El peque sabe la respuesta. El padre sabe la pregunta. Y todas las noches es el mismo ritual. Cuando lo deja en la cama y lo arropa. ¿Por qué ella?. Con un nudo en la garganta y una sonrisa que sale de lo más profundo de su alma, le da un beso y las buenas noches. Y después sí, después en la soledad inmensa de su cama vacía llora amargamente.
4 de diciembre de 2008
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