ALGUNOS JEFES
Muchas veces en la vida uno tiene que tomar aire antes de decir algo, el mejor consejo es el de tener paciencia e intentar no precipitar las cosas. Pero también hay muchas ocasiones en las que uno hierve por dentro, se está aguantando durante un tiempo alguna cosa que le parece incorrecta o mal, y de pronto, estalla.
Estoy cansado del despotismo, de la prepotencia absoluta. Cansado de que a uno le traten como a miseria, que se crean superiores a ti por el mero hecho de ejercer un cargo. Estoy harto de que la mayor parte de esos individuos prepotentes en el fondo sean unos auténticos inseguros e incapaces que acaban vertiendo sobre uno sus propias miserias y que son incapaces de respetar y se dedican a machacarnos.
Creo que soy una persona responsable, incluso a veces creo que demasiado responsable, posiblemente muchas veces me meta en más charcos de los que debería con tal de hacer mejor mi trabajo. Hay muchos días que voy a trabajar y estoy cansado, triste, cabreado o contento y feliz, o como mi estado de ánimo sea. Pero todas las mañanas cuando llego al trabajo intento ser la persona más feliz del mundo, agradar a todas las personas con las que trabajo, colaborar con ellas, y dejar mis problemas y mis malos rollos aparcados en mi cabeza hasta que vuelva a mi vida.
Sin embargo mucha gente con poder no sabe. Son déspotas, o se hacen los graciosos y esas bromas se ven envueltas en descalificaciones personales o profesionales. Hay mucha gente que no tiene ni idea de formar un equipo de gente, de motivarlo, de hacerle trabajar bien. Hay mucha gente que a determinadas personas de una empresa no es que ni siquiera le hablen, sino que ni siquiera le miran ni se dignan a considerarles sólo por el hecho de ejercer oficios que ellos consideran que no están a su altura.
Estoy harto de tiranos que se creen que sus ideas son las únicas que valen, que se ríen de tus opiniones, que consideran que lo más insignificante es un mundo y que digan que no pueden trabajar porque los muebles de la oficina son espantosos siendo sólo eso, unos muebles de oficina que además son bastante convincentes y convencionales, además de modernos para lo que es una oficina, que únicamente es un lugar de trabajo.
Muchas veces en la vida uno tiene que tomar aire antes de decir algo, el mejor consejo es el de tener paciencia e intentar no precipitar las cosas. Pero también hay muchas ocasiones en las que uno hierve por dentro, se está aguantando durante un tiempo alguna cosa que le parece incorrecta o mal, y de pronto, estalla.
Estoy cansado del despotismo, de la prepotencia absoluta. Cansado de que a uno le traten como a miseria, que se crean superiores a ti por el mero hecho de ejercer un cargo. Estoy harto de que la mayor parte de esos individuos prepotentes en el fondo sean unos auténticos inseguros e incapaces que acaban vertiendo sobre uno sus propias miserias y que son incapaces de respetar y se dedican a machacarnos.
Creo que soy una persona responsable, incluso a veces creo que demasiado responsable, posiblemente muchas veces me meta en más charcos de los que debería con tal de hacer mejor mi trabajo. Hay muchos días que voy a trabajar y estoy cansado, triste, cabreado o contento y feliz, o como mi estado de ánimo sea. Pero todas las mañanas cuando llego al trabajo intento ser la persona más feliz del mundo, agradar a todas las personas con las que trabajo, colaborar con ellas, y dejar mis problemas y mis malos rollos aparcados en mi cabeza hasta que vuelva a mi vida.
Sin embargo mucha gente con poder no sabe. Son déspotas, o se hacen los graciosos y esas bromas se ven envueltas en descalificaciones personales o profesionales. Hay mucha gente que no tiene ni idea de formar un equipo de gente, de motivarlo, de hacerle trabajar bien. Hay mucha gente que a determinadas personas de una empresa no es que ni siquiera le hablen, sino que ni siquiera le miran ni se dignan a considerarles sólo por el hecho de ejercer oficios que ellos consideran que no están a su altura.
Estoy harto de tiranos que se creen que sus ideas son las únicas que valen, que se ríen de tus opiniones, que consideran que lo más insignificante es un mundo y que digan que no pueden trabajar porque los muebles de la oficina son espantosos siendo sólo eso, unos muebles de oficina que además son bastante convincentes y convencionales, además de modernos para lo que es una oficina, que únicamente es un lugar de trabajo.
2 comentarios:
Pero esa sucede en todos los aspectos de la vida, Larrey.
Claramente lo refleja el refrán castellano que dice "no pidas a quien pidió ni sirvas a quien sirvió".
Gracias por el consejo y solo un recordatorio, esta sección, la del capitán, no es mía, es del Misterioso O...
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