Ya tenemos gobierno. Más paritario que nunca, lo cual ni me congratula ni me enfada, me deja indiferente, porque la indiferencia ante el género es la verdadera igualdad. Mi hijo no piensa en una niña o un niño cuando juega, piensa en un compañero. No tardará en hacerlo, es verdad, y eso sí que me pone triste, pero no hace que cambie de idea: la verdadera igualdad llegará con la indiferencia. Quizá el peaje sean leyes como esa, la de la paridad (que nombre más feo) pero no voy a celebrarlo en el camino.
Sobre las nuevas carteras, las viejas y sus dueños y dueñas tengo algunas reflexiones. El continuismo, del que tanto reniega Rajoy, me gusta. Me gustan Solbes y Rubalcaba, porque creo que hacen un trabajo serio y es lo mejor que se le puede pedir a un alto funcionario. Y claro, me toca dar mi opinión sobre Carme Chacón. Pues no me gusta, ¿para qué vamos a mentirnos a estas alturas?. Creo que el Ministerio de Defensa es un ministerio clave dentro del entramado del Estado (más de imagen que otra cosa, todo hay que decirlo) y que debe ocuparlo, no ya un hombre o una mujer, que me es totalmente indiferente, sino alguien con reputada experiencia. ¿Una mujer que bien pudiera haberlo sido?, en el caso de que fuera la idea de ZP, Trinidad Jimenez, una mujer madura, con dilatada experiencia política y recientemente ampliada en el ámbito internacional. Me hubiera parecido mejor Ministra. Claro, que el tiempo es el que juega a favor (o en contra, eso ya lo veremos) de Carme, y hay que darle el beneficio de la duda, eso como mínimo. De todos modos lo que realmente me inquieta es la edad de algunas ministras. ¿Con 31 años uno tiene la madurez suficiente para dirigir un ministerio?. La verdad es que yo con esa edad aprendí a dirigir mi propia casa, y no daría un duro por los resultados. Y de nuevo el beneficio de la duda, al menos con esa edad se les puede presuponer (que es mucho decir) ilusión; y quizá si el cargo no les sobrepasa, una nueva forma de ver la política, ¡ incluso más cercana al ciudadano !. Bueno, ya está Larrey con sus fantasías.
Lo que no me ha gustado nada es la desaparición del Ministerio de Medio Ambiente como Ministerio Independiente. Es uno de los proyectos más interesantes que tienen los gobiernos Occidentales, tratar de frenar lo que parece ser la senda para la desaparición del único planeta tierra que tenemos. También me da que pensar, al hilo del cruce entre Sebastián y Solbes, que hay una especie de tela de araña sobre competencias difícil de entender. ¿Quien lleva los asunto sociales?, ¿Bibiana o Mercedes?, ¿Igualdad o Política Social?. Porque no tengo la más mínima duda de que a la igualdad se llega con políticas sociales, al Fomento por el Comercio y la Industria, industria que no tiene sentido sin el Trabajo, que depende tanto de la Inmigración, y de la Ciencia y la Innovación. Y claro, ¿qué vamos a innovar de mayores si no Educamos de pequeños?. En fin, que espero que los ministros impartan Justicia en el Interior y los Asuntos Exteriores, porque las Administraciones Públicas nos gobiernan a todos.
Sobre las nuevas carteras, las viejas y sus dueños y dueñas tengo algunas reflexiones. El continuismo, del que tanto reniega Rajoy, me gusta. Me gustan Solbes y Rubalcaba, porque creo que hacen un trabajo serio y es lo mejor que se le puede pedir a un alto funcionario. Y claro, me toca dar mi opinión sobre Carme Chacón. Pues no me gusta, ¿para qué vamos a mentirnos a estas alturas?. Creo que el Ministerio de Defensa es un ministerio clave dentro del entramado del Estado (más de imagen que otra cosa, todo hay que decirlo) y que debe ocuparlo, no ya un hombre o una mujer, que me es totalmente indiferente, sino alguien con reputada experiencia. ¿Una mujer que bien pudiera haberlo sido?, en el caso de que fuera la idea de ZP, Trinidad Jimenez, una mujer madura, con dilatada experiencia política y recientemente ampliada en el ámbito internacional. Me hubiera parecido mejor Ministra. Claro, que el tiempo es el que juega a favor (o en contra, eso ya lo veremos) de Carme, y hay que darle el beneficio de la duda, eso como mínimo. De todos modos lo que realmente me inquieta es la edad de algunas ministras. ¿Con 31 años uno tiene la madurez suficiente para dirigir un ministerio?. La verdad es que yo con esa edad aprendí a dirigir mi propia casa, y no daría un duro por los resultados. Y de nuevo el beneficio de la duda, al menos con esa edad se les puede presuponer (que es mucho decir) ilusión; y quizá si el cargo no les sobrepasa, una nueva forma de ver la política, ¡ incluso más cercana al ciudadano !. Bueno, ya está Larrey con sus fantasías.
Lo que no me ha gustado nada es la desaparición del Ministerio de Medio Ambiente como Ministerio Independiente. Es uno de los proyectos más interesantes que tienen los gobiernos Occidentales, tratar de frenar lo que parece ser la senda para la desaparición del único planeta tierra que tenemos. También me da que pensar, al hilo del cruce entre Sebastián y Solbes, que hay una especie de tela de araña sobre competencias difícil de entender. ¿Quien lleva los asunto sociales?, ¿Bibiana o Mercedes?, ¿Igualdad o Política Social?. Porque no tengo la más mínima duda de que a la igualdad se llega con políticas sociales, al Fomento por el Comercio y la Industria, industria que no tiene sentido sin el Trabajo, que depende tanto de la Inmigración, y de la Ciencia y la Innovación. Y claro, ¿qué vamos a innovar de mayores si no Educamos de pequeños?. En fin, que espero que los ministros impartan Justicia en el Interior y los Asuntos Exteriores, porque las Administraciones Públicas nos gobiernan a todos.
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