En la primera copa le pareció un hombre interesante. En la segunda muy atractivo. Con la tercera se movía en la pista cuan Tonny Manero. A la cuarta su bigote a lo Clark Gable no le podía parecer más sensual. A la quinta ya se abrazaba a su musculado cuerpo. A la décima estaban entre las sábanas. Y al día siguiente, al despertarse, no entendió como pudo haber terminado en la cama con un cuarentón regordete y medio calvo, ¡¿y ese bigote ?!
17 de diciembre de 2008
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3 comentarios:
el micro me ha recordado el sketch de coll ¿o tip? nunca supe quién era quién.... de estar borracho en la barra y según bebía se iba poniendo cada vez mas normal...¡buenísimo!
Mmmmm, pues hay cuarentones medio calvos y con bigote que están buenísimos!!! Sisisisisisi...
(me leo y hasta yo me resulto "rara" jajajaja)
por qué será que esta historia me es un tanto familiar?. No es que todos los tipos como Torrente resulten Clark Gable después de unas copas, pero la sensación de levantarte con alguien que no recordabas así es bastante desagradable.
Copas + desconocido = !!??
Itziar
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