3 de julio de 2007

MICROS

Nunca vio su cara. Escuchó, eso sí, muchas noches los gritos al otro lado de la pared. La única vez que se cruzaron tampoco pudo verla, iba envuelta en una bolsa.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Dos finales:

primero: "Se pregunta si haber actuado a tiempo, haberlo denunciado, habria cambiado este tragico desenlace..."

segundo: "Esta vez a uno de sus clientes se le fue la mano..."

Un cordial saludo,
mega

Dudu dijo...

Desde la conciencia, se puede ser cómplice de los malos tratos por omisión.