31 de diciembre de 2008

AL NUEVO AÑO


A este nuevo año le pido un saco de buenas intenciones. Un camión de empatía para las puertas del Congreso. Que el Dios de algún cardenal se manifieste para explicar que todo es mentira. Un puñadito de humildad para todos los que desde sus palios, de todos los colores y condiciones, nos dicen lo que tenemos que hacer sin practicar con el ejemplo. Un trailer de sesantez para todos los que cada día hacen de las carreteras un circuito. Un angar de agradecimientos para los que educan a nuestro hijos. Un silo de paciencia para los que nos ayudan a superar los problemas, físicos, psíquicos, anímicos. Humanidad para los que construyen las ciudades. Y respeto, toneladas de respeto por doquier, que caigan del cielo y nos empapen a todos, bañados con algo de humildad y empatía. Con eso, el año que nos viene será el mejor de la historia. No pido más. Yo me comprometo a que si llueve todo lo que pido, ser el primero en salir a la calle sin paraguas.

No hay comentarios: