21 de febrero de 2008

FESTIVAL PORNO

Ayer leí en el Mundo digital que el FICEB (festival erótico de ¡ Barcelona !) se traslada para el año en curso a Madrid. ¡ Qué buena noticia !. Por fin, sin un gran esfuerzo, sin tener que dar demasiadas explicaciones, podré participar en un evento que despierta mucha curiosidad en mi entorno. Soy de aquellos que no pueden decir que les guste el porno, pero que no reniegan de él, ni mucho menos. Es como la música, puede gustarte ir a conciertos, pero si los grupos que tocan no te gustan, pues te costará demostrarlo. Algo así me ocurre con el porno. Me gusta el concepto, la idea, pero no la praxis. No me gustan las películas que se hacen, todavía no he encontrado a un director o directora que haya despertado mis sentidos. He visto fuera del ciruito las escenas más eróticas que recuerdo, por ejemplo, aunque sea tópico, Último tango en París, Enmanuelle, Lucía y el sexo, e incluso algunas con sexo explícito, como follame o la más reciente Shortbus (película muy recomendable). No me resultan creibles las escenas, los tópicos, las miradas a cámara, los excesos, hacen que no me crea lo que veo. Y para disfrutar del cine hay que evadirse de la realidad, si eres consciente a cada instante de que estás viendo una película es difícil que te seduzca. La idea del porno amateur, tan de moda, es mucho más seductora, una especie de vouyerismo consentido de lo más sugerente.
Dentro de los eventos habituales del FICEB está el festival de cine. Y como todo festival que se precie tiene sus premios. Y para que haya premios tiene que haber un jurado que los dictamine. Así que Cayetana Guillem Cuervo, Berlanga o Juanma Bajo Ulloa se encargan de visualizar las películas para otorgar las distintas estatuillas que, desconozco que forma tienen, pero uno se puede hacer una idea. No sé como funciona habitualmente esto de los festivales, pero imagino que la visualización de las películas se hace en conjuto y surgirá una especie de debate posterior. Si es así, no dejará de ser curioso el momento. Tanto la propia visualización, porque por muy abierto que sea uno de miras, ver como un tipo se corre en los pechos de una actriz al lado de un compañero de trabajo de distinto sexo debe de ser cuando menos peculiar. Haceros una idea, eh, Manolo, te dice un compañero, hemos quedado con las de marketing para ir a ver la última de Rocco. Curioso sería. Además, cualquier salida al baño será más que sospechosa y a su vuelta ¿podrán evitar las risitas?. ¿Y los comentarios posteriores?, ¿podrán centrarse en los aspectos técnicos de la película?, ¿hablará de la iluminación, de la fotografía o de la postura de la escena final, las tetas de la protagonista o como podía llegarle al actor sangre al cerebro con semejante miembro viril demandando riego?. Puede que sean un jurado muy profesional, pero no creo que puedan tomarse muy en serio (solemnidad será quizá la palabra) esto de juzgar películas pornográficas. A mí no me ha acabado de convencer el giro final de la película, que el policía se folle a las dos detenidas con la celda abierta y que ninguna intente escapar, no me resulta creible. Claro, pensará alguno o alguna, con la tranca que tiene el actor lo mismo yo también prefería quedarme dentro de la celda, ya vendría a sacarme mi abogado.
En fin, que cuando tenga lugar el evento, si es que finalmente puedo hacer los bolillos (y sus encajes) para acudir, daremos puntual cuenta de las bondades o decepciones que este traslado nos haya traído. Hasta entonces, disfrutad, que creo que de eso se trata.

1 comentario:

Filoabpuerto dijo...

Hay escenas, de elevada carga erótica, sin darse en un cine de ese tipo, por ejemplo, en "la joven de la perla", hay momentos sublimes de elevada sensualidad.

saluditos