1 de abril de 2008

TRAILERS

Me encanta ir al cine. Con mi hijo mucho más. Es de esas aficiones que estaba convencido iba a trasmitirle. Pero también voy con cierto recelo. No ya por el (superado) adoctrinamiento de las películas de disney. No, hay otro peligro, más allá de las tentaciones en forma de consumibles grasientos y azucarados que sortean las entradas, más allá de todo eso: los trailers previos a la película. La hora prevista (a la que intento llegar en la no siempre práctica puntualidad que me caracteriza ) de una película viene precedida de una buena parrilla de anuncios, algunos de ellos de un contenido cuando menos de dudoso nutriente para el público infantil, y después viene una media docena de anuncios de películas que tampoco son específicas para el público infantil. Entiendo que no hay películas suficientes para alimentar el ansia publicitaria de una sala, pero ¿quién decide?, ¿quién es el que elige las películas que se publicitan?, ¿la productora?, ¿la sala?, ¿el operario?, ¿vienen asociadas a cada película?, ¿hay algún tipo de regulación más allá de la lógica de quienes tienen que tomar esas decisiones?. He visto anuncios de películas muy violentas a la espera de una película infantil. No es que quiera proteger a mi hijo de la realidad o algo parecdido, pero creo que los niños son fácilmente impresionables, y a ciertas edades, donde empiezan a proliferar las pesadillas, los miedos nocturnos, estos momentos pueden ser áltamente dañinos para ellos, y para sus padres, que tendrán que calmarlos una y otra vez en la simioscuridad de la noche. ¿Alguien sabe qué dice la legislación al respecto?.

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