31 de octubre de 2007

EL PRIMO DE RAJOY (Y SU PRIMO)


Han pasado días, no es de rabiosa actualidad, así que me apetece recuperar al primo de Rajoy (intentaré no hablar de su primo, que en principio ni pincha ni corta). La semana pasada Rajoy volvió a ejemplizar, en unos segundos, la razón por la que este pobre hombre no llegará nunca a ser presidente (es mi opinión, claro, ya veremos la de los millones de electores). Es que da muchas a derechas (cuanto más cerca de Zaplana más a derechas) pero no acierta ni una. Se equivocó en las elecciones, los meses después, tras el atentado de la T4 y cada vez que intentaba enderezar el rumbo, pum, otra tontuna (que dicen en mi pueblo). Ahora resulta que no le preocupa el cambio climático. Y para decirlo nos habla de su primo, que es muy listo y no es el de Zumosol, y de sus teorías (nada raras) sobre las dudas del cambio climático. Su primo ni es el primero ni es el único que piensa así, que hay que cuidar el planeta por la lógica y no por un supuesto y mediático cambio climático. Porque el clima cambia, vaya que si cambia, pero como lo ha hecho siempre. E intentar valorar los cambios cogiendo una ínfima porción de la historia de la tierra para sacar conclusiones conlcuyentes es ser algo pedante. Pero de ese dramatismo ha salido buena parte de la conciencia mundial sobre el cuidado de nuestro (único) planeta. Por tanto Rajoy, a parte de que se lo podía haber ahorrado por inoportuno (para sus intereses electorales, dado que la conciencia ecológica no es un coto de la izquierda, afortunadamente ni mucho menos) , utilizó un argumento inquietante: hay otras cosas más importantes. Ahí es donde voy yo, ese cosas más importantes es inquietante. ¿Qué tengo que esperar?¿ a saber que dice Rajoy que es importante para preocuparme?. Porque la importancia de las cosas, Marianito, es más que relativa, y depende de tantas cosas que minimizar la preocupación de los demás por la baja importancia de sus preocupaciones, además de un galimatías, es una falta de respeto tremenda. Y es que en la derecha mira que se empeñan en decirme quien soy, como tengo que ser y de lo que tengo que preocuparme. Dan ganas de hacerse de derechas, la verdad, con ir a misa y mirar el parte del partido para saber a qué manifestación, que bandera llevar y de qué preocuparse, tienes la vida resuelta. No, si en el fondo les tengo cierta envidia.

1 comentario:

ralero dijo...

A mí me dan ganas de, como dijo el otro, pedir que pare este circo para bajarme. Pero ¿adónde ir?

Abrazos.