27 de noviembre de 2007

EL CANCIONERO

Hoy me he decidido por un grupo de los ochenta y principios de los noventa. Llegó al panorama musical en un momento en el que yo vivía el sueño adolescente de ser un buen letrista, con mi amigo Fernando, que a su vez vivía el suyo de ser cantante. No somos Nadie era nuestra ilusorio grupo, compuesto por su voz, sus melodías y mis letras. Es una tarea pendiente encontrarlas y darles un sitio en el blog. En fin, Tam Tam Go es el grupo al que me refiero, y me gustaban porque en sus canciones, al menos en esta, contaban historias, un poco al estilo Sabina, el verdadero rey de la fábula cantada. Manuel, Raquel.



Cuando llego era un niño delicado
no quería mancharse
jugando en el descampado
era un tipo legal,
un amigo, un aliado
Había vivido arrogante
aquel error inocente
llevar en cuerpo de hombre
una mujer en su mente
él un hombre tranquilo
ella una dama valiente
oh¡ Manuel Raquel
Manuel Raquel
no aguantó siquiera el primer invierno
volando sobre un tacón
de las redadas huyendo
La última vez que le vi
nos fuimos a emborrachar
debajo del maquillaje no pudo disimular
un cierto pudor antiguo
al fin un poco de paz
Quiso volar y salto
no pude llegar a tiempo
las lágrimas sin dolor
me las ha arrancado el viento
se fue sin decir adiós
sin un grito, ni un lamento
creo que iba contento
Manuel Raquel
no aguantó siquiera el primer invierno
la detuvieron mil veces
la pobre se fue rompiendo
es muy difícil pasear
de incógnito en el infierno
Oh Manuel, oh Raquel
se marchó
es sólo una baja más
Oh Manuel, oh Raquel
se marchó
por fin podrá descansar
Manuel, oh Raquel
se marchó
es sólo una baja más
Y se fue sin señalar
y se fue sin simular
y se fue sin molestar
oh Manuel Raquel
y se fue sin acusar
y se fue sin apuntar
y se fue sin disparar
y se fue sin sin
Y hasta la leña del monte
tiene su separación
de la gorda se hacen santos
de la menuda carbón
Y si vas al paraíso
guardame un trozo de cielo
que yo te llevo la tierra
enrrollada en mi pañuelo.

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