! El Circo Price ha vuelto ¡. Así lo anuncian desde la prista. Nunca he sido muy aficionado al circo, entre otras cosas porque los animales, las fieras que ellos vendían, no me inspiraban miedo, sino desamparo, en sus jaulas y sujetas a los designios comerciales del domador. Aun así recuerdo en mi infancia la admiración por el valor de los trapecistas, en las alturas ganandose el pan a cabriola limpia.
Como padre intento ofrecerle a mi hijo todo aquello que pueda estimular su imaginación, haya o no sido costumbre en mi infancia. Por eso decidimos llevarlo al circo. El circo Price, que vuelve a ser estable en Madrid. Es un espectáculo elegante y luminoso, sin fieras y con números de payasos, baile y acrobacia en sus dosis justas. El entorno es fabuloso, se trata de un lugar moderno y funcional (lo será más cuando sus trabajadores se adapten a su "nuevo" oficio). Y los espectáculos son igualmente modernos, sin perder el sabor añejo del más difícil todavía. Pero para mi, para nosotros, el espectáculo estaba fuera de la pista, lejos de los funanbulistas, los equilibristas o el payaso regordete, el espectáculo estaba en los asientos, donde los pequeños abrían sus bocas ávidas de fantasía y gritaban, mira, mira que alto, qué voltereta. Ni un segundo se movió del la silla (ni tan siquiera cuando los gusanitos lo tentaban) y no dejó de fascinarse con cada número. Merece la pena, sin duda, es un espectáculo, ahora que todo parece ocurrir tan de mentira, tan pixelado, que un joven surque el aire de verdad para dar tres volteretas mortales antes de asirse a su forzudo compañero. Sí, el Price ha vuelto, ¡ que viva el espectáculo !.
1 comentario:
ESTA MISMA MAÑANA, hoy es miércoles 21, estaban hablando de mañana -las 7- con el director por la radio.
PAQUITA
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