13 de abril de 2007

MICROS


Dobla el traje con sumo cuidado. Ha pasado seis meses de espera en la tienda, son las normas de la casa, ahora al "archivo", así lo llaman. Mientras lo hace imagina qué puede ocurrir para que alguien deje un traje en la tintorería y no vuelva jamás a por él. Imagina al hombre que lo trajo atropellado cinco calles más allá, la misma tarde y como luchó por sobrevivir toda la noche para al final, con el alba, dejar de respirar. Mientras lo imagina no sabe cuan de cierto es aquello de que a veces la realidad supera a la ficción.

8 comentarios:

Caminante dijo...

SE DEJAN TRAJES, SE DEJAN cortinas, mantas, edredones, ¡dejan de todo! me lo dijo un tintorero. PAQUITA

ralero dijo...

Pero, en realidad, con el traje, aquel hombre había abandonado su estrés, suy amargura, su vida cuadriculada de alto ejecutivo sin horizonte, las prisas y a la mujer a la que atormentaba desde hacía años con su infelicidad. Y se marchó lejos, a la montaña, para cuidar del sosiego del viejo huerto que fue de sus padres, allí donde María, el gran amor de su vida, lo seguía esperando.


¡Ea! pa que veáis que también puedo dar ligeros matices de optimismo.

Abrazos.

Larrey dijo...

Rafa, ¿Dónde está tu huerto?¿cómo se llama "tu" María?

Anónimo dijo...

Jajajajajajaja Larrey yo he penado igual k tu...

Rafa,optimismo?? ah no te lo dije... tas mu wapo de traje...

Mar

Dudu dijo...

Me gusta más la solución de Rafa, el cambio radical de vida para buscar la felicidad

Anónimo dijo...

Y tan radical, oño... como k muere... los extremos no son buenas soluciones

Mar

ralero dijo...

Que no, Mar, que no, que los que mueren, asesinados por mí, son los personajes de mis relatos. Yo todavía tengo que dar mucho amor, que siempre será mejor que dar guerra. Y de las metamorfosis, por lo general, y siempre con el permiso de Kafka, suelen surgir seres mucho más hermosos que sus predecesores, como las mariposas. En esto estoy con dudu.

¿Mi huerto? Mis padres eran pobres y no me dejaron herencia. Con el tiempo, y sin aspavientos, para que no se notase demasiado mi presencia, me hice usufructuario de un trocito de jardín donde, en el más recóndito de sus confines, brotaba la flor de la lila. Pero hubo una recalificación urbanística por sorpresa y ahora su lugar es ocupado por un parking subterráneo con una "coqueta", fría e impersonal plaza de hormigón coronándola (eso sí, el hormigón lo pintaron de verde). Pero, aunque con las huellas doloridas, sigo buscando, que aún no han conseguido ponerle puertas totalmente al campo, y, en mi pecho, hay un inmenso granero esperando de nuevo la llegada de la primavera, ¿estamos en abril, no?. ¿Mi "María"?... sigue creciendo a buen ritmo y no tardará mucho para que esté dispuesta para ser inmolada en la arguila de la paz? ¡Ah!, larrey, ¿Qué me dices? ¿Qué no te referías a esa "María"? Bueno, de las otras hay muchas y muy buenas en mi vida, aunque otras muy queridas se me hayan terminado muriendo. Y, como dice una sevillana ya antigua, "ese vacío que deja el amigo que se va, es como un pozo sin fondo que no se puede llenar".

Abrazos hortelanos.

Caminante dijo...

Así que ... se fue al huerto de su padre a cultivar la maría ¿? ¡ah, claro! que es terapeútica ¡se me había olvidao´!
Besos "marianos" PAQUITA