22 de noviembre de 2007

EL DIARIO DE PATRICIA


Después de lo que ha pasado, con el asesinó que previamente pidió una segunda oportunidad en el programa de Antena 3, no creo que haya que abrir ninguna investigación judicial, ni iniciar ninguna actividad policial. No, el delito lo cometió quien lo cometió. Ni tan siquiera me gustaría que cerraran el programa, porque no me gusta la censura. Pero hay una herramienta eficaz, barata y limpia: la audiencia. Sí, tenemos el extraño privilegio de erigirnos en jueces en este tipo de casos. Dictamos la sentencia y la ejecutamos. Si el programa, desde que la ex pareja de Svetlana saliera del plató, cayera en picado en su audiencia, la cadena no solo cerraría el programa, sino que tomaría buena nota para el futuro. Es algo que no admite apelación y que no sufre retrasos. Zash, a la calle. ¿No es eso lo que queremos?. Lo que ocurre es que me da la impresión de que se dará el efecto jústamente contrario, el programa duplicará su audicencia, no, si es por ver como se justifica la rubita, y el zaping, el dichoso zaping. Y la sangre, aunque ha llegado al río, vaya que si ha llegado, no llegará a los despachos de los ejecutivos. Me da pena que desaprovechemos esta herramienta tan eficaz para acabar con la violencia real en la televisión. Hablan de los dibujos, de las series infantiles, que hay que cuidarlas. Lo que hay que cuidar es este tipo de programas de realidad, donde las personas van a contar las miserias, no, mucho peor, donde cualquiera puede contar tus miserias y encima invitarte al plató para que se rían de tí mientras pasas la vergüenza de explicas por que hace qué en la intimidad, donde pensabas que estabas a salvo.
Considero la televisión una cámara hiperbálica, como las que adaptan a los buceadores a los cambios de presión. Es el sorbete para la infancia. Vienen de colegio, cansados y a la vez sobreexcitado por la libertad, por no tener que pintar unos, por poder salirse de la cola, por poder salirse con el lápiz de la raya; y merendar frente a una buena serie de dibujos es, además de un tierno recuerdo de la infancia (pan, chocolate y tele) un momento adorable y saludable. Pero, si uno no tiene televisión por cable o tdt o como se llame, y tampoco internet ¿qué hace?. Ese es el verdadero peligro, esas horas que son de riesgo para la infancia y en las que en la televisión, sin control alguno, pueden emitirse y contarse historias que son realmente escabrosas.

En fin, por suerte tenemos el EMULE (y que le den a la SGAE por donde amargan los pepinos) y siempre encuentro un roto para un descosido. Ahora nos gusta mucho ART ATTACK, que no sé a quien más, si al padre o al hijo.

2 comentarios:

Pedro dijo...

Pensaba que esos progamas de tarde eran de mentira. Que las situaciones estaban pactadas y los invitados pseudo-actores.
Veo que van en serio. La gente va es de verdad. ¡Lo celebro!

Anónimo dijo...

Lo que es de verdad es lo que le ocurre a la gente, ¡ojalá fueran,algunas cosas, ficciones!