26 de julio de 2007

LA CUSTODIA


He leído estos días una carta al director (sí, otra vez) que me ha hecho reflexionar. Soy muy engreído, así que también me ha frustrado por no haberlo pensado antes. Soy así, me pasa en casi todos los órdenes de la creación, cuando alguien que no está en el universo de los genios (vamos, un tipo normal) va y se le ocurre algo antes que a mí y considero que es bueno y que bien debiera habérseme ocurrido antes, admiro y me frustro con la misma firmeza. Evidentemente que Jose Luis Sampedro escriba una novela que me hubiera gustado escribir a mí o que piense lo mismo de la última de Medem no me frustra, apañados íbamos a ir entonces. Pero si a un amigo o a un desconocido que no se gana la vida con ello, que no tiene la bula de su genialidad previa, hace, crea algo muy bueno, acorde con mis gustos, chis, eso me genera una sensación extraña que ya digo es mezcla de admiración sincera y frustración sibilina.
Volviendo a la carta, en síntesis hablaba del caso de padre al que le han quitado la custodia (que compartía con la madre de la critatura-separados-) por llevar a su hijo a los Sanfermines (tontería tal que lo mismo la penitencia se quedó corta, si no fuera porque hay un segundo condenado, el hijo, sin culpa alguna). Abría la carta una línea de cuestión (que a la sazón es el fruto de mi frustración) ¿qué hubiera ocurrido si ese padre no estuviera separado?, ¿se le hubiera cuestinado, tan siquiera en lo más mínimo, a cualquier otro padre su relación o el tiempo a compartir con su hijo en caso de no ser separados?. Me parece de una clarividencia tal que creo que si el juez que dictó esa sentencia leyera la carta bien debiera anularla y hacerlo con carácter retroactivo a todos los padres y madres separados del mundo. El agravio comparativo es increible e invita a pensar a aquellos que hacen las leyes. Lo malo, me da, es que la cosa iría siempre a más, es decir, que lo mismo les empieza a dar por cuestinarnos a los padres no divorciados...madre, que miedo, virgencita, virgencita que me quede como estoy.

1 comentario:

Elena dijo...

¡si yo hablarara!..¡madre mía!...

mis niños han aprendido a nadar con 2 años y medio. Pero a nadar, osea, bucear, llegar al borde, sacar la cabeza coger aire y moverse dentro del agua para empujarse....NADAR.

¿cómo? pues sinceramente, me he perdido muchas clases de natación para no sufrir, porque agua, han tragado bastante, putas, también las han pasado y que por cojones han aprendido también.

¿el entrenador? SU PADRE. ¿separado? no ..... después de la clase me los traía vivos a casa a cenar, ¿cómo no los va a cuidar? si es su padre, a su manera, eso sí. ¿y que le voy a hacer si el tir es así?