Si, es algo que ocurre en muchas ocasiones. Pero deberíamos vencer la timidez. He recordado un cuento triste -no sé si lo lei o si lo vi en televisión, de un chico que iba todos los días a una tienda de música a comprar CDs porque estaba enamorado de la chica que allí trabajaba. Cuando llegaba a su casa los almacenaba sin ni siquiera desempaquetarlos. Y un mal día el chico murió -creo recordar que de un infarto, lo cual para el hilo de la historia viene muy bien-. Cuando su madre se pudo a ordenar sus cosas, descubrió que en cada uno de aquellos CDs había una nota manuscrita con sólo dos palabras: "Te amo".
Triste, sí, el cuento Hay ocasiones en que nos cuesta mucho decir "Te quiero"y creo que mucho más cuando queremos de verdad, no cuando estamos jugando o "filtreando"en plan festivo con alguien... Cuando eso que sentimos por alguien se empieza a agarrar al alma y casi notamos un ahogo, una punzada, cuando eso ocurre.... uff, esas dos mágicas palabras se vuelven impronunciables; yo pienso que es porque nos sobrecoge el temor de que no sean compartidas y ello, no podría más que aumentar el dolor.
Bueno, parece que ir hoy a la pelu, nos ha puesto trascendentes, je je.
Larrey, me recordaste un chiste malo: papá tú tienes cuernos? y yo qué sé, hijo mío, tengo tantas cosas en la cabeza...!
2 comentarios:
Si, es algo que ocurre en muchas ocasiones. Pero deberíamos vencer la timidez. He recordado un cuento triste -no sé si lo lei o si lo vi en televisión, de un chico que iba todos los días a una tienda de música a comprar CDs porque estaba enamorado de la chica que allí trabajaba. Cuando llegaba a su casa los almacenaba sin ni siquiera desempaquetarlos. Y un mal día el chico murió -creo recordar que de un infarto, lo cual para el hilo de la historia viene muy bien-. Cuando su madre se pudo a ordenar sus cosas, descubrió que en cada uno de aquellos CDs había una nota manuscrita con sólo dos palabras: "Te amo".
Abrazos.
Triste, sí, el cuento
Hay ocasiones en que nos cuesta mucho decir "Te quiero"y creo que mucho más cuando queremos de verdad, no cuando estamos jugando o "filtreando"en plan festivo con alguien... Cuando eso que sentimos por alguien se empieza a agarrar al alma y casi notamos un ahogo, una punzada, cuando eso ocurre.... uff, esas dos mágicas palabras se vuelven impronunciables; yo pienso que es porque nos sobrecoge el temor de que no sean compartidas y ello, no podría más que aumentar el dolor.
Bueno, parece que ir hoy a la pelu, nos ha puesto trascendentes, je je.
Larrey, me recordaste un chiste malo:
papá tú tienes cuernos?
y yo qué sé, hijo mío, tengo tantas cosas en la cabeza...!
Saludillos...
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