Es una conversación recurrente: lo que nosotros jugábamos en la calle y no lo hacen nuestros hijos. Salías del colegio a las doce y subías a casa a dejar la mochila, bajabas y volvías a las dos, con el tiempo justo para comer y volver al colegio. Al salir, otra vez mochila sobre la cama y a darle patadas a un balón o lo que se terciara. Con seís años algunos días iba a buscar mi hermana a la guardería yo solo. Eran 5oo metros de acera, pero ¿dejaría que mi hijo con esa edad buscara a su hermano? Con séis años un niño hoy en día no va solo a ningún sitio. ¿Es culpa nuestra o de la vida que se ha puesto...? Con diez años si se me caía la pelota en el jardín lo más probable es que me cruzada en el camino con un yonki en estado de felicidad absoluta jeringuilla en vena. Con quince años había visto pasar frente a mis ojos casi todas las drogas imaginables y conocía a quienes no usaban el transporte público porque para ellos cualquier coche era público. En cambio, aquí estoy, vivito y coleando. ¿Fueron mis padres unos irresponsables? La calle era nuestro territorio, y como un explorador en la selva, la respetabas desde el conocimiento, sabías dónde debías y donde no debías ir y a que horas se podía transitar por según que sitios. Eso no te lo daban tus padres, con sus consejos, sino tu sentido común, hecho de buscarte las castañas entre las aceras. Nuestros hijos, hoy en día, darán el paso de golpe, un día irán solos a todos los sitios cuando diez minutos antes iban de la mano de sus padres. Hay miedo, mucho miedo, sobreprotección, alarma social y todo lo que queráis, pero sigo sin ver el día en que mis hijos estén por la calle y yo no sepa donde andan y con un giro del cuello los tenga a la vista. Tiene que pasar, porque la vida es así, y los padres miedosos de hoy tenemos que encontrar las fuerzas para dejarles que les crezcan las alas. Lo necesitan. Y puede que nosotros también. Nosotros también tenemos que aprender a superar nuestro miedo y dependencia.
30 de diciembre de 2008
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7 comentarios:
¿Te imaginas una noche viendo una peli en la tele con la mami mientras tus dos hijos están de botellón, Dios sabe dónde, poniéndose ciegos?
¿me imagino a mi mismo viendo la misma peli mientras a mi hija en una discoteca la entra un tio pidiéndola rollo? ¿Y ella diciendo que sí?
Me está entrando un mal cuerpo... me voy al baño...
Ya estoy de vuelta... más ligero...
Supongo que educar es enseñar a nuestros hijos a afrontar todos (los buenos, los regulares, los malos, los peores) momentos de la vida.
De todas formas no quiero ni recordar lo que hicimos, tu y yo y unos cuantos más, en nuestra juventud...
En la ignorancia seré feliz.
te voy a hacer que vayas al baño de nuevo recordándote lo que hacían (haciámos, claro) niños y niñas juntitos con quince años, esos reservados de discoteca, esos sujetadores, esas primeras braguetas...ummmm
Me lo cuestiono a menudo... Es una pena que la calle la hayan tomado los coches, después todo a venido rodado...
Larrey, no te pases haber si la providencia o un buen kiki, te trae una princesita al reino de los principes.
yo tambien voy al baño......
salu2
calla, calla, que ahora el que se va al baño soy yo...
Me toca!... opinar, me refiero a opinar.
En una conversación mantenida hace pocos días, una de las integrantes del grupo -todas alrededor de los 50 años- decía que: "tiene dicho a su cónyuge que no mire ni le diga nada a los niños por la calle" -es muy cariñoso, según manifiesta- porque ya les ha pasado de recibir una mirada, de los padres del infante, reprobatoria, como si estuvieran haciendo algo censurable, del tipo de los pervetidos infantiles. Vamos, que está sucediendo en nuestro suelo patrio lo que oíamos decir en la tele que pasaba en Inglaterra y EEUU, hasta el punto absurdo de no tirar fotos a los propios hijos pequeños desnudos.
¡Eso decía! A mí me sonaba a "chino", porque "en mis tiempos -parezco el abuelo Cebolleta" eso no pasaba. PAQUITA
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