¿Os acordáis de los chistes de sabes el colmo de tal o de cual?. Por ejemplo, el colmo de un jardinero era tener una hija que se llamara Rosa y que la dejaran plantada. Claro, que no hace falta acudir a chistes, en el refranero ya viene reflejada la historia de Sonia Jiménez. Además de puta poner la cama, además de cornudo apaleado, ¿no quieres sopa? ¡pues toma dos tazas!...todo eso se queda corto frente a su historia.
La desgracia de esta pobre mujer empezó en 2004 cuando su padre atropelló repetidas veces a su madre hasta matarla. Como ella dice, esa imagen es algo que la perseguirá toda la vida. Y ya parece suficiente para condenarte a una lucha con tus recuerdos, pero es que esta sociedad en la que vivimos se empeña en putearla con una saña que duele solo saberlo. Su padre estuvo en la cárcel hasta que murió; como el coche tenía todavía letras pendientes de pagar, ahora se las reclaman. Es decir, están pidíendole que pague el arma con la que mató a su madre; arma, que por otro lado, ni sabe ni quiere saber que ha sido de ella, faltaría más. Yo me pregunto ¿el estado me permite renunciar a una herencia?, es decir, mi padre me dejó un millón de euros, pero no los quiero. Si me permiten hacerlo ¿cómo pueden heredarse las deudas si uno no las quiere?. Pero la cosa no acaba aquí, ni mucho menos. Hubo un hombre que al intentar salvar a su madre salió malherido, evidentemente la culpa es de su padre. Fue condenado a indemnizarle con 12 mil euros. Como el padre, santo varón donde los haya, murió antes de efectuar el pago, ahora ella es la heredera también de ese pago, y le debe por tanto al pobre hombre que intentó evitar el asesinato otros tantos miles de euros.
¿Cómo es posible que mediando sentencias judiciales todo esto pueda ocurrir?, ¿cómo no actúan de oficio y solucionan estos problemas?. Zapatero, ya que te preocupas tanto por nuestro dinero, mis cuatrocientos euros (esos que tanto necesito, la verdad) te los puedes quedar para acabar con este tipo de injusticias. Porque lo que muchos queremos no es el dinero, sino que se pueda vivir mejor en una sociedad donde la lógica dicte las normas. Donde las aristas de la ley se redondeen aunque sea, como decía un amigo mío, a roscachapa y a cargo del erario público.
Pero claro, hay personas que parecen tocadas por la varita de la desgracia, porque esta mujer tuvo que terminar de pagar también el coche con el que su hermano se mató unos años antes, sus abuelos fueron atacados por un vecino, muriendo uno de ellos...en fin, que no creo en las casualidad, pero hay veces en las que realmente me cuesta.
La desgracia de esta pobre mujer empezó en 2004 cuando su padre atropelló repetidas veces a su madre hasta matarla. Como ella dice, esa imagen es algo que la perseguirá toda la vida. Y ya parece suficiente para condenarte a una lucha con tus recuerdos, pero es que esta sociedad en la que vivimos se empeña en putearla con una saña que duele solo saberlo. Su padre estuvo en la cárcel hasta que murió; como el coche tenía todavía letras pendientes de pagar, ahora se las reclaman. Es decir, están pidíendole que pague el arma con la que mató a su madre; arma, que por otro lado, ni sabe ni quiere saber que ha sido de ella, faltaría más. Yo me pregunto ¿el estado me permite renunciar a una herencia?, es decir, mi padre me dejó un millón de euros, pero no los quiero. Si me permiten hacerlo ¿cómo pueden heredarse las deudas si uno no las quiere?. Pero la cosa no acaba aquí, ni mucho menos. Hubo un hombre que al intentar salvar a su madre salió malherido, evidentemente la culpa es de su padre. Fue condenado a indemnizarle con 12 mil euros. Como el padre, santo varón donde los haya, murió antes de efectuar el pago, ahora ella es la heredera también de ese pago, y le debe por tanto al pobre hombre que intentó evitar el asesinato otros tantos miles de euros.
¿Cómo es posible que mediando sentencias judiciales todo esto pueda ocurrir?, ¿cómo no actúan de oficio y solucionan estos problemas?. Zapatero, ya que te preocupas tanto por nuestro dinero, mis cuatrocientos euros (esos que tanto necesito, la verdad) te los puedes quedar para acabar con este tipo de injusticias. Porque lo que muchos queremos no es el dinero, sino que se pueda vivir mejor en una sociedad donde la lógica dicte las normas. Donde las aristas de la ley se redondeen aunque sea, como decía un amigo mío, a roscachapa y a cargo del erario público.
Pero claro, hay personas que parecen tocadas por la varita de la desgracia, porque esta mujer tuvo que terminar de pagar también el coche con el que su hermano se mató unos años antes, sus abuelos fueron atacados por un vecino, muriendo uno de ellos...en fin, que no creo en las casualidad, pero hay veces en las que realmente me cuesta.
1 comentario:
Te devuelvo la visita Larrey, no está nada mal tu blog, imagino que me permites enlazarte al mio. Por cierto me apunto hacer un suspiro antes del 14 de febrero, espero que no se me pase la fecha. Un beso
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