Tuvo miedo de perder la memoria y olvidarse de los seres queridos que se habían ido, por lo que fue anotando en un calendario de tal forma que, al menos, pudiera recordarlos en el aniversario de su muerte. Fue anotando y anotando nombres hasta que al final solo quedó un día. Entonces lo entendió todo. Escribió su nombre y se sentó tranquilamente a esperar.
27 de noviembre de 2008
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2 comentarios:
Los seres queridos no se van hasta que nosotros lo hacemos.
Un abrazo.
Interesante reflexión que me invita a hacer una pregunta: realmente ¿cuando nos vamos?
porque nosotros no nos iremos hasta que se vayan nuestros seres queridos que se quedan que no se irán hasta que se vayan los suyos etc....
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