2 de enero de 2009

EL PESO DE UN ABRAZO


¿Cuanto pesa un abrazo? ¿el peso del que lo da?¿la suma de los abrazantes al cuadrado dividida por la hipotenusa de su cariño? Si hay abrazos que dan la vida no habrá medidas para su peso, ni herramientas capaces de calibrar su valía. Eso sí, no tienen precio, son gratis y no tienen efectos secundarios (salvo algunos a ciertas horas que siempre acaban en maravillosas sesiones de gemidos). Pero me váis a permitir que entre todos los abrazos, los de cariño, los de comprensión, los de simple afecto, los de ¿desués de tantos años vamos a darnos la mano para despedirnos?, yo me quede con el espontáneo de un hijo. Ese espera papi, que te doy un abrazo y un beso. Ahora, con mi hijo mayor, estoy viviendo en una especie de feria del abrazo, sin venir a cuento (es una metáfora, porque todos sus abrazos son un cuento para mí) sale corriendo y me da un abrazo, largo, nada formal, y un beso, y se va. Y ahí me quedo yo con la sonrisa de padre idiota. Si supiera lo que me pasa por dentro, la descarga de ternura que me hace doblar las rodillas, tendría una herramienta para dominarme de por vida. Siempre he sido un poco dependiente de sus abrazos. Cuando era más pequeño cada cierto tiempo necesitaba dormirlo sobre mi regazo. Era una sensación de paz suficiente para olvidarme de todo, cargar las pilas y enfrentarme a los problemas con una carga de serenidad impagable. Ahora ya no puedo dormirlo sobre mi regazo, pero él me compensa regalándome estos abrazos y todo vuelve a la normalidad, a la maravillosa normalidad.

3 comentarios:

Mar Sánchez dijo...

Ainsssss Larrey hoy no te me pongas tierno k soy capaz de llorrarte... toy tristee... no tengo hijos pero si tres sobris, 8,7,y 2, la de 2, aparte de ser la mas chikita, es... no se como explicarlo, pero es parte de mi alma... y se me cae el alma a los pies cando sin venira que me da abrazitos y besos... y bueno me voy un tiempo fuera y la vere pokito...

La voy a exar de menos!! ainsssss...

Caminante dijo...

Los sentimientos tiernos son los que nos elevan, gracias a ellos podemos vivir con agrado esta vida, estos momentos que nos han tocado. Besos y sigue disfrutando. PAQUITA

Jésvel dijo...

Sí, los abrazos de un niño te develven la vida.

Espero que pase muucho antes de que mis hijos dejen de abrazarme como hacen cada vez que nos despedimos o cuando, porque sí, me dan uno.

En esos momentos comprendes que estás en el Paraíso.