¿Y si os digo que voy a hablar de un auténtico tipejo?. Es de esas personas que se creen en la verdad absoluta, que no tiene la más mínima duda de tener razón, y no solo va por la vida con esa premisa, sino que pretende convencer al resto para que opine igual que él. Llega incluso a despreciar a aquellos que no caminan por su misma vía. Les dice a todos como han de vivir, como han de comportarse con los demás, sin estar casado opina de como uno debe comportarse en el matrimonio, se mete incluso en tu cama para decirte lo que está bien y lo que está mal. Opina sobre la maternidad de las mujeres. Sin ser científico ni tener el más mínimo conocimiento de la materia, opina y censura el trabajo que realizan otros profesionales. Opina incluso sobre tu muerte, sobre si estás o no en derecho de decidir o querer morir. Opina de economía y te pide dinero, lo hace utilizando la coacción moral si es necesario. Intenta, y hasta incluso consigue, manipular gobiernos. Bajo la premisa de su pensamiento se han cometido injusticias, tropelías, asesinatos y una cantidad ingente de dolor y sufrimiento. Es un tirano y un dictador, incapaz de empatizar con los que discrepan. Es insaciable, porque nunca tiene suficiente y siempre buscará nuevos adeptos para su causa. ¿Qué me dirías?¿invitarías a este tipo a tu cena de navidad?¿y si te digo que este bien pudiera ser el cura de la parroquia de tu barrio o el mismísimo Papa?. Algunas veces es necesario ponerle nombre a las cosas para entender por qué algunos pensamos lo que pensamos.
13 de noviembre de 2008
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