26 de abril de 2007

EL EXTRANJERO



COSAS QUE DEJÉ DE USAR (II)
1948
A.M.C.

Ese año vivía en la calle Marques de Urquijo, cerca del parque del Oeste y con un boulevard amplio para jugar. pero detrás de mi casa había un SOLAR con restos de edificaciones que a los niños de mi edad nos atraía obsesivamente y nos servia para casi todo. Había una zona despejada donde podíamos jugar al fútbol, cazábamos ratas y lo utilizábamos como campo de batalla, unas veces con espadas de madera de confección casera entre amigos del barrio y otras a pedradas contra invasores de barrios vecinos. Sin embargo el mayor peligro era la agresividad de los habitantes fijos del solar, una familia y varios indigentes, que habían impermeabilizado dos pequeños semisótanos y que utilizaban como vivienda. Este era el escenario de la mayor parte de nuestro tiempo libre. Sin previo aviso un buen dia el solar quedó desierto, vallaron todo el perímetro y después de dejarlo limpio construyeron un enorme bloque de viviendas.

5 comentarios:

Dudu dijo...

Hoy en día un descampado en el que se juegue un mundial o un tour de francia, de chapas, son un artículo de lujo, imposibles de encontrar

Mar Sánchez dijo...

Fite la de vueltas k da la vida... Mi infancia la pase jugando n un descampado, yo vivia en la acera frente a este, en un 4º piso sin ascensor, bajaba y subia casi tropocientas veces al dia...

Yo era la mayor de las niñas del barrio y la peke de mi casa por aquel entonces. Mi hermano era mi custor en la calle jiji a el le jodia estar con sus amigos y su hrmana peke. Yo jugaba con ellos a la lima en aquel descampado... atrapaba libelulas... y jugaba a la pelota...

Que dias aquellos...

Mar Sánchez dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Elena dijo...

yo más que en un descampado, jugué mucho en la calle, recuerdo jugar a las vidas, al bote bolero, a churro-media manga-manga entera (q no se yo si mis dolores de espalda son de la infancia...), a tú la llevas, a la goma, a la cuerda, al escondite inglés....

un beso.

Larrey dijo...

yo de esta época que nos habla nuestro lector (el extranjero) recuerdo haber dejado de usar las chapas. Para mi era un universo interminable, vueltas ciclistas hechas en solitario (imaginarse lo que es tirar 100 chapas una a una durante una carrera) o lo partidos de fútbol (un barrio entero de niños para hacer un mundial, 32 participantes, toda una ONG)