De la nueva campaña, o idea, que han sacado desde las huestes socialistas para apoyar a Zapatero, me gustaría hacer algunas apreciaciones.
En primer lugar que me ha encantado. Asépticamente es una vuelta de tuerca que a nivel de marketing merece un diez. Es hacer del defecto y la chanza una virtud. La falsa idea de reirse de uno mismo en este caso me ha parecido sublime.
Por otro lado no me gustó nada el tratamiento que le da El País a esta noticia el sábado. Concretamente no me gusta el titular. Bajo una parrilla de seis fotos de artistas con el gesto mencionado aparece el siguiente titular: la cultura hace un guiño a Zapatero. Es verdad que en las páginas interiores lo arreglan un poco, pero no se puede tomar una parte por el todo o al menos no se puede hacer en un campo, el de la política, y en un momento, unas elecciones, donde todo debería medirse con lupa. No es la cultura la que apoya a Zapatero, es una parte de ella; y muy concreta, apostillarán muchos, y muy numerosa, añado yo. Creo que se debería tener especial cuidado en este tipo de cosas.
¿Y quienes apoyan a ZP?. Me da la impresión de que son los mismos que ya lo hicieron con Felipe González. Es verdad que son mi referente cultural y además comulgo con sus ideas, lo cual hace dudar si fue antes el huevo o la gallina, ¿comulgo con sus ideas porque son ellos o por ellos comulgo con sus ideas?. Sabina, Serrat, Bosé...se echa de menos sangre joven en esta lucha. Fran Perea, por ejemplo, es la única novedad que yo he visto. Bueno, están Boris o Javier Vazquez, pero ya sabéis que dirán de ellos, lo mismo que le gritaron a Zerolo. Pero ¿dónde están artistas que uno sabe son de izquierdas?. Pues haciendo su trabajo, supongo, y no seré yo quien les recrimine que no les importe lo más mínimo la política. Yo, como persona de izquierdas que soy, no puedo darle tan siquiera un aprobado en política cultural a este gobierno. A un gobierno de derechas siempre le recriminaré la que será su virtud para sus votantes, hacer una política de derechas; pero a uno de izquierdas lo que le recrimino es no comportarse como tal en los únicos campos en los que puede (y debe hacerlo): la cultura y las medidas sociales. En la primera ya digo que no le doy ni el aprobado, en la segunda, con más fanfarria que resultados, con más fachada que profundidad en sus medidas, le doy un aprobado ramplón, muy ramplón.
Con esto del apoyo de cierto sector de la cultura a Zapatero hay luego mucho desprecio. ¿Qué van a pensar muchos cuando le den (seguramente) un Oscar a Bardem?. Pues que es el artistucho que gritó no a la guerra en una entrega de los Goya. Aquello dolió y ese grupo de personas se han ganado el permanente desprecio (que ni comparto ni deberíamos aceptar) de un sector de la sociedad. Los artistas no tienen ninguna responsabilidad política y por tanto pueden subirse al barco que les venga en gana o no hacerlo en ninguno si es lo que les seduce. Luego si su obra es minusvalorada por ese hecho será responsabilidad única del usuario final de la misma. Si yo no quiero ir a ver una película porque su director es un facha redomado, o jamás me lea un libro de Sanchez Dragó, no hará que ni película ni libro sean mejores o peores. Tanto en un caso como en otro es una elección mía. No demos a las cosas más importancia de la que tiene, pero tampoco nos veamos obligados por el políticamente correcto, a comulgar con todo. Cada uno tenemos nuestras ideas y está muy bien que las respetemos y las contemplemos para elegir.
En primer lugar que me ha encantado. Asépticamente es una vuelta de tuerca que a nivel de marketing merece un diez. Es hacer del defecto y la chanza una virtud. La falsa idea de reirse de uno mismo en este caso me ha parecido sublime.
Por otro lado no me gustó nada el tratamiento que le da El País a esta noticia el sábado. Concretamente no me gusta el titular. Bajo una parrilla de seis fotos de artistas con el gesto mencionado aparece el siguiente titular: la cultura hace un guiño a Zapatero. Es verdad que en las páginas interiores lo arreglan un poco, pero no se puede tomar una parte por el todo o al menos no se puede hacer en un campo, el de la política, y en un momento, unas elecciones, donde todo debería medirse con lupa. No es la cultura la que apoya a Zapatero, es una parte de ella; y muy concreta, apostillarán muchos, y muy numerosa, añado yo. Creo que se debería tener especial cuidado en este tipo de cosas.
¿Y quienes apoyan a ZP?. Me da la impresión de que son los mismos que ya lo hicieron con Felipe González. Es verdad que son mi referente cultural y además comulgo con sus ideas, lo cual hace dudar si fue antes el huevo o la gallina, ¿comulgo con sus ideas porque son ellos o por ellos comulgo con sus ideas?. Sabina, Serrat, Bosé...se echa de menos sangre joven en esta lucha. Fran Perea, por ejemplo, es la única novedad que yo he visto. Bueno, están Boris o Javier Vazquez, pero ya sabéis que dirán de ellos, lo mismo que le gritaron a Zerolo. Pero ¿dónde están artistas que uno sabe son de izquierdas?. Pues haciendo su trabajo, supongo, y no seré yo quien les recrimine que no les importe lo más mínimo la política. Yo, como persona de izquierdas que soy, no puedo darle tan siquiera un aprobado en política cultural a este gobierno. A un gobierno de derechas siempre le recriminaré la que será su virtud para sus votantes, hacer una política de derechas; pero a uno de izquierdas lo que le recrimino es no comportarse como tal en los únicos campos en los que puede (y debe hacerlo): la cultura y las medidas sociales. En la primera ya digo que no le doy ni el aprobado, en la segunda, con más fanfarria que resultados, con más fachada que profundidad en sus medidas, le doy un aprobado ramplón, muy ramplón.
Con esto del apoyo de cierto sector de la cultura a Zapatero hay luego mucho desprecio. ¿Qué van a pensar muchos cuando le den (seguramente) un Oscar a Bardem?. Pues que es el artistucho que gritó no a la guerra en una entrega de los Goya. Aquello dolió y ese grupo de personas se han ganado el permanente desprecio (que ni comparto ni deberíamos aceptar) de un sector de la sociedad. Los artistas no tienen ninguna responsabilidad política y por tanto pueden subirse al barco que les venga en gana o no hacerlo en ninguno si es lo que les seduce. Luego si su obra es minusvalorada por ese hecho será responsabilidad única del usuario final de la misma. Si yo no quiero ir a ver una película porque su director es un facha redomado, o jamás me lea un libro de Sanchez Dragó, no hará que ni película ni libro sean mejores o peores. Tanto en un caso como en otro es una elección mía. No demos a las cosas más importancia de la que tiene, pero tampoco nos veamos obligados por el políticamente correcto, a comulgar con todo. Cada uno tenemos nuestras ideas y está muy bien que las respetemos y las contemplemos para elegir.
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