Se ha muerto el abuelo Justi, Justiniano Larrey. Y lo ha hecho como otros muchos, con sus grandezas y sus miserias, en silencio. Anoche cerró los ojos para dormir y esta mañana han sido perezosos por última vez. Ha vivido, no vamos a negarlo, ha criado a sus hijos, ha visto nacer y hacerse adultos a sus nueve nietos y ha tenido, incluso, la suerte de conocer a tres biznietos. Era un tipo algo distante, de aire solitario, pero divertido en el trato, de risa fácil, de izquierdas, futbolero y del Bilbao; una curiosa combinación para alguien especial.
Para mi la muerte no es más que el punto final. Aquí se acaba, sobre todo el sufrimiento de quien se va. Nos quedamos los demás, familiares, amigos, el entorno, los que sufren la pérdida. Mi tía Mari Julia, que en estos últimos años ha llevado el peso de su cuidado, sus otros hijos, incluso sus nietos. Yo tengo la sensación, igual que me ha ocurrido con otras personas que se fueron sin avisar, de que llego tarde. Porque para mí era un tipo especial, quizá por el misterio de su pasado en la guerra, de sus batallas, de cómo cruzó el Ebro sobre un caballo porque no sabía nadar, del campo de concentración en Francia...y jamás se lo dije. No nos veíamos. Incluso la última vez que pasé por el pueblo iba de paso y con tanta prisa que no tuve tiempo ni de acercarme a verlo. Y ahora lloro, soy así de egoísta, pensando que esa iba a ser la última vez que pudiera haberlo visto, sentado en su silla, tal vez afeitándose viendo alguna película. Nunca le dije que le quería. Él tampoco me lo dijo. Y los dos lo hacíamos como somos, silenciosos y distantes. Quizá sea su legado, esta extraña forma que tenemos de querer los Larrey. Pero sí, abuelo, te quise, siempre me pareciste una persona especial, con la que, si me hubiera dejado la mierda de vida esta que llevo, que es como un río que me arrastra comíendose mi tiempo sin que me de cuenta, me hubiera gusta volver a tener una hora, con un par de cervezas y que me contaras otra vez como cruzaste el Ebro...en fin, abuelo, ya es tarde, siempre es tarde, pero así somos los Larrey.
10 comentarios:
Cuando murió mi padre también tuve la sensación d que debiera haber hablado más con él, pero ... no hay marcha atrás. En mi caso, mi padre era una persona de convivencia, más que difícil, muy dura.
Y, bueno, sólo te queda, del contacto cercano con la muerte, la lección de dejar todo dicho en vida a las personas que realmente aprecies, para que no se queden con la sensación esa tuya, de que tuviste que haber hecho o dicho...
Un beso PAQUITA
Estimado Antonio,
Siento mucho tan irreparable perdida.
Si me permites mi humilde opinion, te dire que el que entre tu y tu abuelo no os hubieseis dicho que os querias no significaba que no lo hicieseis, y mucho menos que no lo supieseis respectivamente. Y aunque creo comprender lo que sientes, algunas personas son asi, y no expresan quizas sus sentimientos...
No es tarde estimado Antonio, nunca es tarde. Quizas si ahora con lo de tu abuelo, pero NO ES TARDE PARA TI. Puedes empezar a practicar dejando mas claro a las personas que tienes a tu alrededor (y que te importan de verdad) que las quieres, que las respetas, que las entiendes, que las admiras, ... Lo haces con hechos, se que lo haces. Pero no hay rubor o incluso debilidad en decir un te quiero a un amigo, a tus padres, a tus hermanos, a tus hijos, a tu pareja, a la familia, a los tuyos...
Yo no dejo escapar oportunidad... antes no era tan asi, pero cuando pasas por alguna situacion de "nearly missed" te das cuenta que hay que vivir el hoy, decir lo que haya que decir hoy... y no dejarlo para ma#ana.
Me despido ya, no sin antes decirte que yo te aprecio un poquito Antonio. No me ruboriza confesarlo: ves que facil?
mega
xx
vaya hombre, lo siento mucho...
un beso
Lo lamento.
Un abrazo.
Lo siento mucho.
Justi, descansa en paz.
Un beso y un abrazo. Tir & Elena
Lo siento amigo.
¡Mucho ánimo!.
Un abrazo
Sabi
Gracias a todos. La verdad es que no sé porque me ha entristecido tanto, es ley de vida, y una muerte dulce. Pero es mi último abuelo, es como si todos hubieran muerto definitivamente, él quedaba como representante; y eso evidencia que subimos de peldaño, que ahora le toca el turno a otros. En fin, que esto de la paternidad me tiene tocado emocionalmente, y a este paso acabaré llorando con los anuncios de turrón
Publicar un comentario