16 de diciembre de 2008

ENTRE CHAMPIÑONES


Hay una sección en el blog que es de mis favoritas: el trastero en llamas. No está teniendo mucho éxito. Tal vez por ser domingo, tal vez por ser demasiado largas. Tal vez no sean buenas. Esa parte la barajo, pero poco, orgulloso que es uno. El caso es que esta es la sección erótica del blog. Son relatos al uso con el sexo, explícito e implícito, como tema central. Hasta ahora ha habido de todo, sexo en pareja, en grupo, orgasmos de todo tipo, encuentros casuales, infidelidades, todo puede valer. Incluso la homosexualidad. Ya he escrito dos relatos en los que varias mujeres practican sexo. No necesariamente lesbianas. Pero me he dado cuenta que ni hasta ahora ni en las historias que ya planifico hay relaciones entre hombres, repito, no necesariamente gays. Recuerdo en una de mis novelas una escena erótica en la que un bisexual tiene relaciones a un tiempo con una mujer y su amante masculino. Pero es una anécdota. Como en otras muchas cosas me doy cuenta de que escribo para mí. No es necesariamente malo, en el fondo no vivo de esto, me puedo permitir el lujo de ser egoísta. Escribo lo que me gusta (en algunos casos puede gustarme lo que pueda gustar a otros) y en el sexo no me excita la idea de dos hombres desnudos y jadeantes. Tampoco me incomoda, ni me parece feo, ni nada similar. No, simplemente me deja indiferente a nivel de excitación, y su valor será el que tenga este encuentro en el conjunto de la novela. Otra escena de sexo puede ser una isla, con independencia del conjunto. Suelo hablar mucho de sexo con los amigos y sobre todo las amigas. Los hombres, salvo raras excepciones que yo no me he cruzado, nos sentimos enormemente excitados ante una escena lésbica. Pero también he conocido a no pocas mujeres para las que estas escenas son lo mejor de las películas porno. En cambio, fuera del círculo gay, no he encontrado hombre o mujer que se muera por una escena entre dos hombres. ¿Qué ocurre?¿por qué no nos resulta interesante, excitante? La lógica invitaría a pensar que si los hombres adoramos a dos mujeres amándose, las mujeres podrían adorar a dos hombres practicando sexo. Pero no parece la realidad. ¿Qué piensas tú?¿hay alguna explicación?

8 comentarios:

ralero dijo...

Pues no sé, es una pregunta harto compleja, porque razones interrelacionadas entre sí podría haber muchas, como casi para todo en la vida.

Pero, bueno, voy a mojarme. Yo pienso que en parte puede deberse a la mentalidad patriarcal colmada de machismo que impera en nuestra sociedad -incluso también entre las mujeres-, que hace que al sexo entre dos hombres se les siga poniendo reparo -como algo sucio y contranatura- hasta por parte de nuestra líbido.

Un abrazo.

Elena dijo...

No tengo explicación alguna, pero he de reconocer que lo que has dicho es cierto como la vida misma.
bss

Jésvel dijo...

Cuéntame a mí, rara avis, como uno de los que no encuentra satisfacción en ver una escena lésbica.

Larrey dijo...

¿Y una de gays?

Anónimo dijo...

Vale, lo confieso: soy rara... Me gustan las escenas entre hombres... Es un hecho y no encuentro motivos para esconderlo... ¿¿¿???

PD: ¡Me gusta tu blog!

Larrey dijo...

Pues a mí me encanta que te encanten, tanto las escenas como mi blog ¿te animas al concurso de relatos?

Dudu dijo...

"mentalidad patriarcal colmada de machismo que impera en nuestra sociedad -incluso también entre las mujeres-" Estoy totalmente de acuerdo con Exodo. Conozco casos de mujeres mucho más machistas que algunos hombres

Jésvel dijo...

No, los gays tampoco me ponen.