LA VERGÜENZA CATÓLICA
La Iglesia católica española roza el patetismo. Y ya está bien de defenderla. Hay que ser radical, tal y como ella se comporta en los últimos años. La jerarquía eclesiástica está copada por ultras radicales, defensores de la doctrina más conservadora y carca, y no se enteran de que estamos en el siglo XXI.
Y yo me pregunto ¿por qué no se presentan a las elecciones?, o ¿por qué no dicen a quién hay que votar?. Que se dejen de medias tintas, que sean claros, van a votar al PP. Perfecto, no pasa nada. Eso sí, que sepan que yo no voy a votar al PP, por muchas cosas, pero entre las más destacadas, porque la jerarquía de la Iglesia les apoya.
Sin lugar a dudas, esta legislatura, en cuanto a desarrollo en la defensa del bien social, algo que debería defender por encima de todo la Iglesia Católica, ha sido posiblemente la mejor desde la vuelta de la democracia a España. Se han adoptado una serie de leyes de carácter social de una importancia tal, que nos acercan a los países socialmente más solidarios del mundo.
Y ¿por qué la Iglesia Católica Española no lo demuestra con su apoyo?, pues porque éste ha sido el primer gobierno democrático que se ha atrevido a cuestionar y a tocar lo que más le duele a la Iglesia, su bolsillo.
Y una vez más voy a alabar a cualquier gobierno y a los partidos que apoyen el cambio en la financiación de la Iglesia, cosa que este gobierno al final no se ha atrevido a hacer, igual que apoyaré al que nos conduzca a un Estado laico de verdad. ¡Ya está bien de mantener a una empresa como la Iglesia!, y aún más a esa jerarquía patética que la dirige y a unos planteamientos que son absolutamente impresentables.
Decir que este gobierno ha roto la familia, es lo mismo que decir que ha roto España. Y ya está bien de aguantar falacias. Que cada uno haga y diga lo que quiera, para eso estamos en libertad, pero al menos que se diga la verdad, aún más por parte de la Iglesia. Mejor es ampliar el concepto de familia a lo que supone la nueva realidad social de España, que ignorarla, y todo eso sin excluir a la familia tradicional, al contrario, complementándola. Señores obispos, nadie ha atacado a la familia, no manipulen a la gente.
Yo defiendo cualquier tipo de libertad, siempre y cuando esa libertad respete a todo el mundo. La Iglesia, no. La Iglesia es caduca y un mero negocio. Y no defiende la libertad, ni siquiera la palabra de Jesús, solo defiende sus propios intereses y la pasta.
Y eso es lo más patético de todo, que solo se mueven por algo que creen suyo, lo que de patético lleva a vergonzoso. ¡Qué pena!. Por favor, ¡quiero apostatar ya!, ¿por qué me tuvieron que bautizar bajo el yugo de esta lamentable Iglesia?.
Eso sí, los culpables no son mis padres, que creyeron en la Iglesia de Jesús, sino estos individuos que dirigen esa institución y que no saben ni podrán saber los principios que defendió Jesucristo, porque no son capaces de entenderle. A mí, me han echado definitivamente, como a tantos otros. Eso sí, yo me quedo con mi Jesucristo
La Iglesia católica española roza el patetismo. Y ya está bien de defenderla. Hay que ser radical, tal y como ella se comporta en los últimos años. La jerarquía eclesiástica está copada por ultras radicales, defensores de la doctrina más conservadora y carca, y no se enteran de que estamos en el siglo XXI.
Y yo me pregunto ¿por qué no se presentan a las elecciones?, o ¿por qué no dicen a quién hay que votar?. Que se dejen de medias tintas, que sean claros, van a votar al PP. Perfecto, no pasa nada. Eso sí, que sepan que yo no voy a votar al PP, por muchas cosas, pero entre las más destacadas, porque la jerarquía de la Iglesia les apoya.
Sin lugar a dudas, esta legislatura, en cuanto a desarrollo en la defensa del bien social, algo que debería defender por encima de todo la Iglesia Católica, ha sido posiblemente la mejor desde la vuelta de la democracia a España. Se han adoptado una serie de leyes de carácter social de una importancia tal, que nos acercan a los países socialmente más solidarios del mundo.
Y ¿por qué la Iglesia Católica Española no lo demuestra con su apoyo?, pues porque éste ha sido el primer gobierno democrático que se ha atrevido a cuestionar y a tocar lo que más le duele a la Iglesia, su bolsillo.
Y una vez más voy a alabar a cualquier gobierno y a los partidos que apoyen el cambio en la financiación de la Iglesia, cosa que este gobierno al final no se ha atrevido a hacer, igual que apoyaré al que nos conduzca a un Estado laico de verdad. ¡Ya está bien de mantener a una empresa como la Iglesia!, y aún más a esa jerarquía patética que la dirige y a unos planteamientos que son absolutamente impresentables.
Decir que este gobierno ha roto la familia, es lo mismo que decir que ha roto España. Y ya está bien de aguantar falacias. Que cada uno haga y diga lo que quiera, para eso estamos en libertad, pero al menos que se diga la verdad, aún más por parte de la Iglesia. Mejor es ampliar el concepto de familia a lo que supone la nueva realidad social de España, que ignorarla, y todo eso sin excluir a la familia tradicional, al contrario, complementándola. Señores obispos, nadie ha atacado a la familia, no manipulen a la gente.
Yo defiendo cualquier tipo de libertad, siempre y cuando esa libertad respete a todo el mundo. La Iglesia, no. La Iglesia es caduca y un mero negocio. Y no defiende la libertad, ni siquiera la palabra de Jesús, solo defiende sus propios intereses y la pasta.
Y eso es lo más patético de todo, que solo se mueven por algo que creen suyo, lo que de patético lleva a vergonzoso. ¡Qué pena!. Por favor, ¡quiero apostatar ya!, ¿por qué me tuvieron que bautizar bajo el yugo de esta lamentable Iglesia?.
Eso sí, los culpables no son mis padres, que creyeron en la Iglesia de Jesús, sino estos individuos que dirigen esa institución y que no saben ni podrán saber los principios que defendió Jesucristo, porque no son capaces de entenderle. A mí, me han echado definitivamente, como a tantos otros. Eso sí, yo me quedo con mi Jesucristo
2 comentarios:
Pues si tu te quedas con tu jesucrísto, agárralo bien fuerte que lo intentarán quitar, que ya sabes, es patrimonio, debe de ser tradicional etc, etc, etc.
La iglesia secuestró la palabra
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