La verdad es que nos lo vamos a pasar bien. Empiezo a entender a la gente que va al mitin político. No va a que le convenzan de que vote, porque va ya convencido, va a divertirse, a echarse unas risas, porque ya quisiera el club de la comedia a estos genios del chascarrillo. Arias Cañete se ha destapado como todo un cachondo, que como gane las elecciones el PP vamos a tener el ministro de ecomía más divertido de, como le gusta tanto decir a la clase política española, toda la democracia.
Nos dice que los camareros ya no lo que eran antes, solícitos y eficaces, capaces de traerte la veintena de cafés de distinto tipo que les habíamos pedido. Ahora, como son inmigrantes, si pides doce cafés, vienen uno a uno y en el quinto te traen una cerveza en lugar de un cortado largo de leche. Pero ¿a qué tipo de bares va este hombre?. Porque yo me he encontrado en mi vida camareros despiertos, dormidos, torpones, listos, parsimoniosos, puro nervio y algún que otro inmigrante que iríamos incluyendo en los grupos anteriores. Manía tiene esta gente de atribuirle cualidades a las naciones. Pareciera como si nos consideraran a los humanos muñequitos a los que se nos ponen nuestra habilidades al nacer. ¿Eres español?, chasca, el chip del flamenco y la siesta. Lo peor de todo es que hacen, los inmigrantes, digo, los trabajos que no queremos y les llamamos torpones. Es que me parece el colmo de la arrogancia. Porque no le han quedado más cojones a este hombre que reconocer la responsabilidad en el crecimiento económico de la bolsa de inmigrantes, y como no le quedaba otro remedio, pues a menospreciar ese crecimiento. Es el ombliguismo político: si la economía va bien es porque tú dejaste las cosas bien hechas, pero si va mal es porque es un torpón.
Pero el monólogo siguió, claro, era su gran noche. Las urgencias están colapsadas porque los immigrantes se ponen malos más que los españoles y claro, como aquí una mamografía sale más barata que en Ecuador, donde cuesta el sueldo de nueve meses, pues hala, Rigoberta ¿qué hacemos hoy?, ¿nos marcamos unas mamografías y unas ecos en el clínico?. De todos modos a Cañete habría que recordarle que en España la situación no es tan diferente, aquí no te lo cobran en salario, sin en tiempo, los nueve meses de salario aquí son de lista de espera. Debe de ser un detalle premeditado, para que el inmigrante no tenga morriña.
Lo mejor de todo, y esto no es exclusivo de Arias Cañete, es que desde el PP consideran la asignatura de Educación para la ciudadanía un aleccionamiento de los niños y pretenden dar cursos sobre costumbres españolas a los inmigrantes. Yo, por si acaso, voy a estar atento, porque no me importaría nada impartir clases de tapeo o de siesta a estos pobres desgraciados. A todo esto no sé como van a tener tiempo para gestionarlo, porque en cuatro años no van a hacer otra cosa que plantar árboles, para llegar a los 500 millones les tocan cuatro años a 238 por hora.
El problema de todo esto, que es muy serio por mucho que me guste frivolizarlo, está en que cierto tipo de gente gusta de calificar a los humanos entre los que son y los que no son. Los que son blancos y los que no. Los que son extranjeros y los que no. Los que hablan tu idioma y los que no. Y no se dan cuenta de que aquí estamos de prestado, y no sabemos por cuanto tiempo, que nacer en un sitio u otro es puro azar y ningún ser humano es responsable de ello, por lo que cargarle con esa culpa es injusto e inhumano, además de inútil. Si a mi me roban me va a dar igual quien ha sido, si vestía velo o si hablaba otro idioma. Quiero que a esa persona se le juzgue por lo que ha hecho, no por donde nacio. La ley es igual para todos, en obligaciones y derechos. Ese es el mejor cursillo que podemos darles.
Para terminar, ¿os imagináis una huelga de inmigrantes?, ningún inmigrante realizando trabajo alguno. Uf, que miedo...
Nos dice que los camareros ya no lo que eran antes, solícitos y eficaces, capaces de traerte la veintena de cafés de distinto tipo que les habíamos pedido. Ahora, como son inmigrantes, si pides doce cafés, vienen uno a uno y en el quinto te traen una cerveza en lugar de un cortado largo de leche. Pero ¿a qué tipo de bares va este hombre?. Porque yo me he encontrado en mi vida camareros despiertos, dormidos, torpones, listos, parsimoniosos, puro nervio y algún que otro inmigrante que iríamos incluyendo en los grupos anteriores. Manía tiene esta gente de atribuirle cualidades a las naciones. Pareciera como si nos consideraran a los humanos muñequitos a los que se nos ponen nuestra habilidades al nacer. ¿Eres español?, chasca, el chip del flamenco y la siesta. Lo peor de todo es que hacen, los inmigrantes, digo, los trabajos que no queremos y les llamamos torpones. Es que me parece el colmo de la arrogancia. Porque no le han quedado más cojones a este hombre que reconocer la responsabilidad en el crecimiento económico de la bolsa de inmigrantes, y como no le quedaba otro remedio, pues a menospreciar ese crecimiento. Es el ombliguismo político: si la economía va bien es porque tú dejaste las cosas bien hechas, pero si va mal es porque es un torpón.
Pero el monólogo siguió, claro, era su gran noche. Las urgencias están colapsadas porque los immigrantes se ponen malos más que los españoles y claro, como aquí una mamografía sale más barata que en Ecuador, donde cuesta el sueldo de nueve meses, pues hala, Rigoberta ¿qué hacemos hoy?, ¿nos marcamos unas mamografías y unas ecos en el clínico?. De todos modos a Cañete habría que recordarle que en España la situación no es tan diferente, aquí no te lo cobran en salario, sin en tiempo, los nueve meses de salario aquí son de lista de espera. Debe de ser un detalle premeditado, para que el inmigrante no tenga morriña.
Lo mejor de todo, y esto no es exclusivo de Arias Cañete, es que desde el PP consideran la asignatura de Educación para la ciudadanía un aleccionamiento de los niños y pretenden dar cursos sobre costumbres españolas a los inmigrantes. Yo, por si acaso, voy a estar atento, porque no me importaría nada impartir clases de tapeo o de siesta a estos pobres desgraciados. A todo esto no sé como van a tener tiempo para gestionarlo, porque en cuatro años no van a hacer otra cosa que plantar árboles, para llegar a los 500 millones les tocan cuatro años a 238 por hora.
El problema de todo esto, que es muy serio por mucho que me guste frivolizarlo, está en que cierto tipo de gente gusta de calificar a los humanos entre los que son y los que no son. Los que son blancos y los que no. Los que son extranjeros y los que no. Los que hablan tu idioma y los que no. Y no se dan cuenta de que aquí estamos de prestado, y no sabemos por cuanto tiempo, que nacer en un sitio u otro es puro azar y ningún ser humano es responsable de ello, por lo que cargarle con esa culpa es injusto e inhumano, además de inútil. Si a mi me roban me va a dar igual quien ha sido, si vestía velo o si hablaba otro idioma. Quiero que a esa persona se le juzgue por lo que ha hecho, no por donde nacio. La ley es igual para todos, en obligaciones y derechos. Ese es el mejor cursillo que podemos darles.
Para terminar, ¿os imagináis una huelga de inmigrantes?, ningún inmigrante realizando trabajo alguno. Uf, que miedo...
4 comentarios:
Te aseguro que también hay algunos de esos convencidos -ah, la fe, amigo mío, la fe- que vamos a los mítines a -como se nos suele decir- arropar al candidato, y a sufrir con las barbaridades que tenemos que escuchar.
Un abrazo.
Muy buena reflexión la tuya, Larrey. Sí, da no se qué frivolizar pero es que con Cañete se me puso una risa floja que no pude dominar.
A propósito de Cañete:
¿ministro de economía, dices? pero no han fichado al de Endesa?
Pues ahora que lo dices, sí, no me había dado cuenta, pues lo daba por hecho. ¿Sabes lo que más gracia me hace del de Endesa?, que el otro día se pasó por un mercado para saber lo que era aquello...uf, lleno de gente, madre, y comida y esas cosas. ¿Es que las neveras no se llenan solas?, vaya, habrá pensado, debe ser automática solo la mía.
Yo como Rafa también soy asidua de mitines y hay de todo, hay quién le falta más de un par de hornadas para meterse a esto de la política, se perdería los cursos de formación previos y ahora parece que sirve cualquiera para governar. Menudo peligro con el Pizarro este y con algunos otros.
Y por lo que hace a la inmigración estoy completamente deacuerdo en que es absurdo eso de los nuevos contratos; hay una ley y todos, absolutamente todos debemos cumplirla, si queremos derechos también hay obligaciones tanto para los que hemos nacido aquí como para los que no. Un beso
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