostenibles) como estrategia para maquillar esa penosa realidad. Se deberían, por contra, poner en marcha políticas y planes de accesibilidad, pero, claro, eso necesitaría grandes cambios de modelo, desde el urbanístico, como el comercial o el económico. Ganariamos tiempo, calidad de vida... pero otros perderían los enormes beneficios que les reportan la movilidad insostenible, el consumo de energía fósil y los planes de restauración que "han de ejecutar" para parchear lo que previamente ellos mismos han jodido.

Abrazos.

Larrey dijo...

Sobre eso no puedo yo decir mucho,la verdad, que hace tres años que soy usuario diario del coche (no me queda otra, eso o dos horas de trastorno público a la ida y otras dos a la vuelta). El problema de todo esto es que no nos va a resultar fácil soltar nuestra parcela de libertad. De todos modos, una fábrica gasta más agua que todos los ciudadanos de Madrid cepillándose los dientes, una avería de Canal más que todos los madrileños bañándose a la vez...ahí debería estar la clave, empezar por lo grande