El otro día fui al cine con mi hijo. ¡ Qué gran momento !, padre e hijo de la mano, canturreando, lilalá, lilalá, iba diciendo él. Nunca pensé que un parking pudiera tener esa belleza, sus ojos lo iluminaban todo. Sé que solo yo podía verlo, pero ¿qúé importa eso?. Íbamos a ver Sherek (seguro que el cultureta os habla de ella) que para mi hijo es la de la galleta grande, porque le encanta cuando en la segunda parte asalta el castillo una galleta gigante. Estábamos en uno de esos multicines enormes (creo que el más grande de Madrid, o de Europa) y suele haber inmensas promociones. Ya cerca de las taquillas se nos acercó una jovencita vestida (¿disfrazada sería más correcto?) de cocinera. Imitaba el acento francés y comenzó a hacerle preguntas a mi hijo, sobre si le gustaba el queso o no, su comida favorita, lo que comía o no. Como él no respondía, como el cien por cien de los padres en este mundo, lo hacía yo por él. Por suerte no estoy en ese porcentaje de personas que imitan la voz y las palabras del pequeño. Yo si hubiera tenido que decir biberón no hubiera dicho bibis con voz de pito. Si habla él que hable como quiera, si lo hago yo lo haré como un adulto aunque lo haga en su nombre, que qué manía esta la de los padres ¿verdad?. El caso es que como la chica no lograba arrancarle a mi hijo, repleto de timidez, alguna respuesta que valiera para su marketing le hizo la gran pregunta: ¿De lo que te cocina tu madre qué es lo que más te gusta?. ¿Tu madre?. ¿Qué años tenía aquella morena y falsa cocinera?, ¿veinte?, ¿con esa edad siguen pensando que son las madres las que cocinan, las que friegan, las que lavan, las que planchan?. ¿Qué le costaban no haberle puesto sujeto a la frase, o hacerlo genérico con un "tus padres" tan políticamente correcto?. No me enfadé, pobre muchacha, no va a llevarse toda mi ira en contra de los tópicos machistas, pero es que me fastidia mucho que la mujer, que es quien más tiene que ganar en esta guerra, y joven, tenga estos renuncios. Ya lo he dicho muchas veces, me parece absurdo buscar el femenino donde no lo hay (practicanta, jueza, médica etc) pero no luchar por expulsar esos tópicos mentales, que aunque reflejen una realidad todavía demasiado presente, no favorecen la verdadera igualdad, aquella en la que padres y madres concinaran igualmente. Por eso le dije, con una sonrisa, que si no podía ser que el que concinase fuera su padre. Estuve tentado de decirle que hacía unas comidas fabulosas y que ya cuando me metía en la cocina era insuperable, pero eso lo hubiera dicho Adrián, el pizzero, no yo.
5 de julio de 2007
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3 comentarios:
ambos dos sois muy buenos cocineros, yo alucino con lo que nos preparais cuando hemos ido a comer...¡chapó pa' los dos!...
lo de las otras comiditas....en fin, que seguro que también genial...ambos dos again, je,je...bss.
Yo me ofrezco a que me inviteis a una comidita... de cualquier tipo ,je,je,e,
Pues a mi me encanta cuando un chico como tu Larrey nota estas cosas y las "spell out" (no se como es esto)... y si estoy de acuerdo son las mujeres muchas veces mas machistas que los hombres... Yo ni cocino, ni lavo, ni plancho, ni nada de eso... por que no tengo tiempo y tengo ayuda. Me fastidia cuando las mujeres comentan que no soy una mujer al 100% por no hacer nada de eso... Gosh... estamos en el s.XXI y todavia hay tanto por lo que luchar...
Este tema me frustra... hace unos 5 a#os o asi, tengo una reunion y vienen a verme de un pais para una reunion, saben mi apellido, me ven fuera del despacho y creen que soy mi secretaria... porque creen que yo soy un hombre. El tio (un director griego) me da su chaqueta casi con desprecio y me pide un cafe. Yo le mando pasar a la sala de reuniones y que espere. Entro a los cinco minutos (sin el cafe...) y le doy mi tarjeta, apreton de manos y me presento... su cara como el anuncio de MasterCard: "priceless"... si hay mucho por andar... no todas las mujeres cocinan, son secretarias, y blah, blah, blah
Un saludo,
mega
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