11 de abril de 2008

MICROS


Lo malo no era la gran cantidad tonterías graciosas que decía, sino que nunca fuera consciente de hacerlo.

1 comentario:

ralero dijo...

¿Tonterías graciosas? ¿Y no lo sabía? Es decir, que era un tío simpático por naturaleza. Y sin alardes... Qué bueno ¿no?

Abrazos.