7 de junio de 2007

EL EXTRANJERO


COSAS QUE DEJÉ DE USAR (VIII); 1959
A.M.C.

El COLEGIO ORESDO ocupaba todo el primer piso de un palacete enorme en la calle Martínez Campos. Lo fundaron los señores Ortega, Escribano y Donato, tres catedráticos republicanos que se habían librado de milagro de la cárcel o de algo peor y que habían sido expulsados de sus cátedras. En este colegio donde mi padre encontró trabajo como profesor, después de un corto exilio en Francia, cursé todo el bachillerato y el Preuniversitario. Todos los que trabajaban allí eran excelentes profesores, mucho tiempo después me di cuenta que eran además liberales y demócratas, incluso el “profe” de Formación del Espíritu Nacional que debía haber sido falangista se impregnó de aquel ambiente y apenas se le notaba. De los años pasados allí solo me quedan excelentes recuerdos y algún diploma por las buenas calificaciones. En aquellos tiempos veíamos normal que al colegio fueran solo chicos o solo chicas y cuando camino de casa pasábamos por delante del Liceo Francés las chicas, de uniforme, nos parecían seres extraños e inalcanzables. Casi a la vez de acabar mis estudios el colegio dejó de funcionar, derribaron el palacete y construyeron un edificio de viviendas de lujo.

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