KRAHE Y LA NOSTALGIA

Al final todo me devuelve a la nostalgia. No es la navidad, más quisieran los amigos del espumillón y el caganet. Tampoco tengo la certeza de que sea la edad, porque mis amigos, que rondan mis años, viven con una tendencia casi anecdótica a la nostalgia. En cambio yo soy carne de cañón de cualquier correo que lleve una foto de un click, un cinexín o cualquiera de los juguetes que adoré (y no siempre tuve) en mi infancia. Hoy el requiebro de la nostalgia ha sido de lo más curioso. Me gustar Javier Krahe. No sigo al pie de la nota su carrera pero acunó mi paso a los gustos por la música adulta. Eso no significa que renegara de los anteriores, sino que venga AC/DC y lo desmienta. El caso es que cíclicamente vuelvo a un disco fetiche: el directo de Javier, Alberto y Joaquin y su adorable mandrágora. Hoy entrevistan a Javier en el País, certero como siempre, bien me hubiera bastado su foto para imaginarme guitarra en mano intentando sacar las notas de su burdo rumor. Como digo, soy de natural tendencia a la nostalgia y que se me instale el nudo permanente en la garganta es una incomodez que me obliga a tomar medidas profilácticas contra el pasado. Predisposición a esquivarla se llama. Pero encuentra rendijas donde no las hay, o donde no las había. Javier habla de lo humano y lo divino en su entrevista y en un momento habla de su nieta, su primera nieta, entonces he recordado a su hija, Violante Krahe (desconozco si tiene más) con la que estudié la carrera (aunque apenas me relacionara con ella, casi por respeto a la admiración que sentía por su padre), y me he imaginado en el banco de la universidad, riéndome con Javintxi, con Daniela, con Cesarín, pidiendo apuntes a una semana de los exámenes, saboreando un café que nunca volvió a estar igual, los botellines preveraniegos en el césped, ¡ que el Cata tiene el disco del Combolinga !, alguna fiesta matutina, el dedo que busca el aprobado definitivo y sí, la nostalgia, lista como un extremo bajito y hábil, me hace dos regates y se instala de nuevo en mi garganta...