La semana empezó como había terminado, con los tripulantes españoles enfangados en el extraño caso de los niños adoptados-secuestrados-vayaustedasaberqué del Chad. Es una historia de lo más inquietante, y sospechosa, no me lo niegues, pero a mí me ha dado por empatizar con la tripulación de a bordo, que buenamente podría ser mi amiga Lucía o tu primo Ramón, que ni pinchan ni cortan y se limitan a ir donde su avión les lleve. Después una argentina gana las elecciones de su país, que si no fuera porque es la mujer del actual presidente sería verdaderamente noticiable. Con ese pequeño detalle ya no lo parece tanto. Que el tiempo me quite o me de la razón. Y después empieza el tema estelar de la semana, la sentencia del 11 M. Iba a ser el miércoles y el martes parecía que la cúpula del PP, por fin, había decidido descabalgar el alocado caballo de la conspiración. Después llegaría la sentencia, que me da la impresión de que no ha dejado contento a nadie (la división entre las dos asociaciones de víctimas es la parábola perfecta para explicar como ha ido todo esto) y algunas voces del PP que no deciden bajarse del caballo. Incluso Rajoy, empeñado como está (con o sin la ayuda de su primo) en alejarse cada día más de la Moncloa, nos dice que apoyará otras líneas de investigación. Que sí, Marianito, que sí, tu sigue por ahí. Lo mismo es que esto de la oposición le ha gustado, en el fondo resulta cómodo. Conozco gente que disfruta desmontando el trabajo de los demás, pero cuando les dan las herramientas para hacerlo, como dicen en mi pueblo, se atoran (que según la RAE significa atascar). Pero me váis a dejar que cuele aquí una noticia pequeñita, y es que el 7,5% de los conductores a los que se le realizó el test de drogas dieron positivo. Lo cual me explica muchas de las actitudes que he visto al volante. No es que me tranquilice, pero bueno, tal vez sea más fácil evitar que se droguen a educarlos a todos. Para acabar la extraña historia de las embajadas de Ceuta y Melilla, que Rabat ha decidido retirar por la visita de los reyes a las ¿colonias?. No, si puede que no les falte razón, que es como lo de Gibraltar, en pleno siglo XXI y seguimos con colonias. Pero en lugar de ser tan arrogante, a lo mejor lo que tendríamos que hacer sería preguntar a la gente lo que le gusta ser, ellos podrían tener la suerte de elegirlo. Y para cerrar este atípico resumen, parece como si la naturaleza nos diera un toque de vez en cuando, da miedo pensar que todo esto son avisos y que lo gordo está por llegar. Lo digo por las lluvias que están anegando gran parte de México. Da mucho que pensar, no sé que nos diría el primo de todo esto.
4 de noviembre de 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario