1 de diciembre de 2008

MICROS


Siempre supo que entre el amor y el odío había una estrecha línea. No le importó, en él cabía perfectamente el filo de su cuchillo.

2 comentarios:

ralero dijo...

A veces no es que haya una estrecha línea, es que se confunden en el mismo territorio, en la misma niebla.

Los cuchillos... mejor para cortar jamón.

Un abrazo.

Concha Mayo dijo...

Muy agudo y afilado ;-)