A PATADAS

Así entienden algunos, a patadas, la defensa de sus ideas y lo que es más indignante, de su libertad. Parece ser que el desplazamiento a gran velocidad de una pierna forma parte del diálogo en busca de soluciones. No sé si este hombre tenía razón antes de armar su pierna, pero es irrelevante, porque en el momento en el que lo hizo las perdió todas. Era un hombre de avanzada edad, según se pudo adivinar en las imágenes, por lo que puede incluso que tenga nietos. Y que los lleve al parque y tenga que explicarles aquello de eh, hijo, se comparte y por los juguetes no se pega. ¿O no?. Bueno, puede que él no, puede que él, nada más llegar al parque siente a su nieto en el centro, haga un círculo con un palo y diga que es de él, que ahí jugó también su hijo, y él, y su padre, y su abuelo y así hasta un primo lejano de Sabino Arana. Jamás defenderé mis ideas con violencia, y jamás, pero jamás, entenderé los nacionalismos, sean del color que sean. Así que la violencia nacionalista está dentro de los mayores enigmas, para mi, de la humanidad. Enigmas y aberraciones.

De lo visto ayer, cuando Antonio Aguirre, miembro del Foro de Ermua, fue agredido en la puerta del juzgado en el que se instruía el caso contra Ibarretxe, Otegi y Etxebarría, hay varias lecturas, tan interesantes como inquietantes. Lo primero que yo, al menos, desconocía la capacidad judicial de la Policía Vasca. El autor de la patada fue retenido y entregado a un policía y éste, en su capacidad judicial y en un ejemplo de lo que es un juicio express, lo consideró inocente y lo dejó en libertad. En segundo lugar, y puede que, duela a quien duela, en primero, el hecho del juicio en sí. Hay que reflexionar un poquito, señores del Foro de Ermua y de Dignidad y Justicia, interponer una demanda a un presidente elegido legítimamente en las urnas por, en una acción de gobierno, dialogar con grupos radicales, es en todo punto arrogante. ¿Qué pasa con el resto de los votantes?, puede que muchos estén a favor de ese diálogo. ¿Ustedes también tienen la verdad absoluta?. Yo sé que su situación en el País Vasco es muy delicada, pero demandar al Lehendakari no es el camino, y menos por dialogar. Y si se puede juzgar a un presidente autonómico por sentarse a hablar ¿no se debería juzgar a un presidente de gobierno por invadir un país?. Claro, que yo por lo menos ya sé de que pie cojean algunos (lo mismo dirán de mí, qué vamos a hacerle) porque escuchar ayer a Acebes hacer malabarismos dialécticos para lograr culpar de la agresión a Zapatero es de un patetismo que insulta. Además, dijo frases como Zapatero actúa contra la justicia, contra la ley y contra la inmensa mayoría de los ciudadanos. ¿Le declaramos un veto?, ¿le interponemos una querella?.

Después está la verdadera marea causante de estos lodos. Hace no mucho vi una foto de una amigable charla en los pasillos del congreso. Dos inviduos parecían reirse tranquilamente de sus cosas en un receso de su trabajo. Nada digno de mención salvo que uno era el portavoz del partido socialista en el congreso, López Garrido, y el otro Eduardo Zaplana. Dos entes aparentemente irreconciliables. Así están las cosas, generan violencia, disputan, discuten, salpican sus rencores a la ciudadanía y luego ¿pueden charlar tranquilamente de una receta o de quien paga la próxima ronda?. Mientras tanto la crispación crece en la ciudadanía, los ancianos se lían a garrotazos por un panfleto, se pintan las sedes de los partidos y estamos llegando a un punto en el que si odias los gritos has de olvidarte de mencionar palabras como Zapatero, derecha, derecho...

Creo que todas las personas con responsabilidades políticas en este país deberían reflexionar un poquito antes de echarse la manta a la cabeza y emprender acciones cuyas consecuencias van más allá del juego de partidos.