3 de abril de 2007

LA PARROQUIA DE LOS VAQUEROS



Seguro que a muchos les resultará extraño leer de mí palabras benévolas de una parroquia, frases no inquisitivas en torno a la religión o concordancia de pensamientos con quien lleva a Dios por bandera. Soy así. Creo que el Madrid que hoy conocemos muchos, los que hemos vivido toda la vida al sur del Manzanares lo sabemos, no sería lo mismo sin las parroquias de barrio. Hoy en día, gracias a la pérdida de buena parte de su espontánea filosofía obrera, han dejado de ser un referente para pasar a ser un simple reducto (matizable, como siempre) pero en los sesenta, setenta y buena parte de los ochenta, la labor de los curas obreros en los barrios fue vital para que estos dejaran de ser, muy poquito a poco, reductos de marginalidad. Los casos son muchos para exponerlos aquí con ejemplos, pero que le hablen a los vecinos del Pozo del Tío Raimundo (Madrid) de curas obreros, ellos sabrán que contarnos. Tampoco quiero extenderme, entre otras cosas porque he leído sobre el movimiento de los curas obreros (que surgió en Francia a finales de los cuarenta) y creo que mi documentación es demasiado leve.


Quiero escribir hoy de Enrique de Castro, Javier Baeza y Pepe Díaz, curas que, entre otras cosas, han tenido la desfachatez, ¡ válgame Dios ! de oficiar misa en vaqueros y dar rosquillas en lugar de ostias consagradas. Ah, se me olvidaba, también han sido un faro que ha iluiminado a centenares de personas para salir de la marginalidad desde su parroquia (y su casa) de San Carlos Borromeo (Entrevías, Madrid). En un artículo reciente expuse que, desde mi punto de vista, la iglesia está perdiendo clientela porque con su praxis se está alejando del objeto final que no debería ser otro que el feligres y su comunión con Dios. Este es un claro ejemplo.


La labor de estos tres curas en su parroquia no admite dudas, han acogido (y siguen haciéndolo) en sus casas a inmigrantes, toxicómanos, mujeres maltratadas, indigentes, para intentar ayudarlos a salir del túnel. Ha ofrecido espacio para el diálogo a colectivos como "madres unidas contra la droga". Los propios feligreses, hablan de las razones de porqué esta iglesia está llena y las dos que tiene en las cercanías no: "te acogen de corazón sin hacer preguntas, no te fichan". Y porque invitan a la cercanía, me atrevería a decir yo. Estoy seguro de que no hay demasiada postura estudiada en los vaqueros y las rosquillas, sino una cuestión lógica, no hay tiempo para formulismos, están al pie de la calle y les resultaría molesto e incómodo tener que disfrazarse, estableciendo así una línea que los separaría sin remedio, para oficiar las misas. Y eso es inaceptable, les dicen desde el arzobispado, con requiebros dialécticos del tipo que los pobres también tienen derecho a recibir la misa como Dios manda. Prioridades, cúpula eclesiástica (he mordido las teclas para no incluir algún insulto) , los pobres, primero, tienen derecho a dejar de ser pobres, ¿ después?, después, dénles ustedes la misa como les salga de los...perdón.


Preocupados, de todos es sabido, por el devenir de los marginados, desde el arzobispado, ese mismo que se indigna porque Dios, que debía de estar en todas las cosas, esté los domingos en una rosquilla, ha asegurado que la labor social va a verse aumentada porque será Cáritas quien se encargue de ello. Y aquí es donde me asaltan las dudas. Porque hay en la filosofía popular (a la que le gustan mucho las rosquillas y los vaqueros, más que las sotanas y las obleas) una frase que me viene a la mente: si una cosa funciona ¿para qué tocarla?. Hay en Madrid, seguro, centenares de puntos a los que Cáritas no puede llegar, y ¿quiere entrar en un sitio donde ya hay un colectivo que lucha, para sustituirlo sin más?. No será, me digo yo, mi ateismo me lleva por endemoniados raciocinos, que hay un interés económico en todo esto. Algo más incluso que la prevalencia de la jerarquía ecleisiástica. No será que la caridad es un negocio del que la iglesia no quiere perder el monopolio. El 90% de las organizaciones no gubernamentales están relacionadas con alguna religión. Que una parroquia realice su labor alejándose de los preceptos rectos de sus jefes, que acepte incluso muslmanes (¡ infieles !) debe de ser peligroso. ¿Y si a las personas les diera por ayudar sin tener el cristo en la cabeza?. Madre mía, ¡¡¡¡ solidaridad laica, pater, solidaridad laica!!!, ¡ comunismo !, ¡ anatema !.
Como dijo aquel jesuita de la Nicaragua sandinista, "es posible que esté equivocado, pero déjenme equivocarme en favor de lo pobres ya que la Iglesia se ha equivocado durante muchos siglos en favor de los ricos". Amen.


Amén.

7 comentarios:

ralero dijo...

Pues sí, amigo larrey, hemos coincidido al tratar este asunto, al igual que supongo que coincidirán otros muchos y muchas, y es que el temita se las trae. Nada más, sólo mostrar, desde mi ateísmo convencido, aquí también mi solidaridad con los curas de San Carlos Borromeo, ofrecerles todo mi apoyo aunque sólo sea moral, y agradecerles la labor que han venido desempeñando durante tanto tiempo en pro de los desfavorecidos.

Un abrazo

Ángela dijo...

"No será que la caridad es un negocio del que la iglesia no quiere perder el monopolio", dices.

Impecable escrito, Larrey, y la frase que he copiado lo resume casi todo. Afectivamente que a la Igesia Católica lo que menos le importa son los pobres y marginados; lleva muchos siglos demostrándolo.

Caminante dijo...

Aquí la correctora titular -autoproclamada-:
2º párrafo, donde pone...un faro que ha iluiminado, debe decir...
párrafo último, donde pone ...prevalencia de la jerarquía ecleisiástica, debe poner...
¡petardasoy!

El artículo estupendo y el contenido aún mejor. Lo suscribo al 100 por cien, como madrileña y como persona.
Gracias a Angelusa supe del caso y veo con entusiasmo que lo habéis recogido Rafa y tú también.
Besos, hasta la vista. PAQUITA

Dudu dijo...

Otro refrán castellano dice que "no es lo mismo predicar que dar trigo". Estas personas daban trigo y la iglesia quería que predicasen.

Pedro dijo...

Menos cura obrero y más Nude religion: http://www.nudereligion.org/main

Anónimo dijo...

Monseñor Antonio Mª Rouco Varela.
Arzobispado de Madrid.
monsherraez@planalfa.es


Madrid, a 24 de mayo de 2007


Mi nombre es Miguel Ángel Cuerva Alcántara, pertenezco desde 1.989 a la Comunidad San Carlos Borromeo, del barrio de entrevías en Madrid.

Por esa fecha ya estaba descreído de la institución eclesiástica, mi propia experiencia en otros comunidades católicas y las continuadas incongruencias entre los evangelios y lo que públicamente dicen y hacen los máximos representantes de este organismo, hicieron que me fuera de la Iglesia para poder seguir viviendo mi fe con coherencia. Fue entonces cuando conocí la comunidad de San Carlos Borromeo, cuya labor, sencillez, humildad, ejemplo, acogida e igualdad, me hizo volver al seno de la Iglesia.

De la persona que hoy soy, le debo mucho a esta comunidad, no sé si pretendían enseñarme algo, pues nadie me dio lecciones explicitas, pero sus vidas eran enseñanzas constantes.

Así pues, Monseñor, una vez más, las altas jerarquías eclesiásticas, de la que es usted uno de los representantes, en su línea vuelven a dar un varapalo, que solo ustedes desde sus cómodos y ostentosos lugares de trabajo, absolutamente alejados del pueblo, de las personas, deben comprender; pero desde luego ello no responde en absoluto al bien de los católicos, ni de las comunidades, cuanto menos de los evangelios.

Sabe Monseñor, a fuerza de buscar una explicación, creo que la he encontrado y es que nuestra comunidad, les pone en continua evidencia e igual que en la inquisición se le negaban los libros al pueblo, para que no tuvieran sabiduría y así, que este monopolio que ustedes manejan desde entonces, no se les fuera de las manos, cuando las gentes adquiriesen la cultura necesaria como para desenmascararles. Y claro, del mismo modo, ahora en la actualidad no pueden permitir que gentes insignificantes para ustedes puedan desde una humilde parroquia, seguir el ejemplo de Jesús y que con trabajo tan fiel al Evangelio y tan lejos de la Iglesia, de la Iglesia que ustedes construyen o destruyen, sea tan cuestionable todo lo que hacen, y más aún todo lo que no hacen.

Usted apela al voto de obediencia de los tres sacerdotes, la comunidad apelamos a su conciencia, no a la actual con jerifalte de la Iglesia, sino a la que se le supone en algún momento, cuando sintió la llamada de Dios y que en nada se debe parecer a la de ahora.

Monseñor, como el jefe de una gran empresa, usted ejecuta órdenes desde su despacho y espera sean cumplidas sin rechistar, de forma absolutamente dictatorial. No se digna en un acto de valentía a venir a dialogar con esta comunidad a consultar con nosotros, a tenernos en cuenta. Pero claro somos la parte más insignificante de su Iglesia, la más machacada, la no rentable, la que jamás podrá proporcionarle bienes materiales como esas otras por las que usted si de deja ver.

No es nuestra liturgia lo que le molesta, es nuestra fe, nuestra manera de vivirla, porque somos lo que usted no es, porque hacemos lo que usted no hace. Se pone su disfraz de Obispo y se siente alguien, siente el poder y lo ejecuta. Nosotros vamos desnudos de mente y espíritu, lo que se ve es lo que hay, por eso no tenemos miedo, porque no tenemos de que escondernos.

En nuestra comunidad hay quien creé en Dios, y los que ya solo creemos en las personas, unos y otros, unas y otras, a pesar de todo, le acogeríamos bien en nuestra casa de San Carlos Borromeo, esa que es tan humilde que quizá no esté a su altura, pero si a la altura de los evangelios. Esta casa es su casa y en ella le esperamos sin seguir su ejemplo, es decir, con respeto, con dialogo, con escucha, pero con opinión.

Este es un escrito libre, del cual el firmante es el único responsable de su contenido, porque a pesar de que los sacerdotes de San Carlos Borromeo, nos están pidiendo, prudencia y calma, nosotros no tenemos voto de obediencia y tampoco hace falta pues ellos piden y no ordenan.

Debería usted aceptar esta invitación y venir, tiene mucho que aprender de esta comunidad.

No me crea tan ingenuo, sé que esto para alguien como usted, es solo papel mojado, que a estas alturas no hay quien toque su conciencia y desde su estatus uno debe estar ya acostumbrado a estar por encima de todo y de todos y todas. Pero como la nobleza de la Iglesia solo acostumbran a rodearse de aduladores, al menos que de cuando en cuando le llegue una humilde pero sincera opinión. Y auque no le importe en absoluto, de que llegue a sus manos, ya me encargo yo.

Por último solo decirle, que yo, no me voy ha olvidar de su nombre y que es posible que a usted comience a sonarle el mío.






Miguel Ángel Cuerva Alcántara

Anónimo dijo...

Monseñor Antonio Mª Rouco Varela.

Cardenal – Arzobispo de Madrid.

C/ San Justo nº 2 28071 de Madrid.


Parla (Madrid), a 14 de mayo de 2007

El pasado 24 de abril, le envié un correo electrónico a: monsherraez@planalfa.es, así mismo le remití una carta de la que se acusó recibo el 4 de mayo de 2007 e igualmente en esta fecha el mismo escrito fue admitido por el registro de la Vicaría General, con número de entrada 345. Los tres con idéntico contenido y referidos al cierre de la Parroquia San Carlos Borromeo del madrileño barrio de Entrevías.

Con motivo de alguno de estos tres comunicados o quizá por los tres, la semana pasada recibí correspondencia de su parte y como único contenido había un breve comunicado de presa, que se emitió desde la Oficina de Información del Arzobispado de Madrid con fecha 2 de abril de 2007 y publicado en Internet según consta (http://www.archimadrid.es/noticiasynovedades/comunicado03042007.htm).

Con franqueza le diré que quede sorprendido, pues no esperaba recibir ningún tipo de respuesta de su parte. Ahora bien, habría deseado que esa respuesta hubiese sido un poco más personal, en el sentido de contestar a todo el contenido de mi oficio, pues en comparación de cuanto le expreso en el mismo, su respuesta se me antoja bastante ramplona. Cabría esperar de alguien de su posición una defensa de sus acciones, así como de las acciones de la institución a la que representa.

Aun así y sin desistir de que ello se produzca, me limitaré a comentarle mi opinión respecto del mencionado comunicado de prensa, no si antes poner en su conocimiento, que cuando escribí lo enviado, ya tenía noción del mismo:

En primer lugar, desconozco el contenido del artículo que publicó el diario El Mundo, por lo que no puedo valorar su exactitud.

En segundo lugar, respecto a la decisión tomada por el Arzobispado de Madrid en el año 1.985, con respecto a las labores de la Parroquia, que creo que efectivamente fue así, y en relación con la actual decisión, que según dicen se hace con el parecer del Consejo Presbiteral y con la presunción de que el cierre de la Parroquia y la cesión a Caritas será mejor servicio social, le cuestionaré lo siguiente:

 No sé que pegas puede ponerle usted al servicio que actualmente se esta prestando en San Carlos Borromeo.


 Ni porqué piensa que Caritas puede mejorarlo.
 Tampoco entiendo que no se nos tenga en cuenta como comunidad. Y puesto que dice querer hacer lo mejor para la misma, por qué no le interesa que es lo que nosotros y nosotras queremos. Por qué no nos respeta, por qué somos invisibles para usted, por qué esa indiferencia para con nosotros y nosotras.
 ¿Por qué ha de decidir por nosotros y nosotras donde queremos estar, donde queremos desarrollar nuestra labor social o donde queremos ser ayudados o donde queremos celebrar la eucaristía?.
 ¿Bajo qué criterio se toma ese tipo de decisión?.
 Desde que ha tomado la misma, ¿no tiene constancia sobrada de que no solo la gente que conformamos la comunidad, sino todas las personas, comunidades y grupos que la conocen y se solidarizan y que incluso transciende nuestras fronteras, quieren que San Carlos Borromeo permanezca tal cual?.
 ¿Es que la Iglesia no está al servicio del pueblo?.
 ¿Es que su puesto le da derecho a desoír todas las peticiones que por distintos medios y ámbitos, se le están haciendo en contra del cierre de San Carlos Borromeo?.

La humildad y la rectificación, son valores cristianos. Monseñor, de ejemplo, reconozca humildemente su error y de marcha atrás en su equivocada decisión.

Una vez más le solicito que venga a San Carlos Borromeo, a conocernos, a escucharnos, a mezclarse con nosotros y nosotras, a recibir información de primera mano. Concíliese con esta comunidad, donde hasta alguien como, usted que no muestra tenernos la más mínima consideración, será bien recibido.

Ojala esta vez su respuesta sea la vuelta a la cordura y ceje en su empeño, o al menos se digne a visitarnos y por lo menos que esta vez se implique en sus respuestas contestando a mis cuestiones.

Fdo.: Miguel Ángel Cuerva Alcántara