Este artículo va dedicado a todas esas mujeres que en las recientes manifestaciones, y en las venideras, sacan sus banderas nacionales preconstitucionales (las del águila) y se muestran, por tanto, tan nostálgicas de los tiempos de su admirado Francisco Franco. Quiero recordarles tan solo algunos de los preceptos con los que el movimiento queria aleccionarlas. Así quería el movimento a la mujer...
La mujer ha nacido para servir, a través de toda la vida, la misión de la mujer es servir (sección femenina, anuario de 1941). No debe perder tiempo en tareas tan supérfluas como el deporte, ya que una mujer que tenga que atender las faenas domésticas con toda regularidad, tiene ocasión de hacer tanta gimnasia como no haría nunca (Teresa, sección femenina, 1951). Y si por un casual se viera tentada u obligada a hacerlo tampoco ha de tomar el deporte como un pretexto para independizarse de la familia, ni para ninguna libertad, contraria a las buenas constumbres (Economía doméstica; sección femenina, 1964). En cuanto a la forma de presentarse en sociedad, utilizará el nombre propio, su primer apellido seguido de la partícula "de" y el apellido del marido, (...) así no perderá la personalidad (...) peteneciendo al señor (...) (sección femenina, 1698). Puesto que no hay duda de que una vez casada pertenece a su marido, y eso ha de hacerla feliz, porque la vida de toda mujer (...) no es más que un eterno deseo de encontrar a quien someterse (sección femenina, 1944). ¿Y qué se puede esperar de una mujer que vivir para someterse?, las mujeres nunca descubren nada; les falta, desde luego, el talento creador, reservado por Dios para inteligencias varoniles; la mujer no puede hacer nada más que interpretar, mejor o peor, lo que los hombres han hecho (Pilar Primo de Rivera, 1942). Y de dejarse llevar por el deseo o la sensualidad, nada de nada, que ya se sabe que la mujer sensual tiene los ojos hundidos, las mejillas descoloridas, transparentes la orejas, apuntada la barbilla, seca la boca (...) quebrado el talle, inseguro el paso y triste todo su ser. La memoria se le entumece (...) no se ha de esperar nada serio (...) ni sentimiento limpio (Padre García Figuer, sección femenina 1946). Está claro, por tanto, como ha de comportarse una mujer de bien, que debe tener preparada una comida deliciosa cuando él regrese del trabajo. Ofrecerse a quitarle los zapatos (...) porque después de un duro día de trabajo quizá necesite un poco de ánimo, y uno de sus deberes es proporcionárselo. Debe minimizar cualquier ruido, dejarle hablar primero, animárle a que practique sus aficiones y en cuanto a las obligaciones matrimoniales, si él siente la necesidad de dormir, que sea así, no debe presionarlo o estimularlo a la intimidad. Si su marido sugiere la unión, entonces acceder humíldemente, teniendo siempre en cuenta que su satisfacción es siempre más importante que la de la mujer. Cuando alcance el momento culminante, un pequeño gemido por su parte bastará para indicar cualquier goce que haya podido experimentar. Si su marido la pidiera prácticas sexuales inusuales, deberá ser obediente y no quejarse. Es probable que después el marido caiga en un sueño profundo, así que ha de acomodarse la ropa, refrescarse y aplicarse crema facial (...). Puede entonces ajustar el despertador para levantarse un poco antes que él por la mañana (...) para tener lista una taza de té para cuando él despierte (Economía doméstica, Sección femenina 1958).
Pues eso, mujer, banderitas, banderitas al aire.
3 comentarios:
(...) peteneciendo al señor (...) (sección femenina, 1698).
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Si ya me sonaba a mí, esto, antiguo ... antiguo.
Pero ... es de verdad que ¡eso! estaba escrito. ¡virgensanta!
PAQUITA
(...) peteneciendo al señor (...) (sección femenina, 1698).
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Si ya me sonaba a mí, esto, antiguo ... antiguo.
Pero ... es de verdad que ¡eso! estaba escrito. ¡virgensanta!
PAQUITA
"Si su marido la pidiera prácticas sexuales inusuales, deberá ser obediente y no quejarse." Con esta parte estoy completamente de acuerdo, je,je,je
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