4 de enero de 2008

PROSTITUCIÓN

Hay una sección en el EP3 de El País que es una especie de consultorio sobre sexo. Responde Vampirella y hoy le han preguntado sobre la prostitución. El lector, que la consideraba un intercambio libre de sexo por dinero, preguntaba a la especialista si la creía necesaria. Ella responde que no, ya que no considera que se trate de un intercambio libre, pues el 80% de las personas que la ejercen (en España) son mujeres con dificultades económicas o extranjeras explotadas. Por tanto según Vampirella el problema no está en la prostitución, sino en las condiciones y circunstancias de quienes la ejercen. Creo entrever en su afirmación un apoyo sucinto a la legalización de esta actividad, para que esté sujeta, como deberían estarlo todas, al marco legal vigente. Pero después continúo su respuesta y su conservadurismo me endemonia. Ya que el lector abogaba por la práctica del sexo por dinero como un bien para personas con problemas para relacionarse, ella alude que se trata en realidad de personas casadas en su mayoría. Es decir, que la prostitución no es necesaria porque quien acude a ella es una persona casada y por tanto infiel. Lo peor de todo es que considera que esta practica envilece al consumidor. Hay algo que no entiendo, cuando una mujer practica sexo por dinero es una puta, pero cuando practica sexo por dinero no...ah, es que una lo hace frente a un árbol en la casa de campo y otra frente a las cámaras y quien profana su culo es otro actor y puede considerarse tranquilamente actriz, y se sentiría muy, pero que muy ofendida, si alguien la tratara de puta. ¿Debo entender que, según Vampirella, los consumidores de pornografía están envilecidos?. Pues hay muchos, pero que mucho envilecido por ahí suelto.
No entiendo tanto conservadurismo, tanto puritanismo, tanto feminismo mal entendido. La prostitución es una práctica tan necesaria como lo son los cines, los teatros, los parques o cualquier otro lugar de ocio. El problema es el oscurantismo que la rodea. La ilegalidad, la extorsión y las circunstancias que rodean a una mamada por dinero. Que quien luego acuda a una meretriz esté o no casado, no es problema de la prostituta, sino de él y de su mujer. Es como si cerraramos los bares porque gran parte de los maltratadores se suelen emborrachar en ellos antes de agredir a sus mujeres. Lo que hay que hacer es ser valientes y regular esta actividad, que tenga su cobertura sanitaria y legal, sus mínimos de salubridad y de condicione laborales, y sin medias tintas asumir que hay personas que quieren (o que no tienen alternativa) acudir a profesionales para follar, para sentirse queridos, para hacer lo que no les dejan hacer en casa, ¿qué más da?, si quien está ahí lo hace libremente, que giman a gusto, que con eso ganamos todos. Y no me vale con decir que a nadie le gustaría ser puta, que si está ahí es porque tal o porque cual. No creo que entre los limpiadores de cloacas, por poner un ejemplo, o los basureros, por poner otro, haya mucho trabajador vocacional.
Ya va siendo hora de llamar a las cosas por su nombre. ¿No?.

2 comentarios:

ralero dijo...

Espinoso tema éste, Larrey. Y muy complejo. Y para temas así, quizá no haya nada tan perverso como la alegalidad. En cualquier caso, lo que nunca debería legalizarse es el proxenetismo. Aunque es cierto, proxenetas de cuello blanco abundan y son adorados e incluso idolatrados.

Es un tema que da para hablar mucho. Esperemos las diferentes reacciones.

Un abrazo.

Pedro dijo...

Ver porno envilece, no hay duda. La prostitución no se, no he probado todavía.