5 de noviembre de 2008

REVUELTOS

Hay personas que sin quererlo, e incluso sin saberlo, te fastidian un gran momento. No voy a decir la vida porque vamos a evitar la tendencia al dramatismo. Son pequeñitos detalles que te hacen dar un bote y acordarte de ciertos árboles genealógicos. Los revueltos. ¿Sabéis lo que son?, ese monumento al colesterol hecho mezclando diversos frutos secos. No me negareis que son al mundo del aperitivo lo que la penicilina a la medicina, toda una revolución. Pues alguien, una mente preclara que recibiría un premio, decidió que en este tipo de producto debían incluirse los pistachos y, lo que es peor ¡ las pipas !. Vale que somos animales, unos más que otros, pero ya puestos a parodiar a algunos de nuestros hermanos preferiría parecerme a un tigre y no a una gallina. Pero ¿en qué cabeza cabe amigo inventor de alimentos y aperitivos?. Este tipo de comidas son para eventos del tipo final de la copa de Europa de fútbol o extraño participante español en algún festival de música. ¿Esperan que nos dediquemos a separar como, digo, cuan gallinas?. ¿Qué sentido tiene revolver algo para que luego tengas que separártelo a la hora de comer?. Es como si te dieran una lasaña y dentro un trozo de piedra, antes de comer busca la piedra, majete. Y que disgusto cuando no lo sabes y abres la boca para recibir el manjar y te lanzas diente al ristre y zas, esa desagradable sensación de encontrarse algo con cáscara. Todo se va al traste, tienes que escupir, es engorroso y fastidioso. Si quisiera tomar revueltos como las gallinas, picoteando, haría lo que se hace cuando se toman frutos secos, poner varios platitos y vas tomando lo que te apetece. En los revueltos buscamos que alguien haga el trabajo por nosotros, que nos los presente todos juntitos y nosotros solo tengamos que zampar y seguir a lo nuestro. Por favor, un poquito de piedad, dejen de ponerle pipas a los revueltos, por amor al domingo con los colegas.
Espacio patrocinado por Mix5 el revuelto sin pipas.

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