LOS ULTRAS

Tengo diez segundos en el semáforo para ojear los titulares. Página veinte, preocupación en la cúpula del PP por la presencia de ultras en sus concentraciones. Verde, comienzo la marcha con una ligera sonrisa. Por fin, Mariano, por fin das una a derechas (uy, he hecho una metáfora). Por fin un acto valiente y consecuente. Claro, que mientras cambio de marchas pienso en como se lo van a tomar las bases del partido, los votantes. El resto daremos las gracias, incluso puede que salgamos a la calle a celebrarlo. Pero en Génova no sé como se verá que Zaplana y Acebes queden fuera de los actos del partido. No tengo respuesta, pero cambio de marcha y lo celebro con un tímido yuhu.
Un nuevo semáforo. Otros diez segundos. Me lanzo a la noticia con avidez. Rajoy evita cuatro veces hablar en público de banderas franquistas, pero ordena controlarlas. ¿Banderas franquistas?, ¡ qué desilusión !, que chasco, Mariano, que chasco. ¿Ahora te preocupan las banderas preconstitucionales (vosotros que os agarraís a la constitución como si fuera un documento sagrado e inamovible)?. Hay personas que llevan décadas temblando cuando ven un águila encerrada entre rojo y gualda. Y ahora ¿te preocupa a tí?. Ah, claro, son las elecciones, hay que mostrar moderación. Pues lo decía mi abuela y bien clarito, Mariano: el que con niños se acuesta, mojado se levanta. Y yo te digo más, el que siembra vientos, recoge tempestades. ¿Tienes tu segadora de tempestades preparada?