ATOMATAMIENTO
Siguiendo la crónica periodística de la semana uno se plantea muchas cosas. Vivimos en medio de un atomatamiento preocupante, un amarillismo rancio que acecha y que se extiende como el petróleo hace cinco años por toda la costa del norte de España, en forma de “hilillos de plastilina”, como diría aquel.
La noticia más destacada de la semana es el rifirrafe del papanatas de Chávez con el Rey. Desde mi punto de vista el Rey estuvo incorrecto, si bien es cierto que es impresentable la actitud del presidente venezolano. Odio a los populistas, y Chávez es el nuevo payaso mundial en esa faceta. Cualquier persona con un cargo público relevante no puede hacer el tipo de declaraciones que está haciendo este pollo. Eso sí, hay que reconocer que en algún momento ha dicho frases célebres, ¿quién no recuerda su famosa frase sobre el olor a azufre después de una intervención de Bush en la ONU?.
Pero a lo que iba, lo peor de todo es que la cumbre iberoamericana que trató de temas sociales, en la que se propusieron modelos políticos y económicos diferentes, con determinados acuerdos, queda reducida informativamente a un incidente que tiene una importancia nula. Y que, ¡sólo por culpa del bocazas de Chávez y de los peperos parlanchines se está calentando el ambiente a nivel diplomático!, es lamentable.
Todo esto lo que me demuestra es el poder que han adquirido los medios de comunicación. Ya hace mucho que se habla de Cuarto Poder, y lo cierto es que no somos conscientes del poderío que han adquirido, pero condicionan nuestras vidas, nuestras ideas, nuestras noticias. Manejan la información tal y como a ellos les interesa. Y además, siempre están los mismos.
Porque uno cada cuatro años, elige a sus representantes políticos, o no los elige porque no les vota. Pero puede decidir si quiere a Zapatero a Rajoy o a Llamazares, o a cualquier otro. Además elegimos a nuestros alcaldes, senadores, eurodiputados, etc. Y si no nos gusta lo que hacen, pues fuera. Y los medios día a día se dedican a alabar a unos a machacar a otros, a comentar su trabajo, su vaguería, su dejadez, sus incompetencias, etc.
Y me pregunto yo, ¿qué pasa con los periodistas más destacados?. Como empresas privadas que son, mantienen a sus directivos años y años al frente de los medios más relevantes del país. Se dedican a opinar continuamente en las noticias, labor que debería hacer el columnista en un apartado específico que hay para ello. Se dedican a manipular la información, en defensa de unos intereses particulares, casi siempre por el bien de su empresa. Calumnian impunemente, incluso insultan sin miramientos, se meten con la capacidad intelectual, de méritos, de las personas, de los políticos, normalmente. Y, ¿son responsables de algo?. De nada.
El ejemplo más vergonzoso es el de Jiménez Losantos. Es indignante, repugnante, patético escuchar a ese “periodista” poniendo a parir a todo el mundo. Yo me lo tomo a risa, cubre para mí el hueco que Gomaespuma ha dejado por las mañanas en la radio, claro que le escucho en contadas ocasiones, porque sino tendría urticaria o me habría construido ya un bunker y estaría dentro esperando el inicio de otra Guerra Civil. Lo que me alucina es que haya gente que le crea, y no eso, que es muy preocupante, lo que no entiendo es que el que le crea no salga a la calle armado. Pero nada, ahí está, todas las mañanas insultando a diestro y siniestro y aquí no pasa nada. Coño, si es que lo que escribió De Juana Chaos y que le costó condena era mucho más moderado que algunas de las frases que suelta por su boquita este individuo día a día.
Y en este oleaje de atomatamiento nacional, igual que los grandes periodistas son intocables, uno va luego y ve la condena a los pobres humoristas de El Jueves, por la caricatura de los Príncipes y piensa, ¿pero en qué país vivimos?.
Siguiendo la crónica periodística de la semana uno se plantea muchas cosas. Vivimos en medio de un atomatamiento preocupante, un amarillismo rancio que acecha y que se extiende como el petróleo hace cinco años por toda la costa del norte de España, en forma de “hilillos de plastilina”, como diría aquel.
La noticia más destacada de la semana es el rifirrafe del papanatas de Chávez con el Rey. Desde mi punto de vista el Rey estuvo incorrecto, si bien es cierto que es impresentable la actitud del presidente venezolano. Odio a los populistas, y Chávez es el nuevo payaso mundial en esa faceta. Cualquier persona con un cargo público relevante no puede hacer el tipo de declaraciones que está haciendo este pollo. Eso sí, hay que reconocer que en algún momento ha dicho frases célebres, ¿quién no recuerda su famosa frase sobre el olor a azufre después de una intervención de Bush en la ONU?.
Pero a lo que iba, lo peor de todo es que la cumbre iberoamericana que trató de temas sociales, en la que se propusieron modelos políticos y económicos diferentes, con determinados acuerdos, queda reducida informativamente a un incidente que tiene una importancia nula. Y que, ¡sólo por culpa del bocazas de Chávez y de los peperos parlanchines se está calentando el ambiente a nivel diplomático!, es lamentable.
Todo esto lo que me demuestra es el poder que han adquirido los medios de comunicación. Ya hace mucho que se habla de Cuarto Poder, y lo cierto es que no somos conscientes del poderío que han adquirido, pero condicionan nuestras vidas, nuestras ideas, nuestras noticias. Manejan la información tal y como a ellos les interesa. Y además, siempre están los mismos.
Porque uno cada cuatro años, elige a sus representantes políticos, o no los elige porque no les vota. Pero puede decidir si quiere a Zapatero a Rajoy o a Llamazares, o a cualquier otro. Además elegimos a nuestros alcaldes, senadores, eurodiputados, etc. Y si no nos gusta lo que hacen, pues fuera. Y los medios día a día se dedican a alabar a unos a machacar a otros, a comentar su trabajo, su vaguería, su dejadez, sus incompetencias, etc.
Y me pregunto yo, ¿qué pasa con los periodistas más destacados?. Como empresas privadas que son, mantienen a sus directivos años y años al frente de los medios más relevantes del país. Se dedican a opinar continuamente en las noticias, labor que debería hacer el columnista en un apartado específico que hay para ello. Se dedican a manipular la información, en defensa de unos intereses particulares, casi siempre por el bien de su empresa. Calumnian impunemente, incluso insultan sin miramientos, se meten con la capacidad intelectual, de méritos, de las personas, de los políticos, normalmente. Y, ¿son responsables de algo?. De nada.
El ejemplo más vergonzoso es el de Jiménez Losantos. Es indignante, repugnante, patético escuchar a ese “periodista” poniendo a parir a todo el mundo. Yo me lo tomo a risa, cubre para mí el hueco que Gomaespuma ha dejado por las mañanas en la radio, claro que le escucho en contadas ocasiones, porque sino tendría urticaria o me habría construido ya un bunker y estaría dentro esperando el inicio de otra Guerra Civil. Lo que me alucina es que haya gente que le crea, y no eso, que es muy preocupante, lo que no entiendo es que el que le crea no salga a la calle armado. Pero nada, ahí está, todas las mañanas insultando a diestro y siniestro y aquí no pasa nada. Coño, si es que lo que escribió De Juana Chaos y que le costó condena era mucho más moderado que algunas de las frases que suelta por su boquita este individuo día a día.
Y en este oleaje de atomatamiento nacional, igual que los grandes periodistas son intocables, uno va luego y ve la condena a los pobres humoristas de El Jueves, por la caricatura de los Príncipes y piensa, ¿pero en qué país vivimos?.
FDO: El capitán Ñ
3 comentarios:
No es ninguna novedad el poder del cuarto poder, es tan viejo como el propio poder en sí. Lo que da la impresión de que ahora la noticia tiene más peso que lo que cuenta, que lo noticiado. La anécdota pasa a ser realidad peremne. Levanta más revuelo las palabras del Rey que una ley que realmente vaya a condicionarnos la vida.
Por desgracia, así es. Pero merece la pena recordar de vez en cuando el control que tienen sobre todos nosotros, y como dices, es increíble que una anécdota resuene tanto, tanto, como para generar un incidente diplomático en el que algunos piden hasta la retirada del Embajador. Pa-té-ti-co
Lamentablemente, los grupos de poder parece que han decidido quitarse la careta, es decir el fin justifica los medios; desde este mismo momento han decidido no hacer pedagogía para que todo se entienda y de todo se aprenda, no, mejor atomatar, como dice el capitan "ñ", para con ello tratar de perpetuarse en el poder. ¿Seremos capaces los ciudadanos de reaccionar ante semejante situación de decadencia y riesgo de verdadera justicia y libertades?.
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