MAÑANITA DE LUNES

Hoy tenía pensado hablar de mis cojones. Bueno, en realidad los cojones en este caso no son muestra de virilidad ni nada parecido, sino una unidad de medida muy utilizada cuando de mostrar saturación o enfado se trata. Es decir, quería contaros que estoy hasta los piiiiiiii de mi coche (alfa 156 JTD station wagon (ranchera de toda la vida)) o/y del taller. Tengo un largo historial con ellos, si fueran instituciones penitenciarias mi coche sería el vaquilla, que entra y sale, entra y sale. Nunca mata a nadie, no hace nada grave, pero tarde o temprano vuelve a delinquir. Pues eso me ha pasado con el dichoso (porque decir puto sería impropio ¿no?) coche. Otra vez una chuminada, otra vez el ordenador que te indica que acudas al concesionario, que el coche va casi solo, se sabe el camino mejor que yo. Veo más al de la recepción del taller que a muchos de mis mejores amigos. Pero al comprar el periódico he visto la foto de Bardem, el amado y endemoniado (por otros) Bardem. Un tipo que ya me caía bien antes de mostrar su rechazo a la guerra en un acto público, alguien a quien ya admiré como actor cuando hizo de yonki o de gigoló barriobajero, alguien a quien respeto como persona y como actor, sobre todo como actor. Creo que se lo merece y es justo aplaudir a quien se toma, guste o no, tan en serio su trabajo y, guerras y politiqueo aparte, ha sido siempre tan humilde en su profesión. Olé por Bardem. Pero (dos) he recibido un mensaje en el móvil que me ha hecho cambiar de idea, me pone, literalmente, gracias señor Larrey por cedernos los derechos de copyright de su blog, firmado la SGAE. Es de un número 808, no sé quien me ha gastado la broma, pero me ha parecido de lo más gracioso. Así que, como no sabía si de actor, de cojones o de bromas hablaros hoy, lo dejamos aquí, ¿no os parece?.