30 de enero de 2008

MENTIRAS


La mentira tiene muy mala prensa. También muchos adeptos, todo hay que decirlo, es como el malote de clase. La verdad goza de buena salud en el universo colectivo, es como unos ojos claritos, como una niña bonita y adorable, como un atardecer en el campo, pero luego goza de poco uso, a decir verdad (nunca mejor dicho).

Pero, ¿está tan claras las bondades de la verdad y las maldades de la mentira?. Mentir puede ser práctico, saludable y hasta puede salvar vidas. Mentimos a los niños para educarlos, cuidado si pasas por ahí que hay un monstruo. ¿Cómo le vamos a explicar lo peligroso que es un enchufe si la electricidad no se ve?. Mentimos a un enfermo cuando pensamos que el conocimiento de su enfermedad incidirá de forma negativa en su salud. Mentimos a nuestras parejas para decirles que son las más hermosas o hermosos del planeta. Y esta no es una mentira al cien por cien, porque nosotros lo pensamos, lo sentimos, aun sabiendo que no es cierto. ¿Es entonces mentira?, porque la verdad es un concepto tan subjetivo que agota explicarlo. Hay verdades, evidentemente, incuestionables. El sol sale por la mañana y se pone por la noche. Y poco más. Lo demás, ¿si a mí me parece verdad serán posible que sea mentira?. ¿Miento si digo que me he encontrado con Casillas esta mañana?, yo he visto a un tipo que me lo parecía, así que sería Casillas. No miento, yo me he encontrado a Iker esta mañana aunque él estuviera plácidamente durmiendo en su camita. ¿Es necesario ser sincero con las personas a las que queremos?, ¿tenemos que decirles todo lo que no nos gusta, lo que odiamos de ellas?, ¿el mundo sería mejor si hubiera una plaga de sinceridad?. Es usted un déspota y un desgraciado pero le aseguro que tendrá el informe sobre su mesa a medio día.
Con mi amigo Cotobal (hoy guionista de Buenafuente) hice un corto (el guión, la digitalización llegó quince años después) en el que por un extraño suceso la mentira desaparecía del planeta. Diseñábamos un apocalíspis concéntrico, que empezaba por las pequeñas cosas como ¿me queda bien esta camisa?, ni de coña que te hace tan gorda que un ballenato parece anoréxico a tu lado, hasta las grandes decisiones, iremos a la guerra, dijo el presidente, porque no podemos tolerar que una panda de descerebrados nos priven de nuestro adorado petroleo. Creo que aquella idea no ha perdido en absoluto vigencia.

Creo que lo importante es la coherencia, y la bondad. Y si para no hacer daño hay que mentir, ¡ que viva la mentira !. Así que mentid, mentid cuando eso os haga feliz y no haga daño a los demás. Mentid, aunque a lo mejor os estoy mintiendo.

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