Hoy es cultureta se va al circo. ¡ Pasen y vean, pequeños y grandes, el espectáculo único del circo!. El Price, para aquellos que tienen ya una edad, es el circo de Madrid. Ahora vuelve a serlo. Es un espacio fijo y urbano, moderno y con el aire clásico (circular) que necesita para que siga siendo un circo. En el fondo es un lugar polivalente y dara cabida a espectáculos de variados tipos. Del que nos habla el cultureta es el que ahora figura en el cartel:
Piratas. El nombre no es más que un simple hilo conductor, porque bien pudiera ser cualquier otra cosa, nos ac
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lara el cultureta. Lo importante son las acrobacias de este grupo de chinos saltarines. Hay música (quizá excesiva pensando en el público infantil) y mucho salto. El cultureta dice que no va a describirnos dónde y como se dan los saltos, que para eso está el espectáculo, pero nos advierte que el número de la cuerda (un hombre y una mujer que son los únicos no orientales en la fiesta) no es apto para corazones sensibles. Para acabar y puesto a ponerle una pega, dice, que gustará, por su duración sobre todo, más (mucho más) a mayores que a pequeños, pero que con el músical final todos salen de las butacas contentos y saltarines.
Hoy es cultureta se va al circo. ¡ Pasen y vean, pequeños y grandes, el espectáculo único del circo!. El Price, para aquellos que tienen ya una edad, es el circo de Madrid. Ahora vuelve a serlo. Es un espacio fijo y urbano, moderno y con el aire clásico (circular) que necesita para que siga siendo un circo. En el fondo es un lugar polivalente y dara cabida a espectáculos de variados tipos. Del que nos habla el cultureta es el que ahora figura en el cartel: Piratas. El nombre no es más que un simple hilo conductor, porque bien pudiera ser cualquier otra cosa, nos ac.JPG)
lara el cultureta. Lo importante son las acrobacias de este grupo de chinos saltarines. Hay música (quizá excesiva pensando en el público infantil) y mucho salto. El cultureta dice que no va a describirnos dónde y como se dan los saltos, que para eso está el espectáculo, pero nos advierte que el número de la cuerda (un hombre y una mujer que son los únicos no orientales en la fiesta) no es apto para corazones sensibles. Para acabar y puesto a ponerle una pega, dice, que gustará, por su duración sobre todo, más (mucho más) a mayores que a pequeños, pero que con el músical final todos salen de las butacas contentos y saltarines. 
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