SAN ISIDRO Y LA NIEVE

No me imagino como tiene que ser la vida en Finlandia. Puro caos. El producto interior bruto debe de ser deprimente y la capacidad de producción de su industria irrisoria. ¿Quién fabrica allí los coches, las puertas, los cables de la luz?¿cómo son capaces de estudiar los niños y terminar con carreras universitarias?¿quién atiende las urgencias en los hospitales? En Finlandia debe nevar la mitad del año, así que durante la mitad del año debe de ser un atasco absoluto y los trabajadores incapaces de llegar a sus puestos. ¿O no? quizá eso solo pase en Madrid, donde cuatro copos de nieve a destiempo y la mitad de la ciudad pasa la mañana en el coche, un cuarto ni se molesta en salir y el que logra llegar a su trabajo sale a media mañana acojonado de lo que le espera a la vuelta si sigue nevando. No logro entenderlo. ¿Aunque que podemos esperar de los madrileños si tenemos un patrón que es un vago? Sí, ¿no concéis la historia de San Isidro?, el tío se tiró a dormir para que los ángeles le hicieran el trabajo, aunque no sé si era un vago o un tipo listo, tal vez un explotador, porque habría que analizar las condiciones laborales de esos pobres querubines arrastrando los bueyes con el arado. Siendo así ¿qué podemos esperar en una nevada en ¡ invierno ! ? Pues imprevisión, inoperancia y rezos para que, como a San Isidro, bajen los ángeles a sacarnos los coches del atasco. Tal vez es que en el gobierno de Madrid haya demasiados hombres (no lo digo por Esperancita, eh) que nos caracterizamos por intentar llegar a los sitios sin preguntar. Porque de no ser así bastaría con una simple llamada, oiga ¿el alcalde de Helsinki? una preguntita, ¿cómo se lo montan cuando nieva?